Ambas miradas se encontraron, violetas y onix, ambos reflejaban la misma sorpresa, para Ukyo ahora era difícil tomar una decisión, ella había jurado vengarse por lo que le hicieron a sus amigos, pero ahora que veía al autor de cada ataque, no era capaz ni de mover un solo dedoQuería acercarse a el y abrazarlo, confesarle su amor y pedirle detener la pelea, pero guardaba en su corazón el resentimiento por haber lastimado a los que ella consideraba familia, nadie se atrevía a atacarla de nuevo, Kisaki lo notaba y también notó que Izana no esperaba la presencia de esa chica, algo le decía que Izana y Ukyo se conocían muy bien y ahora este encuentro era un mal momento que estaba arruinando sus planes nuevamente
Ukyo no soporto más el dolor, un jadeo de dolor escapó de sus labios y cayó de rodillas mientras sostenía uno de sus costados, Izana por fin fue liberado de su encanto al escuchar el sonido de dolor que hacía la rubia, se acercó rápidamente a ella, tomo sus mejillas en sus manos y elevo la mirada de la chica hasta hacerla chocar con la suya
-Akiho, mi reina ¿Estás bien?-
-Ukyo-
la joven solo pudo decir esa palabra antes de dejar escapar otro quejido
-¿Eh?-
-m-mi verdadero... Nombre agh es Ukyo... Ukyo Ryuguji-
-tu... ¿Eres hermana del dragón de ToMan?-
la joven bajo la mirada avergonzada y con algunas lágrimas cayeron de sus ojos-no quería que se conociera mi identidad en las peleas... Y después no supe cómo decirte la verdad-
-mi reina, eso no importa, por fin estás conmigo, únete a mi y juntos dominaremos Tokyo, y si tú hermano se opone lo voy a derrotar para que vea que conmigo lo tienes todo-
-izana... Detén está pelea por favor... Yo iré contigo a donde quieras pero por favor no los lastimes más-
Ukyo miro a los chicos, los veía claramente agotados y aún superados en número, aun tenía la esperanza de convencer a Izana, pero si eso no pasaba tendría que ocupar su última carta por jugar
-no, tengo que derrotarlos para que tú seas mía y para ser los mejores en Tokyo-
La chica se apoyo levemente en los hombros del peliblanco que estaba frente a ella y dió una orden -lo siento Izana pero no me dejas opción, ¡Sexta división de la Tokyo Manji, apoyen a los subcapitanes!-
A la orden de la joven, los hombres que la seguían, de inmediato acataron la orden, algunos que venían detrás de ella en sus motocicletas, pero se hizo más notoria la diferencia cuando salieron varios entre las filas de tenjiku para unirse a Takemichi y el resto, Izana estaba impresionado y en lugar de atemorizarlo, hizo que su devoción por la rubia aumentara, y el deseo de hacer un imperio con ella a su lado aún más
-¡mi reina!- el peliblanco en un ataque de euforia abrazo a la chica olvidando sus quejidos -no hay nadie mejor que tú para gobernar a mi lado, con solo una orden lograste hacer que la Tokyo Manji tuviera la ventaja, eres una diosa de la guerra... Quédate conmigo-
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La reina de bonten
Fanfictionla historia del pasado de Ukyo Ryuguji intentando descubrir dónde dejo su humanidad