Hay un secreto en la Finca Henituse, solamente tres personas son conscientes de esta información: el mayordomo principal, su hijo, y el primer joven maestro. Ellos han sido cuidadosos con respecto a este tema desde que la antigua condesa falleció, sin embargo, después de años sin contratiempos, parece que bajaron demasiado la guardia.
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La luz del sol resplandece en la superficie.
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Para el cumpleaños número 15 del segundo joven maestro del Condado Henituse, se organizó una fiesta de gran fanfarria, nobles selectos fueron invitados y se enviaron invitaciones a la realeza, incluso si ninguno de ellos se hacía presente debido a sus “asuntos importantes”.
Sorprendentemente, un carruaje con el emblema de la Familia Real Crossman se detuvo en la entrada de la casa el día de tan esperada celebración. El Príncipe Heredero, Alberu Crossman fue quien bajó del carruaje, con su cabello rubio y sus ojos azules, entró en la fiesta como un invitado más.
Él vino para intentar establecer algunas conexiones en el noreste del territorio, teniendo en cuenta que sus hermanos estaban ganando poder y que él se estaba quedando sin nada, fue difícil allanar su camino hacia el trono cuando lo retenía la falta de poder y riqueza.
A los ojos de todos, él ya tenía su posición asegurada, pero solo el mismo Alberu sabía cuan inestable era su lugar en el palacio. Sin una familia noble que lo apoyara, sólo era el hijo de una concubina que alguna vez fue favorecida por el rey.
Por eso soportó la charla de los nobles en la fiesta y platicó amenamente con ellos, quiean sabe, tal vez, algún día, lo ayudarían a solidificar su posición. La Familia Henituse fue difícil de manejar, ellos poseían riqueza, lo que traía una clara desgana por involucrarse en los asuntos de la política y del trono. Pero había tiempo, había destinado una semana para estar aquí, así que había tiempo.
Pero estar demasiado tiempo en un solo lugar lo sofocaba un poco, por eso, Alberu decidió salir a tomar aire fresco primero. Después de pedir indicaciones a un sirviente y negar su ayuda para llegar al lugar, caminó por los sinuosos pasillos de la mansión, sorprendido ante la finura y el lujo de los detalles de la mansión.
No debería sorprenderle, una finca perteneciente a una familia dedicada a las artes seguramente no tendría estándares bajos. Los acabados de cada pilar y la delicadeza de cada alfombra eran señales del buen gusto de las personas que aquí residían.
Perdido en sus cavilaciones, Alberu frunció el ceño cuando notó que había una clara falta de sirvientes y guardias en esta parte de la mansión. ¿Se había alejado del camino? Pero, aun así, debería haber al menos un guardia vigilando. Sin nadie a quien pedir indicaciones, siguió adelante, encontrando una puerta abierta que daba al exterior.
Justo lo que estaba buscando. Alberu salió, sus pasos resonaron en el camino de piedra que había en el jardín y avanzó. Había unalaguna artificial al final del camino, con una plataforma en la que uno podía sentarse y adentrar las piernas en el agua. Se acercó y se sentó en la plataforma.
Sentía paz, tranquilidad y calma simplemente con el hecho de estar sentado en la sencilla plataforma. No había nadie viendo cada movimiento suyo y ninguna preocupación asomando por su cabeza.
Entonces escuchó un chapoteo.
“¿Quién está ahí?”
Cuestionó, con los hombros tensos y los nervios aflorando. Después de uno segundos emergió la mitad superior del cuerpo de un chico.
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Antes de darme cuenta, había caído bajo los encantos del Tritón || TCF
FanfictionHay un secreto en la Finca Henituse, solamente tres personas son conscientes de esta información: el mayordomo principal, su hijo y el primer joven maestro. Después de años sin incidentes, parece que bajaron demasiado la guardia. El Príncipe Hereder...