Objetivo

10

Kirishima se veía alarmado, caminando de un lado a otro, Izuku no se había presentado en lo absoluto, ya había pasado más de media hora, Eijiro miraba de un lado a otro en busca de la cabellera peliverde, pero simplemente nada.

— pss, oye — escuchó una voz a su lado, miro sobre su hombro notando un grillo — Kirishima, tenemos un problema — de inmediato el pelirrojo se alarmó, miro al grillo y asintió, dándole la señal de que siga hablando — escúchame bien, es Izuku, su caballero ese raro de lentes lo encerró en la torre más alta del castillo, además que resultó que estaba trabajando con el príncipe Shoto, pero lo traicionó — sus ojos no podían estar más que abiertos, sorprendido y angustiado, de lo que al pecoso le pudiera pasa.

— Mierda — el grillo, que era Denki, miro preocupado al pelirrojo, pero tenía un plan.

— Escucha Kirishima, podrías ir y salvarlo siendo tú, siento Kirishima Eijiro el príncipe del reino dragón, puedes ganar su confianza — afirmó, Eijiro lo pensó un momento, para después asentir.

— Eso haré Denki, ahora vete que no es muy normal que hable con un grillo — el animal asintió, dio un brinco y desapareció, Eijiro despareció de la sala, tenía que salvar a su pequeño pecoso y que así esté le tuviera la confianza suficiente como para casarse felizmente con él.

Por otro lado, Izuku golpeaba con todas sus fuerzas la puerta de madera fina, aún llorando por la traición de su mejor amigo, no comprendía aún del todo a Iida, pero sabía que debía detenerlo antes de que hiciera algo estúpido.

También estaba el otro tema que rondaba su mente, ¿el príncipe Kirishima y su Ei-Chan siendo el mismo? No iba a negar que tenían cierto parecido, pero, su actitud era otra totalmente diferente.

Izuku estaba confundido y perdido, sin saber que hacer o decir, encerrado en la soledad de aquel lugar sin saber nada.

Iida se mantenía fuera, solo escuchaba los sollozos y las súplicas del menor, eso lo hacía llorar, pero de impotencia no podía creer que había llegado a esa situación, pobre Izuku, pero todo sea por cuidar a su pequeño pecoso de ese idiota doble cara, al menos él era auténtico.

Se levanto al escuchar un molesto sonido, miro a su lado un canario, este le veía fijamente, enojado intento alejar al ave, sin embargo este subio aún más fuera de su alcance, el ave le saco la lengua, aquello lo intrigó, el ave seguía viéndolo y luego cantaba.

— vaya, así que tú eres el aliado de Kirishima — el ave pareció asustastarse, ya que sus plumas se hincharon — escucha estúpido, dile a tu dueño que no pienso perder en contra de él, si tengo que asesinarlo lo haré — el canario se fue de ahí, Kirishima estaba en riesgo, quizá salvar al pecoso iba a ser más difícil de lo que pensó.

Kirishima subía con cautela, según él iba a ser de lo más fácil salvar al pecoso, con cuidado miraba a todos lados, Iida no se la dejaría fácil, pero vamos ¿Qué podría hacer un simple e idiota caballero en contra de un príncipe con poderes como él? Ganaría sin dudarlo.