Mi Jefe [Taekook]

Capítulo 1

Hace apenas un día el no tan pequeño Jungkook cumplió los dieciocho, ya era un niño grande, casi un adulto, y al fin podía hacer cosas de mayores. Por ejemplo, salir con sus amigos en la tarde y volver a casa antes de las doce de la noche, o tomar alcohol (aunque, anteriormente, ya lo haya probado y terminó sin gustarle).

Pero, lo más importante, podía conseguir trabajo. Desde que tenía diecisiete le insistió a sus padres con que quería tener un empleo y ganar su propio dinero, pero ellos le dijeron que no hasta que fuese mayor de edad, y ese momento al fin llegó. El problema era ¿dónde buscaría trabajo?

—Hijo, baja a almorzar —avisó su madre desde la cocina.

—Voooy.

Estaba buscando ofertas de trabajo en su computadora, pero ninguno le convencía. Todos pedían experiencia previa o la paga era muy mala, y él no quería ser explotado. Quería ganar millones.

Se replanteó la idea de estudiar alguna carrera, pero no estaba seguro de cuál; por el momento, solo asistía a clases pintura, era realmente bueno en ello. Tal vez podría sacarle provecho a su habilidad en el futuro.

Ya en el comedor, tuvo una ámena conversación casual con sus padres. Era hijo único, pero nunca se sintió solo.

—¿Ya encontraste empleo, hijo? —preguntó su padre.

—No... No entiendo por qué es tan difícil encontrar uno —se quejó con una mirada triste. Llevaba días buscando oferta tras oferta, pero nada le llamaba la atención. Puede que sea momento de buscar por otros medios, entonces, se le ocurrió una idea—. Papi —llamó nervioso—, ¿crees que pueda trabajar contigo? Ya sabes, en la empresa en la que estás.

—No lo sé, Jungkook. Allí requieren personal con experiencia, recuerda que tú recién empezarás en el mundo laboral.

—Oh. Está bien, gracias —respondió desganado.

Ahí se fue su primera y única idea, ahora no sabía qué hacer, a dónde ir o a quién acudir.

Después del almuerzo, quedó en salir con sus amigos al Mall, al menos quería distraer su mente para ya no sentirse triste y desesperado. Los tres amigos se encontraron a una hora puntual, chocaron el puño como saludo y comenzaron su paseo.

—¿En serio todavía no encuentras trabajo, Jungkook? —preguntó Yoongi.

—Es difícil, no sé cómo lo hacen las personas.

—Solo debes aprovechar la oportunidad. —Se encogió de hombros.

Jungkook rodó los ojos.

—Presumido.

—Chicos, quiero comprar ropa, ¿me acompañan? —habló su otro amigo, Jimin.

Con asentimiento, se dirigieron la tienda de ropa más económicamente cómoda para el bolsillo del chico, y salieron de allí con una bolsa en la cual habían dos polos oversize y un pantalón de cremilla.

—Ojalá poder comprar mi ropa también —dijo Jungkook.

—Ey, tranquilo, si te desesperas será peor. Solo espera a que llegue una oferta que te guste y se acomode a ti, entonces ahí aprovechas y te presentas —Jimin intentó consolarlo tomándolo de los hombros.

Jungkook intentaba pensar de la misma manera, pero se le complicaba al ver a sus amigos pagar todo con sus tarjetas, mientras que él usaba el efectivo que sus padres le dan cada semana.

Casi de noche, al grupo de amigos les dio hambre, habían estado toda la tarde caminando y yendo de aquí para allá, así que buscaron un lugar con buena comida. A los pocos minutos encontraron un restaurante elegante que parecía ser nuevo, pues nunca lo habían visto allí.

—Se ve caro, vámonos.

-Pero ahí dice «Deguste un platillo gratis hoy por nuestra apertura» -observó Jungkook.

Se detuvieron a pensar en si entrar o no, puesto que su ropa no era la más fina, pero tampoco se veían mal. Estaban... decentes.

Ya que seguían parados en medio del lugar viendo el restaurante como si estuviesen esperando a que algo mágico pasara, su otro amigo los cogió de la mano y los arrastró hasta la entrada del lugar. Había una chica en recepción que les ofreció una mesa para tres personas y los guio a la suya, ellos solo se dejaron llevar, no sabían lo que hacían, por lo que le preguntaron a la dama si la comida sería gratis en verdad. No querían pasar la mayor vergüenza de sus vidas.

Una vez confirmado, pudieron respirar de nuevo.

—Hoy comeremos como reyes, chicos —dijo Jungkook sobando sus manos.

—No puedo esperar, me siento como un millonario.

—Pobre —le dijo Jimin.

—Cállate. —Yoongi levantó el puño hacia el otro en señal de amenaza.

—Ya cállense o nos van a botar —regañó Jungkook en voz baja.

Llamaron al mozo para hacer su pedido y, mientras esperaban, se armó un chismecito cerca de su mesa. Al parecer, el gerente estaba hablando por celular con su jefe para comunicarle que un empleado renunció a su puesto por problemas de salud y que necesitarían a alguien que lo cubriera.

Aquello le llamó la atención a Jungkook, era su oportunidad para conseguir trabajo. Aunque le daba un poco de miedo, pues el restaurante se veía muy elegante y él no sabe cómo desenvolverse en esos ambientes, pero la vida se trata de eso, de arriesgarse.

Cuando el mozo regresó a serviles su comida, Jungkook se disculpó y siguió al gerente hasta una esquina del local. Tocó su hombro para llamar su atención y le dijo:

—Hola, buenas noches. Escuché que están buscando un trabajador y quería saber si me podrían dar esa oportunidad a mí.

—Oh, claro, primero presenta tu currículum y luego pasas a entrevista. Ah, pero antes debes asegurarte de cumplir con los requisitos.

Rayos, requisitos.

—¿Podría decirme cuáles son los requisitos?

El gerente le nombró los puntos más importantes, y entre ellos el tener experiencia previa como mozo.

—¿Cumples con cada uno?

No sabía si mentir o decir la verdad. Sus padres le enseñaron a ser un niño de bien y muy honesto, pero quería un trabajo sí o sí. Luego se las arreglaría, eso sería problema para el Jungkook del futuro.

—¡Por supuesto! —aclamó fingiendo seguridad.

Tal vez no sepa mentir, pero era buen actor.

Por último, el gerente le habló sobre el procedimiento y que mañana se presentara al restaurante con lo solicitado para la entrevista.

Volvió a su mesa con sus amigos, estos le preguntaron por lo sucedido y le felicitaron por su astucia y buen oído como todo chismoso. Le desearon buena suerte para la entrevista de mañana y salieron bien alimentados del restaurante un rato más tarde.