Sabía que necesitaba las tutorías de inglés, pero el día que tuve que enfrentarme y exponer mi decisión fue un rotundo «no». No hubo expresión en el rostro del chico, o al menos no lo dejó ver debido a la mascarilla.
Anhelaba una alternativa, quizás clases particulares con la maestra Ji Eun. Para este tiempo ya estaba aceptando tener un crush en ella.Había una materia más que compartía con este chico ―recuerdo a la maestra haber dicho su nombre pero no quedó grabado en mi memoria―, se trataba de Educación Física y Deportes.
Los demás estudiantes corrían y realizaban actividades, mas me sorprendí al encontrarlo a él en las bancas, observando a los otros. ¿Acaso tenía una enfermedad contagiosa que le impedía rozarse con las personas? La curiosidad picaba en mi lengua, sin embargo tomé asiento un poco alejado, en los escalones de abajo.
Mi condición física era buena, solía incluso practicar carpintería con papá, pero debido a un trágico evento unos años atrás mis piernas se volvieron inútiles; sirviendo únicamente para caminar.
Nos encontrábamos los dos sentados en las gradas, con nuestros uniformes estudiantiles.
―"Are you sure you don't need them?"
"¿Estás seguro que no las necesitas?"
Cada que él hablaba, fuese el idioma que fuese, causaba una reacción extraña en mí. En primera estancia asumí que se debía a su aura espectral y misteriosa; un tipo callado que parecía querer mantenerse alejado del contacto humano.
Volteé a ver sobre mi hombro. Sus cautivantes ojos viendo directo a los míos. ¿Quería que le respondiera en inglés?
―It's none of your business ―respondí.
Algo parecido a una mueca de gracia se reflejó en sus ojos.
―Si lo entiendes y lo hablas, ¿qué es lo difícil?
Giré un poco mi cuerpo, ya que parecía querer entablar una conversación, pese a que su lenguaje corporal indicara lo contrario.
―Las letras ―admití―. No puedo leerlas.
«Cada que lo hago, ellas se burlan de mí.»
Él sacó algo de su mochila, un rotulador de color verde. Quitó el guante de su mano derecha y escribió algo sobre la palma para luego mostrármelo a mí.
―¿Lo puedes leer?
―¿Mano? ―murmuré, inseguro.
―Entiendo ―asintió, quizás comprobando alguna teoría que albergaba en su cabeza―. Ahora escríbela tú ―pidió, ocultando su mano.
Suspiré. Saqué mi rotulador morado e intenté recordar la forma de las letras. Lo intenté, mas cuando se lo mostré pareció querer echarse a reír.
―¿Handu?
Chasqueé la lengua.
―Olvídalo...―No, está bien. Eres coreano no inglés. Nadie lo hace bien a la primera. ¿Quieres intentarlo?
No lo admitiría, pero el chico me causaba una especie de curiosidad e intimidación. Volví a negar.
―Yo puedo solo.
No, no podía.
Pronto se acercarían los exámenes y no quería ver el rostro decepcionado de la señorita Ji Eun.
Un viernes, sentado solo en la cafetería con una pila de libros a ambos lados, lo vi venir con una botella de agua en las manos. No dijo nada, la dejó sobre mi mesa y se alejó.
Fruncí el entrecejo y tomé la botella.
Sobre el envase ponía en letras verdes "water".
Sonreí. ¿Por qué podía entenderlo de esta sencilla manera? Las letras no se fundían unas con otras y podía identificar la "a", la "e", todo. Intenté seguir con la mirada el camino que había trazado, mas no quedó alguna señal de su presencia.
El lunes tomé la decisión ―en realidad había pasado todo el fin de semana pensando en ello―, lo esperé a la salida del salón al término de la primera asignatura. Solía ser el último en salir.
Me encontraba sentado en una banca, mas él no reparó en mi presencia por lo que intenté llamar su atención tomando su brazo y detener sus pasos.Lo que no me esperaba fue la exagerada reacción de su parte. Se zafó de mi agarre bruscamente y me vio con algo de temor. ¿Tenía miedo de mí? No, no podía ser eso.
―Hyung ―hablé, suponiendo que debía ser mayor que yo―, tomaré las tutorías contigo.
Podía ver su pecho subir y bajar, intentando recobrarse del susto. ¿En verdad lo había tomado por sorpresa?
―Yo... ―empezó, mas no pudo terminar. Huyó del lugar ante mi extrañada mirada. Se fue como si llevara prisa.
Suspiré. Justo cuando me había animado a aceptar las clases particulares él no decía nada.
Vi salir a la señorita Ji Eun y me repuse de inmediato, saludándola con una pequeña reverencia. Ella sonrió ligeramente.
―Jungkook-ssi, ¿por qué sigues aquí? ―Para mi sorpresa se sentó a mi lado.
Me sentí nervioso y pequeño.
―Lo esperaba a él, para las tutorías.―Oh, Taehyung-ssi... Surgió algo y no podrá ayudarte. Me alegro que hayas decidido tomar la ayuda. Está este otro chico del 2B, es bastante bueno en la materia.
No, no quería que alguien más me ayudara. La manera particular de Taehyung lo hacía especial. Tampoco creía que podría aprender de otra manera. Mas no quería decepcionar a la señorita Ji Eun por lo que terminé aceptando.
El resto del día no volví a ver a Taehyung, fue como si se hubiera esfumado del colegio. ¿Se habría enfermado? No éramos amigos, pero si algo malo le habría ocurrido debía visitarlo.
Para mi estupenda suerte, entre el pasillo, Jimin y yo nos encontramos. No había nadie más ahí, difícilmente podría escapar.
―Jungkook-ah ―mencionó con falsa emoción―. ¿Buscas a alguien?
Que te importa, entrometido.
―Sí ―me golpeé mentalmente. De todas las personas Park Jimin era quien lograba sacarme la verdad a primeras―. Mi compañero de inglés ―expliqué.
―Ah, ¿te refieres a... Taehyungie de casualidad?
―¿Lo conoces?
―Él es mi mejor amigo ―había algo de cinismo al pronunciar aquellas palabras.
Jamás los había visto juntos, ¡cómo era posible!
―Todo el mundo es tu mejor amigo ―dije en su débil intento por mofarme de su falsedad.
―Sí, todos, menos tú.
Una melodía triste sonó en la parte detrás de mi cabeza. Mi visión se desenfocó. Él me dio una palmada en el hombro, dijo palabras ininteligibles y se alejó.
Sostuve su frío corazón en mis manos por un rato. No, no debía llorar por alguien como él. Pero las lágrimas ya hacían su solitario recorrido por mis mejillas.
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𝒂𝒍𝒎𝒐𝒔𝒕 𝒈𝒉𝒐𝒔𝒕𝒍𝒚 「𝐭𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤」
FanfictionDonde Jungkook tiene trastorno esquizofrénico y Taehyung es un tipo con misofobia en estapa de desarrollo.