N recuerda olvidar!

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Mi día a día transcurre sin poder admirarte,
y es un martirio pensarte:
perpetuo, tan inmenso
como el universo,
constante como su gravedad,
pero...
a la vez, efímero.
Solo eres un breve pensamiento,
ese pequeño instante
que perece
justo antes de que otro nazca,
desvaneciéndose fugazmente.

Así transcurre mi día.
¡Ah! Qué monotonía.
Me persigue tu silueta
cuando, inquieta,
apago la vista.

La emoción se me escapa
al imaginarte.
Los sentimientos se desatan,
una pasión que, por un instante,
es capaz de complacerme.
Aunque, sin percatarme,
te encuentro bailando
con mi ilusión,
desarmando mi corazón.

¡Oh! Mi mente imprudente,
no puede parar de verte.
¡Me sacudiste el pecho!
Tú, cruel y desalmado,
eres incapaz de aceptar el techo
de mi olvido descuidado...

¡Olvido, que siempre olvido olvidar!
Olvido que, irónicamente, siempre me viene a recordar
la falta que me hace, solo por un instante, observar
esos torpes ojos que me hacen querer olvidar
que prometí no volver a recordar.





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