'¿Por qué dije que me iba a casar?'
Arne miró fijamente al hombre que estaba frente a ella con todo su corazón.
La boda de Arne dio mucho que hablar y desgaste.
El compañero de matrimonio era el hombre justo en frente de él.
"Mucho tiempo sin verlo."
La sonrisa descarada de Cassian era absurda.
Mientras tanto, Arne estaba un poco preocupada porque se alivió de su ira porque era guapa.
Recuerdos que habían sido olvidados vinieron a la mente.
Arne estaba angustiado.
"Es bueno verte de nuevo así".
Con la profunda sonrisa de Cassian, Arne se dio la vuelta.
El comienzo de esta dura relación comenzó desde ese mismo día.
***
Hace 3 meses, Imperio OccidentalLas luces del salón de fiestas parpadeaban vertiginosamente.
Arne, quien logró infiltrarse en el salón de fiestas sin los guardias que protegían el Palacio Imperial, terminó de subir la terraza del segundo piso y se apoyó contra la barandilla.
'eww. Tengo el corazón partido…'
Me estaba entrando una resaca debido al alcohol que vertí como loco con los mismos caballeros anoche. Bebió toda la noche, por lo que ni siquiera se había despertado todavía.
Normalmente, ni siquiera me importaría si se llevara a cabo una fiesta en el Palacio Imperial o no, pero hoy fue diferente.
“Si te pierdes la fiesta de hoy, ¡Realmente puedes morir!”
La voz de mi creador, que me hace sentir frío solo de pensarlo, zumbaba en mi cabeza.
La única persona que podría dar al maestro espadachín más fuerte del Imperio Occidental un aviso de asesinato sería la madre.
Arne miró la hora.
La fiesta ya había comenzado hace mucho tiempo. Un poco tarde, pero...
"De todos modos, no importa porque estoy aquí".
Arne le dio importancia al hecho de que la fiesta no había terminado.
El estómago borracho quería un haejangguk (un caldo para expulsar la resaca).
"Voy a tomar una foto de la asistencia e iré al mar".
El cuerpo de Arne, que había pensado tan simplemente, se detuvo por un momento.
Escuché algo en mi oído que había alcanzado el nivel de un maestro de la espada.
Las voces de las jóvenes charlando cerca de la terraza.
"¿No estás aquí de nuevo hoy, Arne?"
"La duquesa te estaba buscando, estaba muy enojada".
“Dijiste que vendrías, pero no viniste de nuevo”.
"Qué debemos hacer. Arne-sama, ¿realmente se va a meter en problemas esta vez?
Arne pensó mientras presionaba suavemente sus sienes que de repente estaban palpitando.
Conocer a una madre enfadada no es una buena decisión.
Tren expreso al infierno.
Arne decidió.
'Reunámonos con el emperador lo más rápido y en secreto posible'.
Arne, quien hizo un gran plan para huir con solo las personas que pudieran probar que él estaba en la fiesta, saltó naturalmente a la terraza del tercer piso.
La intención es averiguar la ubicación del emperador en el pasillo del tercer piso con una vista completa del salón de fiestas.
Arne, que aterrizó en la barandilla de la terraza del tercer piso como un gato ágil, casi se tuerce el pie.
'¿Quién está ahí?'Por supuesto, había alguien más en la terraza del tercer piso, que pensé que no estaría allí porque no me sentía popular.
'No puedo cometer un error tan simple'.
Mientras Arne estaba confundido, el hombre que se sentía popular miró hacia atrás.
Por un instante, ojos azules y ojos se encontraron.
Ojos azules locos.
Su mirada fue apartada de sus ojos invernales, pero Arne recobró el sentido más tarde.
'Este no es el momento para ser así'.
Cuando la expresión de Arne cambió, la mirada del hombre que llevaba la máscara también cambió.
Un brillo brilló en los ojos azules.
En el momento en que el hombre extendió su mano.
Ampliamente.
Arné se escapó.
El hombre miró su mano que no sostenía nada.
'¿Me lo perdí?'
De repente, sentí una extraña familiaridad detrás de mí, me di la vuelta y pensé que algo como esto sería interesante.
"¿Qué está pasando, mi señor?"
El caballero que apareció en la terraza tardíamente le preguntó al hombre.
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LABIOS EN LA PUNTA DE LA ESPADA
FantasyEl perro rabioso del Imperio, Arne, el caballero más fuerte de todos los tiempos. Se ve obligada a casarse por la santificación de sus padres. "Si no te gusta tu marido, tienes que matarlo y volver". Pero nadie me dijo nunca que mi marido era tan gu...