Alto-Kumulus

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Te comparaste con un día
nublado y bochornoso,
pero, amiga mía,
yo más bien diría
que eres de esos amaneceres hermosos
que te motivan a despertar,
esos con el clima ideal
para salir a caminar
sin rumbo a dónde llegar.

Esos días con dulces vientos
que parecen acariciar tus cabellos,
¡tan placenteros!
Me llenan de consuelo,
así como tú y un "te quiero".

Si supieras cuánto adoro
esos cielos seminublados
que atraviesan rayos dorados
y, junto a tu sonrisa,
dibujan un espectáculo
que a cualquiera hechiza.

¿Recuerdas esas nubecitas
que nos llevaron a imaginar
rebaños de ovejitas
que parecían pastar tranquilas?
Al igual que tú, querida,
son hiladoras de esos tiernos
e infantiles momentos
que en mi baldío recuerdo atesoro.

En resumidas cuentas,
mi preciada y hermosa amiga,
eres uno de mis días favoritos.
Esos días en los que me permito
disfrutar sin ataduras
las pequeñas maravillas
que me regala la vida,
como lo es poder pertenecer a la tuya.





~Ahora con tu huida, este poema ha perdido tanto significado~

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