Capítulo 3

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Se quedó quieto, tan quieto que ni siquiera parpadeó cuando una mosca voló frente a sus ojos.

Ahí estaba ella, sus ojos azules no dejaban de verla... Ahí estaba Hinata Hyuga, tan hermosa como la última vez que la vio.

"¡Kiba-kun!" Hinata tomó de los hombros a Kiba e inspeccionó todo su cuerpo. "Está fuera de sí... ¡¿Qué sucedió?!" pregunto Hinata, histéricamente por ver a su novio en tal estado.

Naruto bajó del ring en silencio y se dirigió a las duchas del gimnasio, parecía un robot caminando, como si lo hiciera inconsciente, con su mente perdida pero sus músculos actuando sin el guiar del cerebro.

Se desnudo y abrió la regadera, mientras se quedaba ahí de pie, dejando que el agua lo mojara por completo.

"¿Qué... Es esto?" se preguntó Naruto en voz alta, llevándose una mano al pecho.

"Hinata por favor cálmate" Kurenai apretó suavemente el hombro de la chica, que miraba preocupada a Kiba. "Vamos. Haz lo que digo. Inhala, exhala, inhala, exhala" guiaba Kurenai.

Hinata hizo lo que le dio la entrenadora de su novio y poco a poco se calmó.

"Ya estoy calmada... ¿Puedes contarme qué sucede aquí?" Hinata miró expectante a Kurenai.

Kurenai pensó profundamente en sus palabras, no quería parecer una insensible al hablar con la chica, sabía que tenía una boca muy grande que decía las cosas sin pensar pero se abstuvo de ser así por esta vez, solo porque ella es la novia de su pupilo.

"Consecuencias inesperadas de este Sparring" respondió Kurenai.

"¿Inesperadas?" cuestionó Hinata.

"Si, nunca pensé en este giro de los acontecimientos, solo veníamos a un Sparring" dijo Kurenai.

"¿Quien le hizo esto a Kiba-kun?" preguntó Hinata. "¿Su oponente en el Sparring?"

Kurenai sacudió la cabeza negativamente a sus palabras.

"Si bien su oponente es un muchacho formidable. Naruto sería quien estuviera en una situación similar a esta que si no fuera por su entrenador

..." Kurenai detuvo sus palabras al ver que Hinata estaba silenciosa y melancólica.

"¿Naruto? ¿Un chico de cabello rubio, ojos azules y se apellida Uzumaki?" inquirio Hinata. "¿Hablas de ese Naruto?"

Kurenai la miró con cierta curiosidad por el cambio de personalidad que la chica mostró en menos de un segundo.

"¿Lo conocés...?" preguntó Kurenai lentamente.

"Algo así..." dijo Hinata, pareciendo incómoda.

"Bueno, ese mismo Naruto" dijo Kurenai.

Hinata sintió algo crecer en ella, se sentía emocionada y nerviosa por estar en el mismo gimnasio que Naruto, su mente comenzó a rondar en múltiples pensamientos sin cesar.

"Me voy a casa, Hanma-sensei"

Esas palabras sacaron a Hinata de su tren de pensamientos. Reconocía esa voz, era él, ella estaba muy segura de aquello.

Se dio la vuelta y efectivamente, ahí estaba Naruto, caminando hacia ella, su flequillo dorado proyectó una sombra sobre sus ojos que le impidió ver esos zafiros.

"¡Por fin te encuentro, Naruto!" Hinata habló cuando Naruto estuvo a unos pies de ella. "¿Podemos hablar sobre unas cosas?"

La sonrisa de Hinata cayó cuando Naruto simplemente la ignoró y pasó a su lado en silencio.

Lágrimas de esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora