Único

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El carisma de James Potter siempre había sido algo para recalcar, él era perfecto. Su sonrisa iluminaba a todos a su alrededor y él por sí solo parecía brillar. Pero recientemente, su sonrisa ya no era más una sonrisa.

Ahora parecía una mueca, un intento de hacer creer que está perfectamente bien, en realidad no lo está.

Las escenas de esa noche pasan por su mente como si no hubiera nada más, como si él no conociera nada más aparte del sufrimiento de la partida de Severus.

En sus sueños lo ve, la figura de su ex pareja en el suelo frío con los ojos cerrados, no tiene una sonrisa, a pesar de que Severus intentó todo para sentirse bien en su último respiro. James no puede sacárselo de la cabeza.

Harry nació, es un niño sano, la guerra ha terminado, se enfrentó a Dumbledore cuando supo de la profecía, no iba a dejar que su hijo muriera sabiendo que el mago mayor tenía las facultades para hacerle frente a Quien-Tú-Sabes, así que, todo terminó de una manera efectiva al aliarse con el hermano menor de Sirius, hacerse cargo ellos mismos de los horrocrux.

Pero Severus está muerto.

Y siente remordimiento, siente un odio profundo a Dumbledore, se permitió sentirlo luego de la guerra.

Porque él debería ser un buen padre para su hijo Harry, pero sólo puede llorar una y otra vez porque tiene la vida que soñó, pero no con la persona que soñó.

Remus a veces va en polvos flu y lo cuida, a veces incluso Lucius Malfoy aparece y le cuenta anécdotas con el Slytherin del que estuvo enamorado. A veces se le hace curioso, porque en Hogwarts estuvo tan ciego, tan nublado de su ego que no vio a través de lo obvio. No supo leer entre las líneas y, en realidad, la muerte de Severus no es culpa de Dumbledore.

A veces se queda observando la ventana de su habitación, intentando encontrar algún atisbo de belleza en ese paisaje, pero la belleza la ha perdido el mundo hace mucho, la belleza se perdió con la muerte de Severus.

"Prongs, no puedes seguir así" dijo Sirius cuando entró a la habitación.

Su amigo sentía pena, seguro se ve patético. No sabía por qué estaba así.

Los primeros meses pudo luchar, se hizo cargo de una guerra en venganza, por el deseo que Severus quería la calma, y en su cabeza, él lograría la calma. Para cuando tuvieran que estar ellos juntos nuevamente, en otra vida. En otro momento.

E intentó seguir su vida, sus amigos lo llevaron con psicomagos famosos, los mejores que podían conseguir porque no era para cualquiera, era para un Potter.

Y Lily le contó que estaba embarazada, forzó una sonrisa. Recibió a Harry a brazos abiertos, era su hijo, su futuro heredero y el siguiente Potter en el mundo.

James Potter, el que encabezó la primera guerra mágica, el héroe del mundo mágico.

Todo era color de rosa, pero en algún punto empezó a verlo en sus sueños, empezó a aferrarse al recuerdo de Severus. Cuando ya estaba completamente terminada la guerra y todos los implicados estuvieron en Azkaban -Regulus y Lucius lograron evitar Azkaban por haber colaborado en guerra y la captura de los mortifagos-, les hicieron funerales a los que los dejaron en el camino.

Fue en el funeral de Severus. James tenía la mirada perdida, Harry se acercó al ataúd y lo miró fijamente. Y luego sonrió. James lo vio y algo en su pecho se sintió pequeño.

Ese día pudo escuchar la burla, pudo escuchar a Severus diciéndole al oído que lo había logrado, que James Potter era un héroe.

Y no quiso ser un héroe.

El héroe, James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora