El pecado sagrado : Rituales en la perdición † KooKV

☥ Introducción

—Bienvenidos todos a nuestra iglesia, les doy la más cordial bienvenida a todos. Hoy es un día especial en el que tengo el honor y privilegio de presentarles a nuestro amado sacerdote, aquel que es el más querido y respetado por todos nuestros miembros y visitantes. Permítanme, por tanto, presentarles al ilustre reverendo Jeon Jungkook.

En este instante, les invito a elevar nuestras voces en un aplauso atronador, un tributo estruendoso en reconocimiento de nuestro querido pastor. Que nuestras palmas se fusionen en una ovación ensordecedora, llevando consigo el eco de nuestra reverencia.-

Aquel hombre nombrado recientemente comenzó acercarse al podio con una enorme sonrisa, escuchando los aplausos alegres y fuertes que daban las personas presentes y otros aplausos que eran con temor o sin ganas.

Taehyung observaba todo desde lejos, sintiendo curiosidad por como estaba la iglesia a estas horas de la noche y en como mucha gente lloraba en silencio. En como ese sacerdote no se veía como los que normalmente ve, este era diferente. Su estola era de color negro con rojo, y las velas que tenía al rededor aquel sacerdote eran del mismo color que su vestimenta.

-Damas y caballeros, quien será el primero en venir? Algún voluntario para venir aquí adelante.— El presbítero miraba a todos lados, buscando a alguien que alzara la mano para ir con él.

—Como nadie ha levantado la mano tendré que yo eleg......-Y antes de que aquel hombre acabara la frase, un chico alto y de cabello ondulado levantó la mano con algo de temor. El cura al ver dicha acción solo se dispuso a sonreír.

—Bien, hemos encontrado a nuestro "martirio"

¿martirio? ¿Qué quería decir con eso aquel eclesiástico? Taehyung no sabía qué sucedía y porque decían eso, estaba en una iglesia y lo que menos se dice es eso. Estaba realmente confundido. Tenía muchas preguntas, pero no había respuestas en ese momento para todo, así que, solo se dispuso a mirar cómo aquel hombre que anteriormente había levantado la mano estaba yendo donde el sacerdote.

—¿Cómo te llamas, muchacho? — Inquirió el hombre cuya presencia inspiraba temor, cuya mirada y sonrisa llevaban consigo un aire macabro. Luego, le tendió el micrófono para que todos los presentes pudieran escucharlo.

Aquel chico de pelo ondulado, cuyos ojos reflejaban un temor palpable, agarró al micrófono con manos temblorosas— Me llamo Doyun, Sok Doyun— Cada sílaba escapaba de sus labios como un susurro tembloroso, como si estuviera revelando un secreto oscuro que preferiría mantener oculto.

—Bien, Doyun, cuéntanos, ¿por qué estás aquí? Dinos, ¿cuál es tu pecado?—El presentador clavó su mirada en el chico con una sonrisa que helaba la sangre. Era una sonrisa que trascendía lo amigable y se adentraba en lo siniestro, haciendo que el temor se apoderara de todos los presentes. Sus labios se curvaron lentamente hacia arriba, revelando unos dientes afilados y una expresión enigmática que inspiraba un escalofrío en lo más profundo del alma. Aquella sonrisa despiadada se prolongó durante unos inquietantes segundos, como si el presentador disfrutara del tormento emocional que generaba en el indefenso chico de pelo ondulado.

—El chico tomó un momento para juntar valor, su voz temblaba mientras pronunciaba con algo de dificultad.
-Yo...realmente prefiero no decirlo, pero por favor, merezco un castigo-
Sus palabras se entrelazaron con sollozos, llenos de snguistua y culpa, como sí llevaran consigo un peso insoportable.

Con pasos tambaleantes, se acercó al sacerdote, cayendo de rodillas ante aquel hombre, implorando que fuera cruel con su castigo. El joven estaba sumido en la desesperación, buscando la redención a través de un castigo severo, anhelando purgar su alma de manera dolorosa.

Sin embargo, a medida que se postraba ante el sacerdote, una desconcertante realidad se manifestaba: el cura asentía con una sonrisa desmedida, una sonrisa que parecía encontrar deleite en el sufrimiento ajeno.

Taehyung a lo lejos observaba toda esa escena, teniendo miles de preguntas. ¿Por qué? ¿Por qué, en lugar de brindar consuelo y compasión, el cura respondía con esa expresión macabra? El desconcierto inundaba la mente del muchacho

El sacerdote agarró al chico del brazo y lo llevó a una silla. Dejando al chico ahí sentado se dirigió a su altar para buscar algo, cuando lo encontró se acercó al chico y....