H.: - ●You and Me ● [Kookgi]

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Era de esperarse, después de todo nunca seria suyo. Ahora verlo sonreír desde lejos, le era su único consuelo. Perdiste al chico que amas, Jeon JungKook.

Una y otra vez se repetía lo mismo, cuando tuvo aquella oportunidad de poder conocerlo, acercarse un poco e interactuar con su amor platónico desde hace ya seis años, simplemente dejó escapar dicho privilegio por su cobardía y porque no se sentiría lo suficiente para un bello y hermoso chico como lo era Min YoonGi.

Ahora podía verlo, de la mano de otro chico. Miles de escenarios se hicieron presentes en la cabeza del azabache, de los cuáles se imaginaba una vida a su lado y ser quién tomase su mano mientras reían y recorrían felices las hermosas calles del gran Seúl.

¿Sabrá de mi existencia?.

Dejó salir un largo y pesado suspiro lleno de tristeza, ¿a quién quería engañar?. El nunca lo miraría ni de casualidad, jamás.

Desvió su mirada hacía la fuente de agua frente a él, colocó sus manos en los bolsillos de su abrigo y recargó su espalda sobre el respaldar de aquella banca de color blanco.

— Veo que todavía no puedes olvidarlo.

La voz de su mejor amigo Kim TaeHyung, hizo al azabache sonreír o más bien formar una breve mueca que le indicaba decaimiento. El de cabello castaño, se sentó a su lado. Ambos permanecieron en silencio, al parecer aquello era mucho mejor que estar contando sus penas de nuevo y todo a causa de un chico.

— Sabes, a veces me pregunto si te hubieras acercado a el esa vez que pudiste hacerlo. Quizás las cosas ahora hubiesen sido diferentes y no estarías aquí, ahogando tus penas mientras observas esa dichosa fuente de agua todos los días.

— Hasta yo me siento miserable, no hace falta que me lo recuerdes. Además, si yo me hubiera acercado.. las cosas seguramente seguirían igual.

— A base de tu inseguridad y cobardía, puedo suponer que sí. JungKook, hermano.. ¿qué sucede contigo?. ¡Hombre! Tú te caracterizas por ser el chico malo, el chico que no se deja abatir por sus sentimientos y que le importa una mierda todo. ¿Dónde diablos quedó?.

— En el mismo lugar en dónde lo conocí.

TaeHyung rodó sus ojos, abrumado por la situación. Por tratar de entender a JungKook pero nada, le era imposible ponerse en su lugar ni mucho menos quería intentarlo. De tan sólo pensarlo, un escalofrío invadió su ser.

— Con los chicos, planeamos salir esta noche y me dijeron que te convenza de venir.

— Dudo que te haga caso.

— Eso mismo les mencioné pero ya sabes, después de todo soy tu mejor amigo y mi deber es verte sonreír. Soy la esperanza de todos modos.

JungKook negó al ver a su amigo hacer unas de esas poses dramáticas y absurdas como una estúpida película de cine.

— Saca el Killer Bunny malo que tienes dentro y deja a la masita de Jeon JungKook a un lado por hoy.

Killer Bunny, no supo en que momento se había ganado ese apodo por parte de sus amigos. Claro, ya lo recuerda.

En su infancia, en el barrio que se crió era conocido como un chico problemático y a quién no le importaba la opinión de los demás. Al fin y al cabo, hacía sus propias reglas y quién no las cumpliera, recibiría una maldita golpiza por su parte.

Todo eso cambió a sus dieciséis años cuando una linda luz de cabello rubio y rizado apareció en su vida.

— De acuerdo, iré pero si me aburro me largo. ¿Oiste?.

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