confusión

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Al salir del lugar donde estaba con Uzui, lo primero que hice fue llamar a kenchan, no tenía como volver a casa
El me respondió -¿que paso?-
-kenchan, ¿puedes venir a recogerme y poder ir a la casa?- respondí
-estoy ocupado en este momento, regresa en el tren, yo iré más tarde a la casa- colgó
Un dolor punzante cruzó en mi pecho, mi hermano era de actitudes frías, no le gustaba expresar sus sentimientos abiertamente pero nunca había ignorado una petición mía
Camine hasta llegar a un restaurante y entonces recordé que en todo el día no había comido desde que salí de casa, así que entre y pedí un platillo bastante sencillo, no tenía apetito pero tenía que comer algo. Después de comer y de pagar, salí para dirigirme hacia el tren y regresar a casa, hoy a sido un día pesado y me gustaría poder tomar una siesta.
Llegué a la casa, abrí la puerta y encendí las luces, todo estaba ordenando, tal vez se debía a qué no estuve en casa desde que llegué, apenas llegué y comencé a buscar a mi hermano y después estuve vagando por la cuidad. Aún era temprano así que subí las escaleras hasta llegar a mi cuarto y sacar todas las cosas que traía en la maleta y unas que estaban dentro de una caja, comencé a ordenar la ropa dentro del closet, había muy poco que ordenar, toda la ropa se quedó en España, apenas traje conmigo suficiente ropa para un par de semanas, tendría que ir a comprar uno de estos días. Terminada mi labor con la ropa, arregle mi cuarto de forma que me pareciera acogedor, en mi pequeño escritorio puse un florero, pero sabiendo que tan torpe soy, solo le puse un poco de naturaleza muerta, de esta forma no me preocuparía por ponerle agua, y entonces del pequeño cofre saque una caja aun más pequeña, tenía unas fotos dentro de ella, recuerdos de la infancia tan linda que viví a lado de mi hermano, que nostalgia. Fui pegando cada foto en la pared, admirando un buen rato y recordando cada situación que vivimos en cada foto
-jajajaj aún recuerdo ese día, fue cuando me torcí el tobillo y kenchan me cargo en su espalda-
-ah en esta, fue la primera vez que puse un escenario y kenchan estaba animándome-
Así, poco a poco saque las fotos que tenía mientras el tiempo corría
De pronto, ya no había más fotos en el pequeño cofre, solo quedaba un objeto muy pequeño que observé con una sonrisa y una lágrima escapó de mis ojos, tome esa pequeña caja de música y le di dos vueltas a la pequeña manija que tenía y al soltarla, una dulce y linda melodía empezó a sonar y mi mente viajo a ese día
-kenchan!!!- gritaba una niña de unos 10 años -kenchan!!! No me dejes atrás, ya me canse-
-eres muy lenta Ukyo, sube a mi espalda, te cargaré-
-bueno, pero no te quejes de que peso mucho-
-tu no pesas casi nada, estás muy delgada, sube ahora o te dejare atrás-
Cuando Ukyo subió en la espalda de Draken el empezó su loca carrera de nuevo, sabía que si no se apresuraba no podría comprarle aquel objeto que ella tanto deseaba, gracias a los masajes que dió a las mujeres del burdel, había conseguido suficiente dinero para el regalo de su hermana pero, si no se daba prisa, no podría comprarlo
-espera aquí y no te muevas-
-bueno pero no tardes demasiado-
Draken entro en aquella tienda y con el corazón tan acelerado que sentía que podía salirse de su pecho en cualquier momento, tomó con extrema delicadeza una pequeña pero bonita caja de música, con algunos adornos dorados de un color azul celeste que sabía el, era el color favorito de su hermana y después de pagar y pedir que lo empaquetaron salió del establecimiento muy feliz
-toma, es tu regalo de cumpleaños-
-enserio es para mi- dijo emocionada la niña -¿Para quien más seria?- la niña abrió el pequeño paquete que recibió una emoción inexplicable crecía cada vez que rasgaba el papel para saber que misterio se ocultaba, de pronto se avalanzó sobre su hermano y con lágrimas en los ojos le dijo -como sabías que era esto lo que quería- siempre note como te gustaba mirar el mostrador y ver esas cajas de música, ese es mi regalo para ti-
La música de pronto se detuvo y mi memoria se detuvo con ella, me pare de mi cama y aún con esa pequeña caja en la mano, salí de mi habitación y baje las escaleras
Llegué a la sala y el ella pude ver el reloj de pared que marcaba la hora, son las 5 de la tarde y kenchan aún no llega, será mejor salir a buscarlo, así aprovecho a estirar las piernas.
Salí de la casa y camine al sitio en dónde lo encontré días atrás con ese amigo suyo... Mikey me dijo dijo que le llamara, vaya que tendrá una buena amistad con kenchan para que él le permita ir en su espalda, en eso iba pensando hasta que lo ví a lo lejos
-kenchan!! Espérame!!- grite y mis piernas comenzaron a moverse en su dirección y ví como Mikey estaba en su espalda de nuevo, eso hizo que de nuevo por mi pecho cruzará una punzada de dolor, no sabía que era, pero sabía que no era bueno. Me acerque a ellos y con una sonrisa le dije -kenchan vamos por un helado, ¿quieres?- como por arte de magia, la palabra helado hizo que Mikey, quien estaba dormido, se despertara y dijera -yo quiero helado- Draken solo suspiro pesadamente y acepto ir por un helado, después de pagar el helado y de salir de la heladería ellos comenzaron a caminar y platicar de temas totalmente ajenos a mi, de nuevo por mi pecho cruzó una punzada de dolor y amargura, me detuve en seco y comenzaron a formarse lágrimas en los ojos, esa forma en la que Mikey y Draken hablaban, era tan cercana, desde que volví note diferente a mi hermano y un poco distante también, pero decidí ignorarlo hasta ahora, me sentí desplazada, sustituida y herida. Entonces me di cuenta que durante el tiempo que me fui, alguien más ocupo mi lugar y con ese pensamiento, di la media vuelta, secando las lágrimas con mis manos y salí corriendo, no me importo que mi helado se cayera, ignore los gritos de mi hermano que se hacían cada vez más lejanos, ni siquiera ví a dónde iba, solo sabía que quería estar sola y que al mismo tiempo quería estar con mi hermano. No sé cuánto tiempo paso mientras corría, solo se, que cuando me di cuenta, estaba  en el parque al que solía venir cuando era pequeña, aquí podía pasar horas junto a mi hermano, me gustaba acostarme en el césped y mirar las nubes, ver cómo eran arrastradas por el viento e imaginar que viajaba con ellas
Pero aquí estaba ahora, sentada en uno de los columpios, tratando de detener todas las lágrimas que salían de mis ojos, pero todo esfuerzo era inútil, ni siquiera me di cuenta de en que momento comenzó a nublar el cielo y que comenzará a llover, era mayo así que la lluvia no se detendría pronto, pero eso ya no importaba, ya estaba empapada en lágrimas, la lluvia solo terminaría el trabajo
Un corazón confundido lloraba y se preguntaba cómo recuperaría el cariño de su hermano, que creía perdido cuando de pronto sintió como dejaron de caer las gotas de lluvia en su espalda. Levantó la vista esperanzada, tenía la esperanza de que la persona que estaba parada frente a ella fuera su hermano, pero sus esperanzas de estrellaron cuando vio que no era quien esperaba, sino Mitsuya que por casualidad la había visto desde hace una hora pero decidío que era mejor darle espacio, hasta que notó que llovería pronto y fue a su casa por un paraguas por qué sabía que esa chica estaría todavía en el parque.

La reina de bontenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora