𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝒔𝒐 𝒔𝒕𝒓𝒐𝒏𝒈, 𝑻𝒛𝒖𝒚𝒖 𝒖𝒏𝒏𝒊𝒆.

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Estaban a un par de pasos de la mesa, a unos metros del baño y, por primera vez, observa a Tzuyu hablando con tranquila efusividad, sin tartamudeos ni sonrojos.

Se veía serena y relajada, incluso las tenues luces frívolas y alocadas del club la hacían contrastar su natural encanto femenino, realzando la belleza de sus delicadas facciones, pero al mismo tiempo viéndose tan tierna y dulce como siempre.

Esa niña la estaba volviendo loca. Debía relajarse. Quizá esa chica ni siquiera significaba algo para Tzuyu... pero Sana no podía evitar querer ir hasta ella y abofetearla por meterse con lo que le pertenecía aunque realmente no le perteneciera. Pero ella le había echado el ojo primero, así que se valía.

Tomó el trago que Taeyong dejó en sus manos y se lo bebió en dos sorbos, llamando la atención de Dahyun.

—Sana, no bebas demasiado, Mina se enojará si llegas demasiado ebria a casa. — Le recuerda la pelinegra, logrando que un infantil quejido saliese por los labios de Sana.

—Mina no me quiere en casa porque irán sus amigas. —Le explica a Dahyun, tomando el trago que solía ser de BangChan para empezar a bebérselo.

—¿Y dónde planeas quedarte, genio? —La cuestiona Daniel, palmeándole la espalda.

—Con Momoring.

—Momo y Dahyun se irán a la casa de playa de los Kim después de que salgamos de aquí. Dudo que ellas quieran acompañante. —Le hace saber Jihyo, frunciendo el ceño.

—Entonces con Daniel...

—Lo siento, pequeña Sanaq, yo me llevaré a Dan a Ilsan mañana a la madrugada. Mi madre quiere verlo. —Se excusa Jihyo, sonando apenada, pero alegre a la vez. Sana supo de inmediato que se debía a que su madre y su novio estarían juntos pronto y adoraba la buena relación que tenían.

—¿Contigo...? —Sugiere Sana por última vez dirigiéndose a BangChan, quien niega con su cabeza, algo apenado. Sana siente ganas de llorar—¿Dónde mierda dormiré esta noche, entonces?

—¿De qué hablas, Sannie?— Preguntó la voz de Tzuyu, quien recién llegaba nuevamente a la mesa.

—De nada. —Se apresura a decir la rubia.

—Sanake no tiene donde dormir esta noche. — Suelta Daniel, con la intención de burlarse de la pequeña. Tzuyu la mira compasiva.

—Si quieres... — Tzuyu comienza, pero Sana la interrumpe abruptamente.

—No importa, conseguiré un lugar. —Gruñe, levantándose del sillón de la mesa.— Iré por uno más de estos. —Dice entrecortadamente, tambaleándose hasta salir de la mesa y perderse en la multitud.

Sana no tenía idea de con cuantas personas diferentes había bailado después de su quinto trago. Recordaba vagamente estar entre los brazos de un chico que le susurró en el oído su nombre. Yang Yang. Después se les unieron Taeyong y Ten, quienes se encontraban con BangChan, Momo, Dahyun y un tal Felix, el cual bailaba con BangChan.

Sana había bailado un par de canciones con ellos, sin embargo, después se apartó del grupo y los perdió de vista. Hasta ese momento.

Justo ahora, no bailaba con nadie y estaba demasiado ebria como para preocuparse por ello. La música le ensordecía, pero se sentía bien. Porque a su alrededor no flotaban preocupaciones, sólo notas musicales y distintos aromas de las personas a sus costados, quienes bailaban en estados iguales o peores al suyo.

Divisó a lo lejos a Daniel dirigiéndose hacia ella, así que sonrió y comenzó a correr, escapando.

—¡Mierda, Sana, vuelve aquí!

Le escuchó gritar, pero no se detuvo. O al menos, no  hasta que chocó de frente con una pared y cayó al piso de trasero.

—Sa, ¿estás bien?— Le preguntó la pared.

"Un momento... la voz de la pared se parece a la de Tzuyu...". Pensó Sana. En medio de sus desvaríos ebrios. Soltó una risita estúpida y miró hacia arriba, y encontró unos adorables ojos rasgados tras unos lentes redondos.

—Eres una paredpared... una... —Hipido— Una pared extraña... —Murmuró arrastrando las palabras.

—¡Daniel oppa, ya la tengo!— Escuchó gritar a Tzuyu, quien la sostenía entre sus finos pero musculosos brazos. Sana pasó sus dedos por los músculos de aquellos brazos, sonriendo embobada. El cuerpo de Tzuyu tembló bajo su toque, pero Sana estaba demasiado perdida para comprender que la estaba asustando.

—Eres tan fuerte... eso me pone caliente.— Gruñó Sana, enterrando sus uñas en los brazos de Chou.

— Minatozaki, quédate quieta. — Pidió Tzuyu, ante la pataleta que empezó a hacer Sana de repente.

—¡Déjame ir, déjame ir, déjame ir! —Gritaba la menor, intentando vanamente golpear a la chica que la sostenía.— Debo encontrar a Yang Yang....

—¿Yang Yang?— Preguntó Tzuyu, intrigada— ¿Conoces a mi hermano?

—No, qué tonterías dices... —Sana empezó a reír histéricamente.

En ese momento, la rubia siente cómo su cuerpo es entregado a otros brazos distintos, lo cual la hace enfadar.

—Gracias, Tzuyu. —Dice Daniel, llevándose a Sana al hombro —Suele ser un poco fastidiosa cuando bebe de más.

—Está bien, oppa. No hay problema. — Asegura Tzuyu, sonriendo.

—¿Segura que quieres llevarla a tu casa?— Pregunta Daniel, genuinamente preocupado.

—¿Ves eso, Dannie oppa? —Pregunta Sana riendo. —Es tu novia... ¡Hola, Jihyo! ¡Te ves bien! ¡Pero el rosa se ve mejor en mí!

—Sí, no quiero que le pase algo malo en ese estado. —Admite la pelinegra, sonrojándose levemente. Daniel lo nota y sonríe.

—Bien, te acompañaré a tu auto para dejarla allí.

—Déjame buscar a mi hermano primero, debo preguntarle algo. —Pide Tzuyu, señalando a sus espaldas. Daniel asiente y la chica se va.

El joven camina con una rubia en su espalda, quien no ha parado de cantar entre balbuceos la canción que la gente baila en la pista.

—¿Tú sabías que Yang Yang es el hermano de Tzuyu? —Le pregunta Daniel a Jihyo en cuanto se acerca lo suficiente para que este le oiga.

—Sí. Nos lo dijo cuándo le conocimos.— Jihyo le da un pequeño beso en los labios a su novio.

—Ew... ustedes dos son asquerosos... —Se queja Sana, seguidamente hace silencio y se puede oír como empieza a sorber por la nariz. —Pero también son taaan lindos...

—¿Estás llorando, Sanake? —Pregunta preocupado. Daniel baja a la chica de su hombro y la pone en el piso, junto a su novia.

—No... —Miente la rubia, cubriéndose el rostro con ambas manos.

—¿Por qué lloras?— Pregunta Jihyo de nuevo, inclinándose para apartar las manos de Sana y secar sus lágrimas.

—¿Tú crees que Tzuyu tenga novia?— Pregunta con tono de voz lastimero, haciendo un adorable puchero que le derrite el corazón a la mayor.

—Claro que no, Sanake. Ella nos lo hubiese dicho. —Se incluye Momo en la conversación, sonando segura de sí misma.

—¿Lo prometes?— Pregunta Sana, estirando su pequeño dedo meñique.

—Lo prometo.— Asegura Hirai, enganchando su dedo con el de su amiga. Ésta sonríe.

—Ya estoy de vuelta.—Anuncia Tzuyu, observando los tres presentes. Sana de inmediato se lanza a abrazarla, haciéndola tornarse roja como tomate.

—Vámonos.— Dice Dahyun, tomando la mano de su novia y caminando hacia la salida del club.

𝑭𝒂𝒍𝒐𝒇𝒊𝒍𝒊𝒂 - 𝑺𝒂𝒕𝒛𝒖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora