Quinto. » Ni siquiera te conozco.

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¿Cómo podía encontrar una respuesta para tal comportamiento? Solamente se quedó esperando a que San Lang terminará su llamada con un colega. Ayudar es lo último que comentó, era una especie de calma en Xie Lian, no tenía ni el más mínimo sentido. Incluso su mánager estaba más sorprendido que él mismo. Aquella marca sobre el cuello disminuyo gracias al hielo.

Cuando Hua Cheng regreso, su rostro estaba preocupado. No era la primera vez que podía leerlo como un libro, tan visible. Hua Cheng tenía una característica especial, y era que cualquier ánimo que tuviera se sabía con certeza de que se trataba. Incluso cuando no tenía ganas de hablar, como lo era el caso.

Hua Cheng tomo sus cosas, y camino hacia la entrada. Xie Lian ya estaba moviendo sus piernas y no sabía cómo, alcanzó su mano, aún no quería que se marchará.

—¿Podemos cenar juntos? —le preguntó extrañado de lo que su propia boca salió. Solo era una cena no iba a suceder algo más.

Hua Cheng asintió, y de nuevo esa sonrisa. Después de ello lo único que hizo fue lanzarse encima de él, besándolo sin pensarlo. ¿Qué estaba haciendo? No lo sabía, quería tenerlo de vuelta, suyo. Hua Cheng lo llevo a la sala, cayendo sobre el sofá. Alejándose, observó a Xie Lian, comenzando a desvestirse rápidamente, volviendo a atacar los labios carnosos. Unos brazos rodearon su cuello, profundizando el beso. Y a pasos torpes, la camisa fue desabrochada, los pantalones tirados por el lugar. Xie Lian no tenía conocimiento de su propio deseo posesivo. Maldita confusión.

En un movimiento brusco Hua Cheng lo subió a su regazo, empujando su polla en aquel agujero, Xie Lian gimió cuando comenzó a moverse. Ambos se miraron por un instante antes de que pudiera decir algo, Hua Cheng le dio un pequeño beso sobre el pecho y luego otro sobre sus labios, embistiendo lento. Lamiendo y chupando fue lo bastante abrumador, una gran sacudida crecía. Empujando más a fondo, Xie Lian jadeo rompiendo el beso, miro el techo. Los besos cortos sobre el pecho no paraban, la Lluvia sangrienta estaba siendo dulce. Tembló cuando sus caderas se movieron bruscamente, San Lang beso su barbilla. Y no se detuvo, cuando empujo fuertemente, Xie Lian chillo de placer.

Sobresaltando al instante que sintió algo húmedo, moviéndose sobre su pezón de manera rápida. Este hombre tenía cada detalle de hacerlo sentir bien, en cada oportunidad. No simplemente lamia, chupaba era una especie de fascinación cada vez que hacía. Lo hacía sentir bien, y en calma. Xie Lian se inclinó besando tiernamente su frente y después la punta de su nariz para luego besar sus labios dejando de lado lo otro. Y volvió a embestir de manera lenta y suave, escuchando la ligera voz entrecortada de Xie Lian al separarse. El mundo le daba vueltas, ¿Por qué era tan bueno con él? Experiencia.

—Te moveré despacio —dijo girando el cuerpo de Xie Lian, tomando ambas piernas juntándolas entrando con fuerza—. ¿Duele? —preguntó moviéndose.

Xie Lian gimoteo, envolviéndolo esa dulce sensación en su interior pidiendo más. Cielos, no se cansaba de esto. No quería que terminará. Corrección no quería perder que se terminará el asunto con esta Lluvia sangrienta.

Admítelo lo deseas tanto para no dejarlo.

—Se siente rico —contestó con ternura, volviendo a besar a Hua Cheng rápidamente.

Penetro con más ritmo, soltando sus labios volviendo escuchar sus gemidos con suavidad. Las manos de Xie Lian se sujetaron con fuerza en los brazos de él, quien lo envolvía con ese calor sofocante. Volvió a embestir con rudeza una y otra vez, mientras besaba su cuello y lamía, siendo más violento. Xie Lian tembló balbuceando algo apenas entendible.

—San Lang... Espera un minuto... —musitó audible, pero fue ignorado como siempre. En cambio, San Lang abrió ambas piernas embistiendo de manera frenética. Un fuerte temblor sacudió su cuerpo, seguido de un hormigueo en el estómago, chorreando abundantemente.

Y deslizo las manos sobre su torso, movió las caderas lentamente, haciendo que Xie Lian se estremeciera, temblando sin parar. Termino corriéndose dentro de él, luego beso su mejilla.

Xie Lian dejo caer la cabeza sobre el hombro de Hua Cheng, respirando entrecortadamente. ¿Una última vez? Él ni siquiera sabía porque paso. Pero no quería que se marchará. En un movimiento brusco, Hua Cheng lo cargó llevándolo a la habitación que después fue cubierto por las sábanas. Cuando giro para mirarlo él estaba yéndose de la habitación con el corazón latiendo a mil, si estaba asustado. Razón no la sabía, aún no.

—San Lang —lo llamo con dulzura.

El nombrado se giró y lo observó por unos segundos antes de caminar hacia la cama. Se miraron el uno al otro, parecía eternos los segundos que pasaban mirándose. Era extraño, casualmente nunca había sentido algo diferente con las demás personas, pero con Hua Cheng día sacar algo que nadie había abierto en él. ¿Debería de asustarse más de lo que ya estaba?

Eso no era lo importante ahora, quería tenerlo para él mismo. Tan solo un momento a nadie le hace daño. ¿Seguro?

—Quédate por favor... —dijo palmeando la cama y sonrió cuando Hua Cheng se recostó a lado suyo. Esta vez no hubo abrazos como la primera vez, en esta ocasión Hua Cheng se mantenía firme. ¿Qué diablos le pasaba? Él fue quien lo rechazo al principio, no tenía por qué lamentarse ahora.

Lo haces, tienes miedo de arruinarlo todo como siempre lo haces.

Ahora no quería escuchar sus pensamientos, quería olvidarse del miedo que tuvo, un miedo que no sabía de donde provenía. Miro por última vez a Hua Cheng y le sonrió, tomo su mano que no fue rechazada. Cerró los ojos quedando profundamente dormido. Él fue diferente. Lo fue, sin duda. Y luego abrió los ojos percatándose que ya pasaba de media noche, miro alrededor de la habitación y él ya no estaba más.

Xie Lian soltó una carcajada, ellos no eran nada unos simples rivales de trabajo. No eran la pareja feliz de los cuentos de hadas y lo había dejado bien en claro. Solo una follada, si claro termino accediendo y pidiendo un poco más de la atención y cariño de la Lluvia sangrienta como un niño pequeño. ¿A qué has llegado?

A un poco de cariño. ¿Estás seguro?

No lo sé.









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Lovers Or Rivals - Hua Cheng & Xie LianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora