Capítulo 5.

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América, una espléndida ciudad, llena de comercio y personas con facilidades financieras. Era un día tranquilo mientras una bella mujer de cabellos largos despertó de mil maneras posible debo decir, Zelda se despertó exaltada, miro alrededor, miro sus manos. – No puede ser. – expreso. - ¡Scott! – grito

El hombre rubio salió del ropero de su habitación – Zelda, querida ¿Qué sucede? – pregunto al ver a su esposa llorar

— Mi hijo

— ¿tu hijo?

— Atsushi, ¿Dónde está? ¿Qué le hice? No puedo creerlo, Francis, mi hijo...

— Zelda, tú...

— Si, lo sé, no es lo que crees, el tratamiento ha servido – añadió tomando sus manos – por favor, volvamos por nuestro hijo, es nuestro hijo – pidió entre llantos – necesito disculparme, necesito tenerlo...

Francis comenzó a llorar también – oh querida... iremos de inmediato.

Esa misma tarde estaba listo tu viaje. Francis estaba ligeramente asustado, Atsushi llevaba una semana sin enviarle mensajes o responderlos. Fue terrible para la pareja cuando llegaron al orfanato con la noticia que su hijo había sido llevado por una empresa de convenio. Claro, jamás dirían que fue un convenio con la mafia.

Así que Francis opto por su mejor opción, con su esposa descansando en el auto. Fue a la agencia armada de detectives, se rumoreaba que existía un hombre que podía resolverlo todo. – Buen día – hablo el rubio – vengo a solicitar su labor para encontrar a mi hijo.


En casa del azabache, Atsushi y Chuuya tomaban té – tu esposo se ha comportado excelente está semana

— Mi esposo es muy lindo

— Mira que jamás me lo imagine, Akutagawa Ryunosuke siendo lindo, es algo totalmente nuevo para mi

— ¿en verdad? – cuestiono – desde que lo conocí a sido lindo conmigo

— A mí se me hace que lo enamoraste desde que te vio

— Para nada

— Eres hermoso Atsushi ¿no te lo han dicho?

Atsushi comenzó a reír – basta, me chiveo

— Pues chivéate más, es la verdad.

— Por cierto, ¿Cómo va tu proyecto?

— Muy bien, voy a reunirme con Sigma y Gogol esté fin de semana

— Ten cuidado Atsushi...

— No se preocupe, estoy bien, mejor hablemos de algo serio

— ¿Qué?

— ¿Cómo va el papel de divorcio?

— Dazai no les abre a mis abogados – suspiro – supongo que quiere retenerme lo más que pueda

— No entiendo por qué lo retiene si va a la cama con otro

— Exacto

Tocaron el timbre, - déjame ir

— No, mejor ayúdame a recoger – pidió el albino – iré a abrir yo

Atsushi fue a la puerta, Chuuya dejo los platos y miro desde la cocina - ¿sí? ¿Quién es? – pregunto Atsushi. Escucho un tararear, uno que conocía muy bien. Chuuya vio aquello sospechoso. Atsushi rápidamente abrió la puerta. Salto de inmediato y aquel hombre rubio la atrapo. Atsushi tocaba su rostro y cabello – padre... padre eres tú – hablo emocionado.

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