Lo único que tenía que hacer era serle Leal, tanto a su mejor amigo, como a su propia esposa.
- ¡Eres la hija de mi mejor amigo! -grita exasperado, Annabelle lo veía con cansancio
- ¡Y aún así me amas! -le grita de regreso, ambos estaban diciéndose...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
12 de Enero, 1998 📍Monte Carlo, Mónaco
— ¡Ma fille! —su padre llamaba repitas veces a la niña, ella sin hacerle caso seguía corriendo por toda la casa
Pues Anabelle Salvatore estaba festejando su quinto cumpleaños vestida de alguna princesa de Disney, sus papás trataban de llamar su atención ya que era hora de partir el pastel.
— Bébé, il est temps pour toi de venir —Gwen, su madre estaba detrás de ella hasta que se dió media vuelta con cansancio—. No, me rindo con esta niña —habla en inglés, ya que más de la mitad de la familia no entendía muy bien el francés
— Je vais avoir des cheveux gris verts —dice con cansancio Maurice, su mejor amigo se ríe y pone una mano en su hombro en forma de apoyo
— Yo me encargo —le da unas palmaditas en la espalda y el padre de la pequeña se hace a un lado dejando su camino libre— ¡Belle, mi amor! —la niña se detuvo en seco poniendo su atención en él—. Es hora de partir el pastel —le extiende una mano a lo cuál ella acepta
— ¿Me cantarás feliz cumpleaños? —le mira esperanzada, Anabelle hablaba tanto Francés como Inglés a sus cortos cinco años, gracias a las dos nacionalidades diferentes de sus papás
— Claro que si, mi Belle —la toma en brazos para colocarla sobre la silla detrás del gran pastel
— Eres mi héroe, hermano —Maurice dice con asombro, pues no puede creer que su propia hija escuche más a su mejor amigo
Los adultos ríen ante la situación y se disponen a cantarle todos juntos ya que la pequeña Belle se encontraba impaciente por comer pastel y abrir regalos.
— ¡Joyeux Anniversaire Belle! —la niña aplaude repetidas veces
— Joyeux Anniversaire ma Toto —la niña le dice con felicidad dejando al recién nombrado sorprendido, los presentes caen en cuenta y empiezan a felicitarlo—. Te tengo un regalo —le sonríe inocentemente la ojiverde
— ¿De verdad? —ríe ligeramente y ella asiente repetidas veces, se baja de la silla y corre escaleras arriba
— No sé qué sentir respecto a qué mi hija de cinco años está enamorada de ti —Maurice tiene el ceño fruncido, su esposa lo abraza por detrás y se ríe lo dicho
— Lo ve como su tío favorito, amor.
Antes de poder contestar Belle llega con una hoja blanca en sus manos, tímidamente se la extiende a Toto quién sonríe abiertamente al estudiar el dibujo.
— ¿Ese soy yo? —señala un monito de palo
— Tú, mamá, papá —empieza a nombrar conforme va señalando—. Y un perrito —exclama con felicidad lo último
— Pues yo también te tengo un regalo, cariño —los ojos de la menos se iluminan—. Pero cierra tus ojitos —Belle rápidamente pone ambas manos en su cara—. No hagas trampa, Anabelle —dice con diversión, rápidamente va por una caja que había dejado en l sala de estar la deja frente a la niña—. Listo.
