Capítulo 4

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—Entonces, estás diciendo que tu jefe te hizo una paja y tú, como fiel trabajador, lo dejaste hacerlo, ¿o me equivoco?

—Jimin, eso es prácticamente lo que Jungkook nos acaba de decir.

Jungkook moría de vergüenza, se sentía humillado. Al menos sus amigos no se estaban burlando de él, pero no se sentía orgulloso de contarles una experiencia como esa. ¿Dónde quedó su dignidad?

—¿Jungkook?

—No me hagan más preguntas, ni yo sé qué pasó, ¡qué vergüenza!

—Jungkook, tranqui…

—¡Y con mi propio jefe! —Se llevó las manos a la cabeza, exaltado.

—¡Carajo, Jungkook, cálmate! —exclamaron al mismo tiempo, desesperados por la desesperación del menor.

Jungkook se enrrolló bajo sus frazadas sin querer oír nada sobre el tema, aunque haya sido él quien les contó todo.

—Jungkookie —habló Jimin dando caricias a su cabeza—, no tienes que preocuparte por eso, solo te dejaste llevar. Aún somos adolescentes hormonales y que alguien guapo como tu jefe creara tremenda tensión hizo que se vuelva difícil rechazarlo.

—Jimin tiene razón, apuesto a que él hubiera hecho lo mismo en tu lugar.

—No lo niego. —Se encogió de hombros.

Jungkook los miró con pena.

—Pero no están en mi lugar —dijo—. ¿Cómo se supone que vaya al trabajo mañana? Él se encarga de vigilar mis movimientos, y lo que hizo me hace pensar que… —su rostro se ruborizó con fuerza— que no me ve solo como un empleado.

—Oh… Bueno, tienes razón —concordó Yoongi—. Ni modo, la vida sigue. —Recibió un golpe en la cabeza por parte de Jimin.

La habitación del menor quedó en un silencio profundo, cada uno metido en sus pensamientos intentando idear algo para calmar al muchacho.

Jimin abrió los ojos con una idea y dijo:

—Dijiste que te dio su número, ¿cierto? Qué tal si lo llamas e intentas hablar las cosas con él.

Jungkook se levantó rápidamente de la cama.

—¿¡Estás loco!? ¿Cómo voy a hablar con mi acosador jefe sobre eso? ¿Qué quieres que le diga? «Hola, señor Kim, quería preguntarle por qué me masturbó en el trabajo, sería tan amable si me respondiera, gracias».

—Tampoco se lo dirás de esa forma, Jungkook. No seas idiota.

—¿Entonces?

—Dile que necesitas hablar seriamente con él o presentarás cargos por abuso sexual.

—Eso es ir un poco lejos…

—Ash, no te conformas con nada. —Chasqueó la lengua—. Bien, solo dile lo primero y ya.

El menor lo estuvo pensando. De todas formas, tenía que enfrentarse a Taehyung para evitar que un escenario como ese volviera a suceder.

—A todo esto, ¿qué opinas, Yoongi? —inquirió Jungkook.

El mayor de todos estuvo callado escuchando el plan de Jimin, pensando mejor al respecto. Les hizo saber que no había de otra, así que el menor tendría que enfrentarse a su jefe.

Ya eran las diez de la noche, no sabía si escribirle ahora mismo para quedar en reunirse mañana en la mañana antes del trabajo. Sus amigos tuvieron que insistirle a que le enviara el mensaje o si no ellos lo harían por él.

Luego de enviarlo, a los pocos minutos recibió una respuesta. Gritó, sus manos no paraban de temblar, pero tenía que ser valiente y ponerse huevos.

Jungkook

Buenas noches, jefe Kim. Necesito hablar de algo urgente con usted.

Jefe Kim

Estaba esperando tu mensaje, Jungkook.

¿A qué se debe tu urgencia?

—Ya lo dejaste en visto, ¡contéstale! —gritaba Jimin en voz baja como si evitara que alguien los escuche.

Inhaló una gran cantidad de aire y la expulsó. Aunque ese intento para calmar su exaltación no sirvió de mucho.

Jungkook

Es sobre lo que pasó hoy en la tarde, en los vestidores…

Jefe Kim

¿Quieres hablar de eso?

Jungkook

Sí.

Por favor, jefe Kim.

Los modales ante todo.

Jefe Kim

Claro, hablemos todo lo que quieras.

Mañana a las ocho en mi oficina, no llegues tarde.

El último mensaje le dio toda una sacudida a su espina dorsal. No se sintió como una amenaza, sino como una advertencia, una que viene con un castigo si desobedecía.

Sus pensamientos impuros lo hicieron sonrojarse y sentirse culpable, pero Yoongi lo hizo reaccionar para que terminara de responderle a su jefe y cortar la conversación.

—Bien, ya está hecho. —Jimin juntó las manos—. Mañana te levantas a las siete, te bañas cada parte de tu cuerpo hasta lo desconocido, te pones tu mejor ropa y te echas tantito perfume. Y maquillaje si es posible.

—No va a tener sexo con su jefe, enano.

—Mira, por todo lo que ha pasado, no me sorprendía si Jungkook llega a casa caminando como Bambi.

—Jimin, cállate —sentenció el menor, más rojo que un tomate.

Por alguna razón, sentía que se había metido a la boca del lobo. Estaba cien porciento seguro de que algo malo iba a pasar, y esta vez también se le haría imposible rechazar a su jefe.

Su orgullo. Su dignidad. ¿Dónde quedaron? Esta no era la vida de adulto que imaginó tener algún día. Era peor.

—Quiero dormir y no despertar nunca —dijo cubriéndose la cara y dejándose caer en la cama. Yoongi y Jimin solo se rieron por ver al menor así, aunque también sentían un poco de lástima por su situación.

Mi Jefe [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora