Guardian

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Horas después de curar a la niña, Vegetta la miraba fijamente mientras dormía acurrucada en un sillon con su chandal encima sirviendole de cobijo

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Horas después de curar a la niña, Vegetta la miraba fijamente mientras dormía acurrucada en un sillon con su chandal encima sirviendole de cobijo.

La niña podría estar facilmente durmiendo en uno de los cuartos extra que tenía en el castillo (Los cuales siempre se encargaba de mantener limpios solo por prevenir) pero apenas le propuso llevarla a dormir a un cuarto y hacer el amago de dejarla sola, un llanto potente y desgarrador comenzo, las pequeñas cuerdas vocales de la niña debieron de quedar resentidas luego de aquello. Vegetta aún no entendía por que esa niña se veía tan desesperada por que no le dejara sola, casí como si ya lo conociera de antes y estuviera depositando toda su confianza en el para que no la lastimaran... O quizás Vegetta se estaba volviendo loco y haciendose ideas que no eran, quién sabe.

La mirada morada se desvió de la dormida niña aparentemente hibrida de tiburón y fue a parar en la puerta, juraba haber escuchado un golpe.

Los lapsos de tiempo se hacían cada vez más grandes en su cabeza, ¿En que momento llegaron los demás? No lo recordaba muy bien, probablemente si hayan sido ellos quienes tocaron la puerta, no lo tenía muy en claro todavía.

—¡Feo! —Escucho el chillido de la niña, que luego de dos horas durmiendo había inconscientemente decidido que era suficiente y había despertado de los brazos de morfeo solo para dedicarse a pelear con Rubius.

—¿¡Que feo, rata!? —Respondió Doblas con notable ofensa impresa en las facciones, parecía que mataría a la pequeña de ojos violetas.

El cosquilleo que sintió el héroe morado en su pecho fue genuino, las ganas de soltar una carcajada eran bastante fuertes pero debía mantener la "compostura" considerando que todos los demás parecían predispuestos al desastre.

Aún así nada pudo evitar la gran sonrisa que nació entre sus labios, fue simplemente una reacción inevitable y espontánea.

La pequeña niña miro fijamente al heroe violeta y ladeo la cabeza con una pequeña sonrisa.

—¡Tienes linda sonrisa! —Volvió a chillar bajando de un salto del sofa en el que estaba peleando con Rubius para ir con el.

—Wow —Soltaron todos al ver a la pequeña aferrada a las piernas de Vegetta, mientras el susodicho se apresuraba a agarrarla sin borrar aquella sonrisa presente en su rostro.

—Oye, ten cuidado, te puedes caer —Advirtió tomando a la niña y acunandola en sus brazos una vez más, solo que la diferencia de la vez anterior, ahora no habían llantos desesperadados ni manitas aferradas.

Por alguna razón que Vegetta desconocía, sentía algo fuerte por la niña, el problema es que ni siquiera el sabía que era eso que sentía.

—Wow Veg, casí pareces su padre —Se burló Lolito mirando la ceja con una ceja arqueada.

Aunque hasta cierto punto por más burla que hubiera en su voz, la escena del fornido amante del violeta cargando con total cariño y cuidado el pequeño cuerpo de la foránea niña le parecía de lo más entrañable y cursi jamás visto por sus ojos en Karmaland.

—Por cierto, ¿Como se llama? —Pregunto Mangel finalmente, vociferando la duda que todos mantenían presente en sus cabezas desde que entraron al castillo y vieron al pequeño bulto en una esquina del sofa durmiendo plácidamente.

—Kore —Se apresuró a responder Vegetta, mientras la pequeña niña abría los ojos como platos y escondía su rostro en el cuello del héroe.

El susodicho fruncio el ceño mirando comfundido el reaccionar de la pequeña, no había reaccionado así la primera vez que le pregunto.

—Eh... Triple siete, no es por nada pero no me parece que esa niña se llame Kore —Se burló Rubius manteniendo una mirada más bien vacía en la niña, no le agradaba ni un pelo.

—Me llamo Kore —Afirmó saliendo del cuello del heroe y mirando feo al rubio teñido— ¡Rubio tonto! —Vocifero sacando la lengua y volviendo a esconderse en su posición original.

—¿¡Va a seguir la puta niña de los cojones!? —Grito Rubius con ofensa, levantandose para acercarse a la defensiva.

—Okey Rabis, creo que mejor nos calmamos —Se interpuso Luzu en su camino hacía Vegetta, que había adoptado una posición de defensa cubriendo a la niña en cuanto noto que el oso se acercaba a la defensiva.

—¿¡Pero no ves como esa puta niña no ha parado de faltarme el respeto desde que llegamos aquí!? —Insistió perdiendo los cabales, de su garganta salían varios gruñidos y parecía que en cualquier momento saltaría al pequeño cuerpo dispuesto a desgarrarle la garganta.

—¡Rubiuh, carajo es una niña, comportate!

—¡Me sabe a un nabo que sea una niña, eso no es excusa a que me falte el respeto! —Grito el rubio, que parecía pasarse por el culo en esos momentos todo lo que la rodeaba.

—¡Podra no ser excusa, pero lo tuyo tampoco tiene excusa cabezón! —Le grito Alexby escondido detras de Staxx, tenía algo de miedo viendo como las garras del oso crecían y mostraba sus dientes en forma de amenaza.

—¿¡Por que no mejor te callas Alexby!? —Grito, volteando bruscamente hacía el elfo, siendo interrumpido por un llanto inminente que causo que todos se quedaran completa y absolutamente quietos en su lugar.

La habían cagado.

Todos voltearon lentamente, encontrándose a una llorosa niña en brazos de Vegetta, que nuevamente se aferraba al mismo con desesperación mientras Quackity intentaba distraerla para evitar que siguiera con aquel llanto desesperado.

—Vamos peque, no es necesario llorar así —Hablo el mexicano tratando de mantener un tono de voz bajo, Vegetta tenía una mirada vacía e incluso oscura hacía el resto de héroes. Desde que comenzo el llanto sabían que la habían cagado hasta el fondo, Vegetta había demostrado desde el primer momento una actitud defensiva y casí paternal hacía la pequeña foránea, su expresión no denotaba nada bueno.

—Quackity, sostenme a la niña —Pidió manteniendo un tono de voz neutro y bajo, sin querer asustar a la niña.

—Chingadamadre —Murmuro el aludido recibiendo a la niña en brazos y mirando como el morado caminaba a pasó estoico hacía el resto de los héroes— Okey linda, hagamos algo ¿Quieres galletas? —Distrajo dando medía vuelta y manteniendo la cabeza de la niña pegada a su pecho, se encaminó a la cocina escuchando como los pasos del morado se detenían.

Al híbrido de pato le pareció mejor correr a la cocina en cuanto escucho el brusco roce de ropa; Vegetta los iba a liquidar.

Al híbrido de pato le pareció mejor correr a la cocina en cuanto escucho el brusco roce de ropa; Vegetta los iba a liquidar

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Si, si, me desaparecí un chingomadral de tiempo, lo se, nunca prometí actualizaciones constantes.

Puede que en poco publique nuevo cap de "Lenguage", no estoy segura de cuanto me tome terminar el tercer cap.

Se les quiere, bye.

⚠️PAUSADA⚠️ Little SharkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora