El inicio de un romance doloroso.

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Era el primer día del segundo año en la escuela, Bakugo y Midoriya se encontraban juntos pues después de tantos años siendo amigos y rivales, se dieron cuenta de sus sentimientos uno por el otro.

Su relación comenzaba a inicios del primer año de secundaria, siempre juntos... Siempre uno para el otro.

—Hey nerd— Musitaba el rubio estando cerca del pelo verde.

—¡Kacchan!— Gritaba el menor corriendo hacia el chico para darle un fuerte abrazo pues no se habían visto en un par de días debido a las vacaciones.

—Ugh, ¿¡Por qué eres tan malditamente meloso!?—

Aunque el rubio cenizo renegara sobre ello en realidad le encantaba el idioma de amor del peli verde... Siendo tan distintos y parecidos a la vez. Para llevar rato de estar saliendo seguían siendo de lo más empalagosos uno con el otro.

—¡YA TE DIJE QUE TE QUITES IDIOTA!—

Aunque claro, cada uno a su manera.

La escuela iba comenzando, ambos llegaban al salón donde se encontraban sus compañeros, entre ellos un joven de cabello rojo que esperaba con ansias la llegada de su mejor amigo.

—Hey! Bakubro, Midoriya ¿Qué tal sus vacaciones?— Preguntaba el chico que se acercaba con animosidad a aquella pareja.

Kirishima se encontraba feliz de ver al rubio pues no se habían encontrado en todas las vacaciones, aunque no por falta de su interés pues invitó al rubio varias veces a salir, desgraciadamente cada vez que salía una invitación él se negaba con la excusa de que tenía una cita con aquel enamorado suyo de cabello verde.

—Oh, bien Kirishima. ¿Qué tal te fue en las tuyas?— Preguntaba el peliverde.

—Pelos de mierda, más te vale no haber perdido el tiempo de tus vacaciones jugando con ese idiota eléctrico, ¡Jugar tantos videojuegos los dejará más idiotas de lo que ya son!—

Aún faltaba algo de tiempo para que las clases comenzarán por lo que aquel trío comenzaba a platicar acerca de sus vacaciones y las cosas que hicieron mientras que el pelirrojo contaba cómo mejoraba sus entrenamientos. La pareja le decía acerca de las citas que habían tenido y los lugares a los que fueron exceptuando claro las partes privadas que habían tenido en cada lugar.

Finalmente la hora se había dado, los chicos tomaron su asiento, mientras Kirishima se iba a una banca cerca de la puerta, la pareja se dirigía a un ar de escritorios que estaban cerca, reiterando nuevamente, estos chicos estaban demasiado cariñosos.

Kirishima por alguna razón... Sentía algo raro, era algo incómodo si pudiese llamarse así... Cómo si... No, seguramente el chico solo quería sentir lo mismo que ellos

–Seguramente quiero una novia... debe de ser lindo tener a alguien para contarle todo... Y estar cerca todo el tiempo... Y que te apoye cuando estés triste... Oh, pero yo tengo a bakugo para eso! El es mi mejor amigo, no necesito novia que pienso?– Pensaba el pelirrojo sin darse cuenta alguna de que había un sentimiento en sus palabras... Aquel chico era demasiado despistado como para darse cuenta de lo que florecía dentro de él.

Al cabo de un rato, las clases tanto prácticas cómo teóricas habían terminado, todos los estudiantes se dirigía a los dormitorios y Kirishima se encontraba buscando al rubio pues planeaba invitarlo a estudiar a su habitación.

—¡Bakubro! Te importaría ayudarme con la tarea de-...— Ejiro ni siquiera pudo terminar pues un fuerte golpe se escuchó frente a él.

—¿¡QUÉ MIERDA ESTÁS DICIENDO!?— Preguntaba a gritos aquel chico frente al peliverde, al parecer tenían una especie de disputa amorosa... Pues aunque fueran novios... La rivalidad seguía siendo alta.

—Por favor bakugo, ¡no levantes la voz, Kirishima te está llamando!—

El momento se tornaba incómodo para los tres, el pelirrojo ahora mismo se arrepentía de haber ido a buscar al menor.

—¡Oh-... oh! No, No se preocupen por mi chicos, no era nada importante, ¡sigan con lo suyo!— Masculló el pobre chico que no tenía idea de lo que pasaba frente a él.

Rápidamente se fue antes de seguir haciendo mal tercio, no podía dejar de pensar... La expresión en la cara de su amigo se veía desesperada, se preguntaba. ¿Qué podría se tan grave como para que aquel chico se pusiera así?.

—¿Problemas en el paraíso? Probablemente lo arreglaran, ellos dos son un dúo perfecto.—

Aquella oración... Por alguna extraña razón resonó en sus pensamientos, "dúo perfecto" eso es lo que él y el rubio eran... Pero, ¿Por qué? ¿Por qué si eran el dúo perfecto... Quien peleaba con Bakugo era Midoriya y no él? Claro, él haría lo imposible con tal de no ver a Bakugo con la cara que tenía hace unos momentos.

Le daba demasiadas vueltas al asunto, todo el camino a su cuarto pensó en lo que tenía mal a su mejor amigo... Pero tampoco podía meterse, Bakugo era una persona bastante cerrada, no dejaría que nadie se metiese u opinar si él no lo quisiera así, lo mejor era dejarlo así y esperar a qué el rubio diera alguna señal de ayuda.

—Ahh... Será mejor que me concentre y termine la tarea, dejemos de pensar en eso...—

Al menos eso era lo que el pelinegro planeaba, lo que el no imaginaba es que pocos segundos después su puerta sonaría

*TOK TOK TOK...*

—¿Uh? ¿Quién?—

*TOK TOK TOK...*

—Uhg, ¡Ya voy! Kaminari, te dije que hoy no podía jug- ¿Bakugo?—

Y ahí estaba el rubio... Con los ojos llorosos y con una mirada que más que enojada... Esta parecía... ¿Desconsolada?.

 ¿Desconsolada?

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Las flores en invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora