¿Existe la rivalidad entre los amantes? Para Xie Lian un modelo muy reconocido en Pekín China, si lo hay, cuando conoce a Hua Cheng en una sección de fotos para el VOGUE, coraje, molestia, irritación. Pero no conto con que en ese encuentro sintió un...
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Cuando llegó al departamento lo primero que hizo fue quitarse esas botas Gucci arrogándolas por allí. Suspirando se quitó las gafas y las coloco encima de la mesita de estar. No era él, no sabía porque lo hizo. ¿Qué demonios fue aquellos? Xie Lian estaba enfadado que ni cuenta se dio que había quebrado el jarro que le regaló su tía la navidad pasada. Su estrés estaba controlando sus emociones. No lo pensó mucho, fue directo a la ducha, las buenas ideas fluían gracias al agua.
Al salir de la ducha se puso su mejor atuendo, una camisa de seda transparente y unos pantalones bien ajustados. Así atraería a cualquiera para echar un buen polvo. Si estaba llamando mucho con su estilo. A la mierda Hua Cheng y sus besos buenos. Al mirarse noto la pequeña mordedura del regordete labio inferior, solo era una pequeña. Un poco de maquillaje lo solucionaría. Tocando la pequeña pigmentación roja no dolía, pero se veía tan bien. ¿En qué estaba pensando? Ese bastardo fue quien le hizo tal cosa.
No tenía por qué pensar en él.
Tomando un saco, salió del departamento. Abrió su deportivo y acelero yendo hacia su bar favorito. Una vez que llego salió de auto fue hacia el bar, no tardo tanto en encontrar un tipo caliente y universo estaba a favor de él con complacer su picazón.
Quitándose el saco fue hacia la pista de baile, mirando aquel hombre que no tardo en acercarse, los movimientos de su cadera sobre el hombre eran insoportables. ¿Cuándo le diría irse de allí? Joder esto era una malísima idea, el cabrón no va dar más.
Girando una vez más, unas manos llegaron a la cintura sujetando con fuerza. Si esto lo que quería. Pero de repente alguien lo sujeto del brazo.
—Que te pasa amigo consíguete a otra persona —dijo el hombre.
—Lárgate, él es mío —gruño una voz muy conocida.
Xie Lian giro el rostro mirando a la Lluvia sangrienta quien lo sujetaba del brazo. Mierda, esto tenía que ser una broma de mal gusto. El tipo salió disparado hacia alguna parte del bar. Molesto, Xie Lian se liberó del agarre.
—¿Que te sucede? —pregunto Xie Lian con cierta molestia en su voz—. Eres un pendejo, no ves lo que acabas de hacer... Gracias por quitarme el polvo.
Hua Cheng enarco una ceja y lo tomo del brazo de nuevo, no tan fuerte arrastrándolo hacia el fondo en unas mesas del bar.
—De hecho, te salve del tipo —comentó sentándose—. Esa persona quería difundir información tuya y hacerla un espectáculo mañana en las primeras líneas de un sitio web. Claro no estaba solo también había un fotógrafo y tú meneando el trasero como una perra —explico levantándose de nuevo.
Si, a él le llamando salvador y la clemencia para los que tienen fe. Seguramente lo siguió o pregunto. ¿Que se espera de él?
