Overlord: Reaper of Souls

Capítulo 4

No soy dueño de Overlord

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Gazef Stronoff cabalgó hasta el pueblo esperando lo peor.

En los últimos días, había viajado a numerosas aldeas en las afueras del Reino de Re-Estize y encontró numerosas quemadas hasta los cimientos. Los sobrevivientes hablaron de bandidos con armadura de metal fino, asumió que eran caballeros del Imperio Baharuth. Aunque sabía que no era el estilo de los Imperios atacar pequeñas aldeas.

Se redujo a veinte hombres de los cincuenta originales con los que salió desde que envió pequeños grupos de ellos para escoltar a los aldeanos a E-Rantel. Con una fuerza de combate disminuida y la falta de armas y armaduras atesoradas de los reinos, las probabilidades estaban en su contra desde el principio.

Cuando vio el aspecto del pueblo de Carne temió lo peor. Había signos evidentes de batalla con varios de los edificios incendiados. El hecho de que la mayoría de los edificios todavía estuvieran en pie le permitió tener esperanza.

Amaba a su Rey y a su Reino y estaba orgulloso de servirles, pero encontró la política de su nación exasperante. Quería salir con mil hombres experimentados, pero debido a la política y las maquinaciones de la nobleza, había sido enviado con una pequeña fuerza y había sido despojado de las armas y armaduras atesoradas del reino que llevaba en la batalla.

"Política ..." Tal vez en otra vida, podría haber tenido una mente aguda para la política o al menos la paciencia para lidiar con ellos, pero fue un soldado de principio a fin. Deseaba ver a su enemigo y luchar contra ellos de frente. En política, nunca sabías quién era realmente tu enemigo. Al final, todo lo que pudo hacer fue inclinar la cabeza y obedecer las órdenes de su rey.

Miró los restos de los edificios ante él y sofocó sus dudas. "Soy un soldado, no es mi lugar cuestionar, es mi lugar obedecer". Susurró en voz baja, suavemente para que sus hombres no lo escucharan. Mientras cabalgaba hacia el pueblo se preparaba para ver muchas cosas, como soldado tenías que esperar lo inesperado. Sin embargo, nunca esperó ver las figuras que estaban frente a él en el centro del pueblo.

"Ángeles ..." Susurró mientras miraba a los seres que tenía delante. Nunca hubiera imaginado que vería ángeles parados en la plaza del pueblo. Al menos cuatro de las figuras eran ángeles. Los otros dos parecían humanos, uno era un aldeano humano y el otro era una figura blindada que carecía de las alas de los otros ángeles.

Gazef escuchó a sus hombres murmurar ya que no estaban seguros de la situación. Hizo señas a sus hombres para que esperaran detrás de él mientras cabalgaba y preguntó qué estaba pasando. Varios de sus soldados protestaron contra él, pero él los silenció.

Gazef había pasado gran parte de su vida confiando en sus instintos y sus instintos le decían que las personas frente a él no eran hostiles.

"Soy el Capitán Guerrero del Reino Re-Estize. Por orden del rey Ramposa III se me ha ordenado exterminar a los enemigos del reino que han estado atacando aldeas en las afueras del reino. ¿Son amigos o enemigos?" Preguntó mientras miraba a los seres frente a él.

"Amigos". El ángel oscuro respondió. Gazef miró al ser frente a él y estudió al hombre. Su armadura era de alta calidad, mejor que la del propio Rey. Los intrincados diseños del oro, la guadaña que empuñaba era un artículo que estaba seguro de que los herreros de los hombres nunca podrían elaborar, y todo lo demás sobre su apariencia le hizo darse cuenta de que se trataba de un ser más allá de su comprensión.

"Soy Ainz Ooal Gown, soy un lanzador viajero que vio este pueblo cuando estaba bajo ataque y decidió ayudar".

"Si ese es el caso, entonces le agradezco Sir Ainz, aunque perdóneme, pero no puedo evitar sentir que no es un mero lanzador". Gazef había visto ángeles en numerosas ocasiones. Una vez, cuando el rey estaba entreteniendo a una delegación del Reino Santo, vio que usaban ángeles como guardaespaldas y como una convocatoria especializada que eran una fuerza especial dentro del ejército de los Reinos Santos.