Inocentemente Cruel [𝓥𝓲𝓸𝓵𝓮𝓷𝓽𝓸𝓶𝓮𝓽𝓻𝓸] EDITANDO

✓𝓜𝓮𝓷𝓽𝓲𝓻, 𝓮𝓷𝓰𝓪ñ𝓪𝓻✓

𝕴𝖓𝖔𝖈𝖊𝖓𝖙𝖊𝖒𝖊𝖓𝖙𝖊 𝖈𝖗𝖚𝖊𝖑
__________________
No romanticismo.
Contenido explícito.
Violencia sexual, física y verbal.
No BL
__________________
→No copias.
→No adaptaciones.

La historia que se leerá a continuación mantiene sus respectivas advertencias, esto no se considera BL, amor o cualquier categoría romántica.

Si existen inconvenientes, es mejor retirarse y no continuar con la lectura.
__________________
𝕹𝖆𝖗𝖚𝖙𝖔 𝕾𝖍𝖎𝖕𝖕𝖚𝖉𝖊𝖓
•
•
•

"Los placeres violentos, tienen finales violentos..."

...

Ajustaba la corbata frente al espejo del baño mirando que en cada ángulo quedara perfecta. Abrí el grifo cayendo agua helada que chocaba contra la cerámica del lavabo salpicando pequeñas gotas, espere unos minutos y acerco mi rostro juntando ambas manos formando un pequeño cuenco, poniendolas en el chorro y conservando algo de ella.

Con rapidez lo lanzó hacia mi rostro, cerrando los ojos y recibiendo todo de golpe despertándome de la ensoñación. Tome una toalla cerca de mi lado izquierdo, secando con delicadeza tratando de no tallar ninguna zona. Por última vez me veo al espejo revisando que todo esté perfecto y sonreír orgulloso. Estaba listo para ir a trabajar, agarro mi maletín y bajo a la segunda planta yendo a la cocina dónde estaban Tobirama y Ume.

— Adiós pequeña. — Besé su frente, sacudiendo los pocos cabellos que tenía en su cabecita. — Cuida de tu madre, papá debe ir a trabajar.

Tobirama calentaba el biberón, con su cabeza agachada el permaneció quieto en su sitio, dando zancadas me acerco a mi Omega y beso su mejilla en despedida. Sus ojos permanecieron en la olla que empezaba a hervir y solo escuche una corta despedida.

No tenía tiempo suficiente para hacerle reclamos, solo continúe mi camino y me fui al garage a sacar el auto e irme a la oficina antes de que se haga tráfico.

Suelto un suspiro aburrido en el vehículo pensando sobre el frío y reacio comportamiento de Tobirama... Pero no puedo quejarme del todo, antes mie dirigía la palabra y mucho menos la mirada...

Sonreí satisfecho.

En esa época estaba con el imbécil de Izuna.

.
.
.

Escuche la puerta cerrarse y como el motor del vehículo comenzó a ser menos sonoro. Libere el aire mis pulmones, apague la hornilla y apreté mis manos frustrado.

«Es papá»

Odiaba que lo llamen «Mamá».
Lo repudiaba.