Overlord: Reaper of Souls

Capítulo 3

No soy dueño de Overlord

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Momonga miró a las dos jóvenes que temblaban de miedo, no le habían devuelto el saludo, lo que le pareció un poco grosero pero comprensible dadas las circunstancias. Antes de que pudiera hablar más con las chicas, se abrió una puerta junto a él.

La figura que emergió estaba cubierta de pies a cabeza con una armadura negra demoníaca. Ni un solo parche de piel se mostró a través de las placas negras del cuervo. Estaba equipado con un gran escudo negro en su mano libre, mientras que en su mano principal sostenía casualmente un bardiche que la mayoría necesitaría dos manos para empuñar.

"Mis disculpas. Prepararse tomó algún tiempo". Desde debajo del casco cerrado con cuernos llegó la encantadora voz de Albedo. A pesar de su delicada apariencia, Albedo era el mejor NPC de tanques en todo Nazerick y tenía habilidades especiales que podían anular los ataques más fuertes en Yggdrasil.

"Está bien Albedo, tu momento es perfecto."

"Gracias. ¿Debo disponer de estas formas de vida inferiores para ti? No quiero que te ensucies las manos, mi Señor". Albedo hizo un gesto a las dos chicas que estaban acurrucadas en el suelo.

"Supongo que Sebas no te dijo lo que estaba pasando". Momonga dijo mientras negaba con la cabeza. "No estamos aquí para destruir la aldea, estamos aquí para salvarla. Hay caballeros atacando la aldea que son nuestros verdaderos enemigos.

Momonga miró a las dos chicas que se habían calmado un poco pero que todavía estaban obviamente aterrorizadas. Se acercó a ellos y estaba a punto de preguntarles si estaban bien, pero la hermana mayor lo golpeó.

"¿Dios te envió para salvarnos?"

Esas palabras hicieron que Momonga se congelara en confusión, luego recordó su apariencia angelical. Supuso que la gente de este mundo tenía creencias religiosas similares a algunas religiones en la tierra como el cristianismo.

De hecho, consideró esas palabras por un momento, ¿fue transportado de Yggdrasil a este mundo por Dios? Tenía tanto sentido como cualquier otra cosa, sin embargo, encontró esa idea bastante descabellada. Momonga nunca había creído mucho en Dios, no podía creer en un Dios bueno y misericordioso cuando la tierra estaba en un estado tan terrible. Recordó que Blue Planet dijo una vez que si Dios fuera real, habría enviado otra inundación para acabar con la humanidad antes de que hubieran contaminado la tierra hasta el punto de no retorno.

Momonga fue roto de sus reflexiones por Albedo que caminó hacia las chicas de una manera amenazante.

"¡¿Te atreves a insinuar que mi maestro sirve a un Dios patético ?!" Albedo chilló de ira. "¡El que está delante de ti es un Ser Supremo! ¡Los dioses y demonios que temes y adoras no son nada comparados con él!"

"¡Suficiente Albedo!" Momonga ordenó, no quería que ella lastimara a las chicas y temía que ella las lastimara si se le daba la oportunidad.

Albedo dejó de gritar y se inclinó ante Momonga. "Perdóname Señor Momonga, pero oírte ser llamado siervo de algún Dios..."

"Está bien." Se acercó a las chicas y se paró frente a ellas. "No sirvo a Dios ni a Dioses... Pero dejemos de lado la discusión teológica por un momento... Pareces herido. Déjame darte algo para ayudarte con eso".

Hubiera sido fácil usar un hechizo de curación para curar la herida de las niñas, pero quería conservar la mayor cantidad de MP posible. En cambio, sacó una simple poción curativa menor de su inventario y se la ofreció a la hermana mayor.