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El alpha se encontraba cocinando la cena para él y su compañero omega, aunque el contrario le parecía desagradable, no podía dejar que se muriera de hambre, tal vez le tenía compasión, aunque su orgullo le impedía aceptarlo. Mientras removía las verduras salteadas, escuchó el sonido de la puerta ser abierta, tal parecía que el omega rubio había llegado.

── Ya llegué. ── Se escuchó la voz del rubio, que hablaba desde la entrada del departamento.

── Ya lo sé, no es necesario que avises cada vez que llegues, puedo escuchar la puerta. ── Respondió alzando la voz, para continuar moviendo las verduras con una cuchara de madera, para después observar como iba el cocimiento del arroz. Pronto escuchó unos pasos cerca suyo, pero no volteó, sabía que Kaveh fue allí a sacar algo del refrigerador, aunque grande fue su sorpresa al sentir las manos contrarias sujetar su cintura con gran fuerza, a la vez que su nariz podía oler las feromonas del omega rubio. ── ¿Qué demonios haces, Kaveh? ── Preguntó algo exaltado, el rubio nunca se comportaba así con él.

── Shh~ ── El de ojos carmesí, pasó su lengua por la oreja contraria, para luego morderla, haciendo que Haitham frunciera levemente su ceño, manteniendo un sonrojo en su rostro, al de cabellos grisáceos no le molestaba aquella acción, se podría decir que lo estaba disfrutando.

Los labios rosados del omega dejarón suaves besos en el cuello contrario, para proceder a dejar chupones, algo que hizo soltar pequeños jadeos al alpha, en el proceso, Kaveh subió sus manos por el gran cuerpo del hombre, hasta llegar a sus pectorales, donde apretó con fuerza, cosa que sorprendió al jóven alpha, pero eso no llegó hasta ahí, porque el rubio comenzó a juguetear con los pezones del hombre.

── Deberías de estar atento a la comida, se puede quemar. ── Murmuró el omega, continuando con sus toques en el pecho contrario. Aquellas palabras hicieron que Haitham nuevamente viera las verduras, notando que ya se encontraban listas, así que apagó el fuego, con las manos un tanto temblorosas gracias a las caricias lujuriosas que daba Kaveh.

El rubio ya algo desesperado, bajó los pantalones contrarios junto con la ropa interior, admirando el trasero del alpha, era blanquecino con leves tonos rosados y no era para nada pequeño, tenía buena contextura; sin poder aguantarlo, el omega dejó una nalgada en aquella zona, recibiendo un leve gemido como respuesta por parte del alpha, Kaveh no se detendría allí, porque comenzó a masajear las nalgas del lindo Haitham, separándolas para dejar expuesta la entrada del alpha.

── K-Kaveh, no se supone que hagas ésto, eres un omega. ── Opinó el alpha, cosa que molestó un poco al rubio.

── ¿Por ser un omega crees que no puedo follarte el culo? No te preocupes, mi lindo Haitham, puedo hacertelo mejor que otro alpha o beta. ── Afirmó, metiendo dos dedos en la boca del alpha, el cuál sin rechistar, empezó a lamerlos, Kaveh sentía como su erección dolía aún más por como sus dedos eran envueltos por los rosados labios del gran alpha, imaginaba como aquellos dedos podrían ser su pene, el cuál podía ser chupado con deseo por parte de Haitham. Sin esperar mucho más, sacó ya sus dedos de la boca ajena, para meter el dedo anular en la estrecha entrada del de cabellos grisáceos, Haitham solo podía sentir placer juntando con algo de incomodidad, no estaba acostumbrado a hacerlo por detrás, pero se sentía bien, luego de que el rubio estuviera moviendo su dedo, metió el segundo, para embestir el agujero de Haitham con fuerza, así fue, hasta que sintió que sus dedos ya no eran tan apretados y en su lugar, el alpha rogaba por algo más grande, lo anhelaba. Bajando sus propias prendas inferiores, sujetó su gran erección, metiendo la punta con cuidado por la entrada de su compañero, no quería lastimar a su amado, continuó así, hasta que logró meter un poco más de la mitad de su miembro, podía sentir como el interior caliente del alpha lo apretaba. El de orbes azulados mordía su labio inferior con fuerza, tratando de acostumbrarse al tamaño del omega, no esperaba que un omega como Kaveh tuviera un pene así de grande, pero no se quejaba en lo absoluto. Con el paso de unos minutos, el rubio comenzó a embestir con algo de brusquedad la estrecha entrada del alpha, la cuál se contraía alrededor de su polla, los movimientos eran acelerados, llegando a sacar fuertes gemidos de la garganta de Haitham, hasta pequeñas lágrimas se acumulaban en sus ojos debido al placer que sentía por ser follado por detrás, Kaveh soltaba gruñidos y gemidos leves cerca de la oreja del adulto; buscando observar mejor, con sus grandes manos separó las nalgas del alpha, viendo de una manera más obscena como su pene entraba y salía del contrario, su lujuria crecía aún más por ver tal escena.

Alpha ᰔᩚ Kavetham. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora