Confusiones y contusiones

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—Wow

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—Wow... ¿Que les pasó? —Resono la aguda voz con una mala pronunciación.


La pequeña entro a la sala viendo a varios de los heroes golpeados en el suelo con cara de sufrimiento, mientras Vegetta estaba apoyado en una pared con una peludita gata entre brazos y la acariciaba.


—¿Quien te dio esa galleta? —Pregunto el amante de violeta con tono de voz tranquilo y dejo a la gata en el suelo, acercandose a la niña.


Quapity —Murmuro y le extendió un pedazo de galleta al héroe, convidandole de su preciado tesoro de dulce— ¿La gata es tuya? —Pregunto una vez trago lo que estaba consumiendo y le evitaba hablar con propiedad, mirando a la gata con ojitos ilusionados, mientras se acercaba extendiendo con cuidado su mano, entonces parecio recordar algo y se alejo con una sonrisa algo triste— Es muy linda, ¿Como se llama? —Insistio dirigiendo su mirada a la del contrario a la espera de una respuesta.


—Se llama Kira, puedes acariciarla si quieres, es completamente inofensiva —Ofreció agachandose y quedando de cunclillas en el suelo, mientras mordía el pedazo de galleta que la infante le había ofrecido.

—Es linda, pero no puedo acariciarla, soy alérgica... Nada mortal, pero si la acarició en un rato tendre los ojos y la nariz irritada, y siendo honesta no es algo lindo —Explicó tranquila y saludo a la felpuda gatita con su mano, recibiendo un maullido suave.

—Oh... No sabía que eras alérgica, pero eso sera un problema mientras vivas aquí —Murmuro el adulto haciendo una mueca, no se desharia de su gata y tampoco botaria a la niña a la calle— Quizás pueda hablar con Merlon y preguntarle si tiene algo para evitar tus alergias, voy a suponer que solo eres alérgica al pelo de gato —Indagó, recibiendo un asentimiento en respuesta que le dejo satisfecho— Bien, en ese caso sera más fácil, ¿Donde esta Quackity?

—Se quedó en la cocina —Respondio apuntando a las dobles puertas que estaban detras de una de las paredes, para después seguir haciendole señas a la gatita que solo le maullaba en respuesta.

—Bien, ¡Quackity! —Le llamo el adulto incorporándose y sacudiendo su pantalón, para después escuchar los ligeros pasos del héroe más joven.

—¿Ya los mataste? —Fue lo primero que pregunto el mexicano mientras abria la puerta de la cocina, no se veía ni un poco sorprendido.

—No los mate —Se quejo el castaño rodando los ojos antes de ver la pantalla de comunicador del mexicano casi golpeandose contra su nariz.

Y efectivamente, si los había matado.

No era la primera vez que lo hacía, sabía que los dioses igual los harían reaparecer en el cartel de bienvenida del pueblo, pero realmente se sorprendió de ver hasta donde había llegado su irá solo por algo como un llanto de la niña.

⚠️PAUSADA⚠️ Little SharkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora