Aware

IX. Elipsis

Los orbes azules estaban por completo fijos en la figura femenina que estaba a su lado, apoyando el rostro en su palma, permitiéndose el detallar las facciones de su rostro y como los colores se iban incrementando, un efecto que a él le gustaba mucho ejercer.

―Es todo por hoy, la tarea es para la próxima semana.

Loid escuchaba al resto de los alumnos moviéndose a su alrededor, pero no había despegado ni un momento su atención de Yor, quien estaba sentada a su lado. Agradeció que hubieran cambiado de asientos, una decisión que había tomado más tiempo del que le hubiera gustado. Sentándose a su lado, luego de su poder de persuasión hacia el chico que se sentaba junto a Yor, luego de varios meses juntos.

―¿Sucede algo? ―Habló Yor, tartamudeando al inicio.

―No, todo está perfecto.

Había pasado una semana desde el incidente con Dewis en el patio escolar, sus heridas por la pelea no habían sido graves, el niño rico golpeaba como lo que era, un noble. Su poder de resistencia era más elevado, se había enfrentado en su carrera como espía a asesinos a sueldo. Aunque no le había restado importancia enfrente de Yor, que se había mantenido especialmente atenta a su bienestar. Se sentía culpable por aquel enfrentamiento y como había salido Loid de aquel.

Si era honesto si había sido su culpa el salir tan malherido. Si ella no hubiera estado o si hubiera estado en cualquier otro lado, hubiera salido ileso. No tendría que fingir ser malo en las peleas. Su nivel avanzado de defensa y ataque no podría atribuirse a ser un estudiante ordinario, por eso tuvo que dejarse golpear, cuando en su cabeza una docena de opciones de como bloquear y golpear a Dewis había venido a él. Hasta Silvya se había extrañado al ver su apariencia cuando lo había citado unos días después, pero no le había hecho preguntas innecesarias.

Una vez que salieron del salón de clases, se dirigieron a la biblioteca para devolver algunos libros que habían tomado para su tarea de historia que habían entregado ese día. Y renovaron algunos para el proyecto de literatura. Decidieron quedarse ahí una hora, para que Loid le explicara algunos ejercicios de la tarea de aritmética.

―Aún no te he agradecido por ayudarme a subir mis notas en los exámenes pasados.

A pesar que el aumento no había sido drástico, se había visto una mejoría exponencial, una calificación aceptable para la familia Briar que buscaba perfección.

―¿No recuerdas? El ayudarte a estudiar fue en agradecimiento por el pañuelo.

Yor jugó con las hojas de su libreta, tomando un bolígrafo y garabateando en los bordes de su cuaderno donde tenía la tarea, con esa sonrisa cordial que siempre le dedicaba.

―Eso fue una cosa pequeña, en comparación a ayudarme a subir mis notas dos puntos.

―Lo he hecho con gusto, Yor, no me debes nada. ―Loid cerró el libro que tenía en la mesa.