El día de Halloween había llegado por fin y como no en toda la casa de los Kawata-Haitani reinaba la decoración de dicha festividad que estuvo a cargo por los hijos de la pareja, ninguno de los integrantes de la familia era ajeno a la emoción que sentían por aquella fecha más aun los niños que habían elegido ellos por su cuenta el disfraz y que, en el caso de los más pequeños, habían llevado hace días puestos con orgullo para todos lados ostentando a los vecinos como se vestirían para ese día. A Nahoya le parecía lo mas lindo y divertido del mundo ver a sus hijos disfrazados días antes de la fecha estipulada ya que aquello había sido una de las cosas que habían adoptado de ese país tan extraño como era Estados Unidos, pero al no poder sacárselos no tuvo de otra que dejarles ser con ello puesto al menos hasta esa fecha en la que ahora los preparaba para que fueran a pedir dulces como era la costumbre de aquella nación.
El mayor de los niños llevaría a sus hermanos a pedir caramelos y demás cosas, si bien él ya se consideraba algo grandecito para ir disfrazado por presión de sus propios hermanos terminó disfrazado de vampiro, con una capa negra que le llegaba hasta los talones, maquillado de tal forma que era más pálido de lo que solía ser, con colmillos artificiales sobresaliendo de su boca y su cabello negro peinado y engominado hacia atrás. Sus otros hermanitos habían preferido disfrazarse de lobitos que ahora Nahoya se encargaba de verificar que todo estuviera en su lugar, aunque era algo difícil puesto que ambos niños se peleaban por la atención de su padre.
- ¿Tienes problemas? - preguntó Ran que se asomaba desde la puerta de la cocina con una lata de cerveza en mano, él como toda la familia también estaba disfrazado, de hecho había elegido disfrazarse de vampiro al igual que su primer hijo para estar a juego.
- ¿Y tú qué piensas? - le retrucó para fruncir el ceño sin dejar de sonreír mientras acomodaba las orejas de lobo que Taro había elegido llevar sobre su cabeza.
- Papá déjame ayudar. - se metió el mayor de los hijos, Kyo, para acercarse al mas chico de la familia, estirando sus manos hacia la cabeza de aquel y ordenar también las orejas que había decidido llevar.
Ran se rio, siguiendo tomando de su lata de cerveza hasta que se acercó hasta su familia revolviendo los cabellos de Nahoya con maldad quién molesto se sacó la mano de su esposo para seguir acomodando ahora el chaleco de Taro; finalmente luego de un par de minutos ya estaban listos para su primer Halloween de vuelta en Japón.
Ahora si estaban listos, Kyo tomó a cada uno de sus hermanos chiquitos de las manos prometiéndole a sus padres que los cuidaría con su vida y si bien ambos sabían que Kyo lo decía en serio era un problema tener a sus dos hermanos bajo su ala sin perderlos de vista. Nahoya intentó avanzar hacia adelante como queriendo ir detrás de ellos, sin embargo, algo o alguien tironeó de sus ropas retrayéndole hacia atrás hasta casi tropezarse hacia atrás, mas nunca sucedió debido a que Ran lo había tomado de la cintura con firmeza y que ahora le miraba con una sonrisita provocativa extremadamente sexy la cual había logrado que el mas bajo se pusiera tan rojo como un tomate bien maduro.
- Suéltame, tengo que ir a lavar platos. - ordenó nervioso para removerse de los brazos de su esposo para ir hacia la puerta como si nada, aun no podía creer como un acto tan simple como ese le volvía tan torpe.
- ¿No querías ir detrás de tus crías? - retrucó Ran para como un perrito faldero ir detrás suya, cerrando con el pie la puerta de entrada.
- No. Ellos saben cuidarse solos. -respondió tajante para apurar el paso e ir hasta la cocina donde se veía que sobre las encimeras habían platos, vasos, cubiertos y bowls sucios debido a que habían terminado de comer hace una hora.
- Eso no me pareció que pensabas hace segundos. - jugó con sus palabras, sonriendo feliz, observándole hacer como si fuera que estuviera esperando el momento adecuado para atacar.
Ran era un vampiro acechando su presa, en este caso Nahoya.La casa estaba silenciosa sin todos los hijos dentro, apenas si se escuchaba el sonido de los objetos que Nahoya lavaba tranquilamente con la canilla del agua abierta enjuagando lo que estaba terminando de limpiar. Quedaba poco y eso le aliviaba pues su plan era luego ir a descansar en el sofá junto a Ran un momento, pero sus planes románticos se fueron a la basura cuando sintió como aquel sujeto en el que pensaba lo tomaba de la cintura y apoyaba toda su entrepierna contra su trasero y su cola de lobo. Se quedó quieto, totalmente quieto, pensativo en que hacer hasta que retomó su quehacer como si nada mientras se reía algo molesto, después de todo él quería hacer algo romántico no estar siendo apretado contra el fregadero de la cocina, bah si le gustaba eso, pero hoy quería ser un chico cursi nomás.
