𝟎𝟑

544 75 17
                                    

El sol aún podía notarse en lo alto del cielo, demostrado sus brillos en aquel soleado día en donde la briza no podía hacerle frente a la calurosa temperatura que había azotado la ciudad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol aún podía notarse en lo alto del cielo, demostrado sus brillos en aquel soleado día en donde la briza no podía hacerle frente a la calurosa temperatura que había azotado la ciudad.

Aun no llegamurmuró la pequeña, mientras soltaba un suspiro a causa del calor.

Su clases habían terminado más temprano de lo habitual, a causa del malestar que había sentido de repente la docente a cargo de su clase.

Es por eso que ese día Natsuki, había llegado aún más temprano de lo normal al pequeño parque donde se veía con Ken.

¿Por qué hace tanto calor? —murmuró en forma de queja, mientras quitaba sus largos cabellos azabache de su frente, que se habían pegado a su frente por causa del sudor.

Mientras ella se encontraba sentada en el verdoso césped, bajo una sombra de uno de los frondosos árboles que rodeaba el lugar. Tenía los párpados cerrados, queriendo ignoran las altas temperaturas y sus deseos de tomar algo frío como un helado o algún refresco.

Al pensar en un refresco, el recuerdo de la noche en que había conocido a Mitsuya paso por su mente.

Pues ya habían pasado algunas semanas desde ese día y no lo había vuelto a ver. Esperaba que haya vuelto a su hogar a salvo y arreglado su problemas con su familia.

Oi chibi, ¿saliste antes? —aquella voz que conocía tan bien la hizo soltar un suspiro—. Anda, no te quedes allí sentada. Hoy hace un calor de mierda, vayamos por unos helados.

Aquellas palabras hicieron que la niña se levantará de un salto, mientras una sonrisa se dibujaba en su labios y su miraba buscaba con rapidez al mayor. Para agradecerle y aceptar su idea.

Pero su molestar por el calor y sus deseos de ir por un helado quedaron en segundo plano al verlo.

O mejor dicho, ver lo que se había hecho a su cabello.

¿Qué? —dijo el mayor confundido por la cara extraña que había puesto la azabache—. Oí chibi ¿Por qué haces ese gesto tan tonto? —frunció el seño al ver que no le respondía.

Pero es que aquello la había tomando por sorpresa. Y como no hacerlo, si a la mañana lo había visto con su habitual peinado y ahora.

¡¿Te has unido a una secta acaso?! —aquella pregunta fue lo único que dejó sus labios, mientras que ahora, era Ken el que se encontraba confundido.

Tenía la mayor parte de su cabeza rapada dejando tan solo una pequeña parte de sus pelos dorados. El peinado podía decirse que estiraba al estilo mohicano.

¿Que mierda?... —estaba a punto de hablar el rubio, con una vena queriendo aparecer en su frente pero la niña lo interrumpió.

Acercándose a él con rapidez y sujetando sus manos con la suyas, mientras sus orbes azules le suplicaba con la mirada a que lo negara todo.

𝓓𝓪𝓷𝓰𝓮𝓻𝓸𝓾𝓼  ||sᴀɴᴏ ᴍᴀɴᴊɪʀᴏ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora