Capítulo 3

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Mi semana de trabajo continuó y Zack no volvió a aparecer por la empresa, lo cual agradecí. Ya era viernes y estaba ansiosa por salir de las cuatro paredes de mi oficina; ese día William me había invitado a cenar y yo acepté gustosa. La verdad necesitaba cambiar de aire. A la hora de irme fui directo al aparcamiento, llegué a mi casa, me duché y comencé a alistarme para la cena. Me puse un vestido negro ajustado con un escote pronunciado, me llegaba hasta las pantorrillas, con una apertura que dejaba al descubierto mi pierna, y unos zapatos de tacón que hacían juego con el vestido. Me maquillé con un poco de base, contorno, un delineado de gato, unas pestañas postizas y un pintalabios marrón.
Al escuchar el timbre de la puerta supe de inmediato que era William, así que tomé el bolso y me fui. Él al verme me dio una vuelta y dejó salir un silbido de sorpresa.

-Estás...

-Hermosa -termino por él al ver que se queda sin palabras.

Nos subimos a su auto y como de costumbre vamos a nuestro restaurante favorito. Al llegar nos reciben y llevan a la mesa de siempre. Él saca la silla para que me siente y después procede a sentarse. No es la primera vez que salimos, en realidad pasa más frecuente de lo que creen. William es el chico más tierno y atento que he conocido, siempre tiene un detalle o una palabra bonita para decirme.

-¿Sabes? En estos días estuve hablando con tu hermano. Quería mencionarle algo que me ha estado martirizando estos últimos años, Victoria.

Por cierto, William es el mejor amigo de Nathan, se conocen desde pequeños y siempre han estado juntos a pesar de ser completamente diferentes. Nathan es mucho más arriesgado y cabeza loca, mientras que William es mucho más calculador y calmado.

-Cuéntame de qué se trata, sabes que puedes hablarme de lo que sea.

-Verás Victoria, literalmente te he visto crecer, te he visto convertirte en una mujer hermosa y trabajadora, una mujer segura que sabe lo que quiere.

-William yo...

-Por favor, déjame terminar. Sé perfectamente que siempre me has visto como a un hermano, aunque yo no puedo decir lo mismo de ti y tengo que hacer esto porque si no lo hago ahora me arrepentiré toda mi vida. Estoy enamorado de ti Victoria, desde que éramos niños he estado enamorado de ti y han pasado ya 23 años desde la primera vez que te vi, y ese sentimiento no ha cambiado en nada, solo se ha hecho más fuerte. Cuando te vi esta noche supe que no había un momento adecuado para decirte esto, supe que era mejor arriesgarme porque la vida es corta y porque es mejor arriesgarlo todo a estar la vida entera pensando en lo que pudo haber sido y nunca fue, pensando en lo que pude haber hecho y no hice; por eso me llené de valor y te estoy abriendo mi corazón, querida Victoria. Entiendo perfectamente si necesitas un tiempo para pensar. Lo único que te pido es que no me alejes de tu lado o que me evites por vergüenza, si tu respuesta fuera que no... Quiero que sigamos siendo tan amigos como siempre, porque aunque me duela lo entenderé.

-William, yo no sé qué decir, me siento halagada. Eres un hombre maravilloso, tan lleno de vida, tan detallista y con tanto amor para dar; me has sorprendido. ¿Por qué no lo mencionaste antes?

-Tenía miedo a perderte.

-Nunca me vas a perder tonto -aclaro, sonriendo.

Él me toma de la mano y le hace una seña al camarero, el cual se acerca con un hermoso ramo de rosas rojas.

-Espero que te gusten, son tus favoritas.

-Muchas gracias, son preciosas.

Después de la cena nos dirigimos a "Pasiones". Un bar donde quedamos para vernos con más amigos. Entre los tragos, las bromas y la música invito a bailar a William una canción que me encanta. El ambiente cambia, las luces bajan su intensidad y las parejas bailan al ritmo de "Perfect "de Ed Sheeran.

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⏰ Última actualización: Sep 16 ⏰

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