Ran siguiendo moviendo sus caderas suavemente de un lado a otro mientras apoyaba su mentón sobre el hombro derecho de Smiley, pasó la lengua por sus labios mientras observaba las manos tan lindas que tenía y es que ahora a su mente se venían esos pensamientos de que a Nahoya se le veían bien las manos alrededor de su miembro bombeando con fuerza. Debía dejar de pensar en eso y para distraerse depositó un suave beso sobre la mejilla de Nahoya que lo hizo ponerse algo rojito al escuchar la risita traviesa de aquel hombre. Ahora era más que imposible hacer una tarea tan sencilla como era el terminar de lavar platos, Ran era alguien bastante malo pasando sus manos por todo su cuerpo, Nahoya era alguien bastante sensible a las caricias que le daban; eran como una pareja perfecta pues de un momento a otro Nahoya dejó las cosas como estaban en la pileta y buscó a tientas el repasador para secarse las manos todo aquello sin dejar de sentir las manos grandes y dedos largos de Ran paseando por todo su trasero escuchando como este le susurraba al oído las cosas mas absurdas y subidas de tono que había escuchado en bastante tiempo.
- Ya, para. Ve al sofá. - le ordenó para girarse hasta quedarse de frente a Ran con el repasador aun en sus manos poniendo distancia entre ambos.
- Uy mira que este lobito está bravo. - desafió sin miedo.
- Ran, ve al sofá ya termino, es en serio.
- Un beso y estoy. - negoció por última vezY como Nahoya era unchico muy condecente de Ran terminó por rodar sus ojos, algo que Ran se diocuenta sonriendo con autosatisfacción antes de sentir las manos frías, húmedasy algo callosas de Nahoya en su rostro, le había tomado de sorpresa que no ledio tiempo de si quiera pensar ya que ese chico que era el motivo de sussuspiros y sonrisas estúpidas en el trabajo le había dado un beso... dos besos...tres besos sobre sus labios para soltarle con brusquedad y colocar sus manossobre el pecho echándole nuevamente de la cocina, le faltaba tan poco paraterminar.
Cuando terminó ese maldito plato lo dejó sobre la encimera, le importaba poco ynada secarlo, estaba mas ahora concentrado en ir corriendo hasta el sofá dondepodía observar al vampiro mas sexy que había visto en su vida viendo latelevisión con las piernas abiertas. Eso era una entrada sin permiso de hacerlo que quería. Rodeó el sofá con rapidez para saltar encima de las piernas delsusodicho quién apenas gritó de la sorpresa al sentir ese peso extra sobre suspiernas, si quiera tuvo tiempo para sostenerlo de la cintura mientras intentabaverificar que nada de su hombría se hubiera roto por el salto de aquel infelizque resultaba ser Nahoya.
- ¿Quieres ver una peli de terror? - preguntó animadamente como un niño parasonreír emocionado mientras daba pequeños saltitos encima de la entrepierna deRan con maldad.
- ¿No prefieres hacer otro tipo de cosas? - sugirió Ran ya ahora mas calmado,esos saltos que daba el otro no eran nada peligroso ya.
- Mmmm no. Quiero ver una peli de terror. - respondió soltando una risita demalicia.
- Tu eres el lobo mas malvado que vi en mi vida. - dijo Ran de la nada parallevar su mano derecha hacia el mentón del contrario, apretando con fuerza ymoviéndolo de un lado al otro observando el mohín que se formaba en aquelrostro tan perfecto.
- Y tú el vampiro mas aburrido que vi en mi vida. - contra atacó para volver asaltar pero esta vez mas fuerte y contundente encima suyo.
- ¿Sabes qué? Te estás portando mal y no vas a recibir ni un mísero dulce de miparte si sigues asi y voy a terminar por castigarte mejor.
- ¿Ah si? - interrogó Nahoya ladeando su cabeza como un perrito fingiendo queestaba preocupado para luego volver a recuperar su habitual sonrisa paraacercarse al rostro de Ran, iba a fingir besarlo, de hecho vio como el otro yaestaba preparado para eso lo que le dio la ventaja de poder evitar aquelcontacto de labios para ir mejor hacia su oreja izquierda la cual se dirigiódirecto hacia el lóbulo de aquel donde llevó dentro de su boca con la intenciónde lamer y succionar un poco antes de separarse de vuelta apenas unos cm de suoreja. - Entonces castígame porque me portaré muy mal contigo o te daré toda lasangre que quieras, tu eliges Ran Haitani.
Holi, último día de esta semanita de halloween, este escrito va para Ann Shiba porque se lo merece. Si, tiene tres oc uno mio que es Kyo el mayor de los hijos del Ranley y los otros dos le corresponden a él, se llevan un año de diferencia y pues no se llevan muy bien que digamos aunque Kyo es adoptado los tres tienen actitudes de sus padres de todos modos.
ESTÁS LEYENDO
Happy Halloween
FanfictionSon solo una serie de OS de distintas parejas de TR, habrá una por cada día hasta halloween