-Entonces tu fabuloso plan es que yo le de esta Coca-Cola?- la tomé con mi mano mientras lo miraba.
-Si- afirmó.
En serio, a quién se le ocurriría seducir a alguien con una gaseosa, el plan más tonto que había escuchado en toda mi vida.
-Y como estás tan seguro que funcionará tu "fabuloso plan"- traté de decir estas últimas dos palabras muy sarcasticamente.
-Porque conozco perfectamente a Lowell, y créeme cuando lo digo.
Me detuve ligeramente a contemplar sus oscuros iris, eran muy opacos, pero por alguna razón se veían tan hermosos, no en un sentido coqueto, solamente que en verdad desprendían su propia belleza oscura.
-Vale como digas- di uno de mis tantos suspiros en el día. Me armé de valor y me bajé de la silla roja de la barra, agarré la gaseosa que me haría ganar la atención de Stewart y me dirigí a donde se encontraba ese chico por el cual me volví tan débil.
-suerte- oí la voz de Jed detrás de mi. Me giré para ver le, estaba bebiendo esa bebida azul que me revolvió por completo el estómago mientras tenía su pulgar arriba dándome una aprobación de que todo saldría "bien".
Ok Bradley, tu puedes, ánimo!!
En realidad no podía, estaba prácticamente nerviosa, nunca había intercambiado palabras con Stewart. Y ahora se dirán, entonces como me enamoré de ese rompe corazones, pues ni me pregunten porque ni yo misma se.
—ho-hola— mi voz se quebró. Lo que faltaba, ¡Gracias nervios!.
Sus perfectos ojos color ámbar me estaban observando por primera vez. Se sentía bien, era una sensación agridulce, la parte que hacía que todo se fuera a la mierda fue cuando habló.
—¿Quién eres?— dolían sus palabras. Se que no tiene culpa alguna de no conocerme, pero aún así dolían.
—Un placer, mi nombre es Emily— extendí mi mano, ya ni sabía que hacer, el miedo de equivocarme en algo me estaba comiendo internamente, podía sentir mis manos sudando.
—No recuerdo a verte visto antes y mucho menos a ver te enviado el acceso a este lugar, o si? — atacó.
Ahora que digo Emily, piensa, piensa. No le puedo decir que fui invitada por un extraño para que ambos nos vegarmos de ti, obviamente eso no podía decirle.
—Vine con un amigo— dije con mi mejor excusa. Retiré mi mano, la cuál nunca tomó.
—¿Cuál es su nombre? —inquirió.
—Jed— noté que su facción cambió cuando pronuncié aquel nombre, no se exactamente como definirlo en estos momentos, tal vez podría decirse algo molesto y a la vez pensativo.
—Entonces Emily, puedo ayudarte en algo?.
—y-yo, quería darte esto— ya estaba odiandome por la manera estúpida en la que no podía hablar fluidamente sin que mi voz se entrecortara por mi nerviosismo.
Stewart arqueó una de sus cejas. De seguro confundido ya que le estaba ofreciendo esta Coca-Cola, y no es muy abitual que de la nada establezca una conversación con alguien y le regales uno de estos refrescos.
—¿Que mierda es esto?— una rubia algo conocida me arrebató la bebida azucarada que le iba a dar—¿quién rayos bebería esta porquería? — exclamó burlándose descaradamente de mi regalo.
—Cierto, vaya manera de ligarle, da pena— la otra chica que se encontraba a la izquierda habló sin permiso alguno.
Si que tenían que ser bien estúpidas para no saver que era una Coca-Cola, acaso la única sustancia líquida que conocían era el alcohol?. Me pregunto si alguna vez en sus vidas habían probado una malteada porque créanme que eso es jodidamente delicioso y si no lo han tomado deberían de hacerlo porque no saven que es "vida".
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Éxtasis & Dolor
Teen FictionLowell, el chico más popular del colegio y del cual me enamoré frenéticamente de él a pesar de ser un mujeriego, y yo una chica normal con una suerte de mierda para que uno de los amigos de mi crush pusiera su atención en mi _ _ _ _ _ __ _ _ __ _ _...