▪︎ Dos días después ▪︎
— ¡Ya chicos tomen sus cosas y suban al bus, sus padres ya deben echarlos de menos!
— Eso lo dudo — susurró un compañero detrás de mi, yo solo sonrió para luego subir al bus con Jenna enfrente de mi.
No voy a negar que no tengo ganas de irme a casa. Quería quedarme una semana completa en el camping, pero lo que realmente iba a extrañar eran los momentos solos con Jenna. Las noches abrazados mientras sentía sus uñas hacerme caricias en el cabello hasta quedarme dormida o viceversa. Quería volver a abrazarla o darle besos aunque también podíamos hacerlo en casa, pero teníamos más riesgo a que nos pillaras no tanto como aquí. Aquí teníamos más libertad por así decirlo.
— ¿Estas preparada?...... Stanley.
— ¿Ah? — giro mi vista hacia Jenna que me estaba hablando, la castaña toma mi mano mientras dejaba su chaqueta arriba de nuestras manos entrelazadas para que no la vean.
— Te pregunte si estas preparada. Mañana le vamos a contar lo nuestro a Dylan en la fiesta de Halloween — volvió a decir a lo que asiento con mi cabeza, mi corazón comenzó a latir rápidamente al escuchar el nombre de Dylan. En estos dos días tan siquiera me acorde de él, estaba concentrada en pasarla bien y estar con Jenna pero ahora que nos vamos para la cuidad y que diga su nombre un revoltijo se hace en mi estómago — No tengas miedo, te aseguro que esto pasará menos de lo que crees —
Apretó su mano dándole una sonrisa, Jenna me da una sonrisa para luego mirar hacia la ventana. Solo suelto un suspiro lo que dejó mi cabeza en el asiento cerrando mis ojos. En cuanto el bus comenzó a moverse mi corazón comenzó a latir, para que ni me de un ataque cardíaco o otra cosa comienzo a respirar suavemente. No me doy ni cuenta cuando cierro mis ojos y me quedo dormida.
[ Dos horas después ]
— Stanley, Stanley despierta.
Abro mis ojos asustada cuando siento que alguien me mueve. Jenna estaba con su bolso en sus manos, veo a mi alrededor y estaban bajando todos viendo que habíamos llegado ya.
— Eres increíble, te duermes en cualquier lugar — se burló.
— Cállate tonta — contesté al ponerme de pie escuchando su risa, saco mi bolso de arriba para luego dar un paso atrás para que Jenna comience a caminar por el pasillo estrelló del bus. Fuimos los últimos en salir y en cuanto lo hicimos vemos a las familia recoger a sus hijos, busco por todas partes pero no estaba mi padre. Típico, aunque no tenía muchas esperanza a que llegara.
— ¡Jenna, Stanley!
Giramos nuestra vista al momento que escuchamos una voz conocida. Al distinguir veo a unos metros a Dylan, Jenna contenta al ver a su hermano corre hacia el mientras que yo, quería escapar y no mirarlo a la cara. Sin poder echarme para atrás camino hacia el par que por su parte se abrazaban, al momento de separarse Dylan me mira.
— ¿No le darás un abrazo a tu mejor amigo? — sonrió al abrir sus brazos, viendo la mirada de la castaña en mi finjo una sonrisa y lo abrazo. Al sentir como me apretaba con cariño mi estómago quería puro estallar al igual que mi corazón (ahora esto era una maldita consecuencia)
Para cortar el abrazo Dylan me agarra detrás de la cabeza y nos juntamos nuestras frente por unos segundos, para luego separarnos.
— No saben cómo los extrañé, ¿como lo pasaron? Mejor no digan nada, entremos al auto y hablemos allí — volvió a decir a lo que intenta entrar al auto junto con Jenna pero deteniéndolo niego con mi cabeza.
— Me gustaría pero tengo que ir a casa, le llegará hoy algo a papá que compro en Internet y no esta nadie en casa — mentí rascando mi cabeza.
— Oh no te preocupes te llevaremos, además que tenemos que ir buscar nuestros trajes para mañana. La señora me habló hoy y me dijo que están listos.
— De acuerdo vamos — sin más subo al auto quedando detrás y los dos hermanos adelante. Dylan comienza a manejar hacia su casa para a dejar a Jenna para luego ir a la mía pero en cuanto dejáramos a la castaña y va cambiar de planes diciendo que mi padre había llegado antes y que no era necesario ir.
— Ahora díganme, como les fue. ¿Hicieron algunas actividad? ¿Hicieron fogatas?
Dylan justo me miró por el retrovisor para que le respondiera, pero mi mente de inmediato busco los momentos que había pasado con su hermana. Los abrazos, los besos y a veces los besos subido de tono que jamás llegamos al otro extremo solamente eran besos.
— Hicimos demasiadas actividades e hicieron competencias, nadamos y comimos bastante — respondió Jenna por mi, Dylan deja su mirada en su hermana mientras que los dos comienzan hablar. Yo solo miraba para afuera viendo que ya las otra personas tenían decoradas sus casas, veía las increíbles decoraciones en su techos y en sus patios. Mi padre era más aburrido, no hacía nada.
— Hemos llegado.
Miro hacia mi derecha viendo que ya habíamos llegado a la casa de los Ortega. Con Jenna salimos del auto ya que iba a sentarme en el asiento delantero, en cuanto se gira chocamos entre las dos. La miró por unos segundos para luego sonreír sin mostrar mis dientes, veo que estaba apunto de hacer algo pero se arrepiente. Se agacha para despedirse de su hermano y luego caminar hacia su casa.
Por mi parte me subo al asiento del copiloto abrochándome el cinturón. Dylan me da una sonrisa y comienza a manejar, sabía que tenía que disimular un poco. Hasta yo sentía que me estaba comportando raro pero jamás pensé que seria tan difícil.
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¿Amor o amistad?/ Jenna Ortega y tú G¡p
Любовные романыSu amistad siempre ha sido importante para Stanley, su amistad con Dylan Ortega ha durado por más de 19 años pero no siempre ha tenido mucha comunicación con la hermana pequeña. Sucesos harán que Stanley dude sus sentimientos hacia la hermana de su...