Capítulo cuatro

7 0 0
                                    


Dos semanas después de aquel suceso me estaba preparando para cenar en casa de los Lennox. Lamentablemente no había vuelto a ver ni a Charlie ni a Henry por lo ocupada que estaba con los preparativos del compromiso.

Solo quedaban dos semanas para la fiesta de compromiso y mientras me desempeñaba como toda una adulta madura y responsable mi estómago se hacía añicos cada noche por la ansiedad que sentía.

 –Hola Linda– saludó Charles como de costumbre.

–Hola Charlie– respondí burlona por su apodo de niño.

–Buenas tardes Rose– nos interrumpió Henry con su característica sonrisa. Me ofreció su brazo a lo que acepté.

El que me viera con Charles me ponía nerviosa porque sentía como me analizaba para descubrir cada gesto o reacción. 

–Hoy mi padre hablará con el tuyo por lo que hablamos la última vez– me dijo relajado.

–No hay problema?– pregunté nerviosa.

–para nada, lo convencí cuando hablé de tu inmensa capacidad– dijo burlón.

–No te burles de mi Henry–dije y me separé de él para saludar a Lady Lennox y el duque.

–Rosie, estás preciosa... No puedo esperar a que vivamos juntas– sonrió radiante a lo que le contesté con una sonrisa lo más alegre que pude.

–todo a su tiempo querida– dijo el duque saludándome cariñosamente. –Bienvenida querida–.

Sonreí feliz porque pocas señoritas tenían la bendición de que la familia de su esposo las tratara tan bien y las quisieran tanto.

–creí que Henry te intimidaba– escuché el susurro de Charles en mi oído.

–tonto.. me asustaste–susurré sacudiéndome. –Además tu hermano es muy amable– respondí a lo que rodó los ojos.

–ok... me alegra saber que ya no estás tan nerviosa– dijo y se acercó de la nada lo que hizo que mi corazón comenzara a latir como loco.

–Qué.. Qué haces...–pregunté alterada a lo que él acomodó un mechón tras mi oreja.

–Es que se te soltó un mechón– dijo y se encogió de hombros.

Escuchamos un carraspeo y continuamos nuestro camino hacia el comedor siguiendo a Henry.

La cena estaba deliciosa y me sentía muy cómoda comiendo con ellos. Era como en los viejos tiempos, lo hacíamos todo el tiempo cuando éramos niños.

–Rosie, querida cuéntame de tu experiencia con todo. Debe ser complicado y estresante para tí– Lady Lennox me regaló una sonrisa llena de ternura y preocupación haciendo que mi corazón se apretara.

–Para nada Lady Lennox, ya estaba preparada hace mucho para esto– dije mirándole con todo el agradecimiento que tenía en mi corazón.

Los varones hicieron una pausa en su conversación sobre asuntos del ducado y nos miraron sorprendidos.

Era cierto que el ser noble implicaba muchas responsabilidades y pocas libertades, la idea de que el poder y el dinero lo eran todo era completamente falsa, era muy difícil llevar una vida calmada o apacible.

Lord Lennox carraspeó incómodo y cambió el tema incluyéndonos en la conversación comentando sobre los detalles de la fiesta de compromiso.

–Se me había olvidado comentarles hijos y futura hija sobre el cambio del salón donde se realizará la ceremonia de su compromiso– levanté mi cabeza asombrada, ya que todos los cambios debían ser aprobados por mi. –Será en el palacio, el mismo rey dió la orden–.

Destinada a enamorarme de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora