father and son

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Alyssa pov'

Luego del gran premio de Austria, Alek y yo nos regresamos a Bélgica para seguir con nuestros labores. El tenía que ir a la escuela y yo debía seguir con mi puesto en la empresa familiar.

Alek estaba emocionado por su asunto con Max, y como no, era una versión más rara de "él diario de una princesa".

Después de eso todo seguía igual, Max aún no daba señal de vida, yo trabajaba y alek iba a la escuela y a handball, otra pasión que heredó de mi. El todavía jugaba mini handball, y para su corta edad, hacía cosas impresionantes.

Recuerdo que una vez vino Diego "chino" Simonet, un gran amigo y ex compañero de selección. Alek quedaba cada vez más sorprendido mientras lo escuchaba contarle como era ser jugador de handball. Luego de esa visita, mi hijo se interesó muchísimo en el deporte. Yo para presumir mi adolescencia deportista, me tome el trabajo de buscar cada trofeo, medalla, camiseta y pelota de handball que tenia, además de mostrarle casi todos los partidos en los que jugué. Este deporte se convirtió en nuestra actividad de viernes.

Era martes, Aleksander estaba en la escuela ya que iba al turno mañana y yo estaba trabajando en una mini oficina que tenía en mi casa.

El día a mi parecer era hermoso, hacían 14° y llovía. Era el día perfecto para evadir todo tipo de responsabilidad y dormir, pero claramente eso no iba a pasar, no porque no quisiera claro, sino porque hoy le había prometido a Alek tener un día de "madre e hijo", que consistía básicamente en estar los dos acostados con mantas en el suelo y demasiada comida, mientras escuchábamos one direction y contábamos historias sobre handball, moto gp y fórmula 1.

Eran las 12:00 del mediodía, Alek salía 12:30, por lo que un rato más iría a buscarlo y lo llevaría a comer a uno de sus restaurantes favoritos, como parte de nuestro día.

Mientras buscaba un impermeable y ropa más abrigada para mi hijo, el timbre empezó a sonar con demasiada insistencia.

Por un momento creí que era Marc. El siempre aparece de la nada, pero una vez me robó la llave de la casa para hacerse una copia, así que entra y sale cuando quiere.

¿Mi mami?, no tampoco, es otra que entra como si fuera la dueña.

Sacudí la cabeza y fui a abrir, porque pobre persona se debe estar re cagando de frío y yo acá como boluda pensando en quien es.

—Hol- AAAAA. Grite como loca, en mi puerta, MI PUERTA, había un Max Verstappen empapado y con dos valijas, ¿se quiere quedar a vivir?. Lo quedé mirando sin saber por que había venido, hasta que me acorde que es el padre de mi hijo, ja qué gracioso.

—Ay mamu, ¿estás bien?. Dijo Max entrando a la casa, como no, si esto ya es propiedad pública para los hijos de puta.

—Dale, pasa nomas, conchudo. Murmuré.

—¿Y Alek?

Pero la puta, me olvide de mi crío.

—Está en la escuela, lo tengo que ir a buscar.

—¿Puedo ir, puedo ir?— Me dijo Max saltando emocionado.

—Si, claro— Murmure en tono cansino.

Nos subimos a mi auto y yo empecé a conducir hacia la escuela de Aleksander. El camino era un poco tenso, Max no hablaba y yo tampoco, los dos íbamos con una cara de orto tremenda.

—¿Puedo hacerte una pregunta, Alyssa?— Me dijo el, interrumpiendo el silencio que había.

—Ya la hiciste— Dije, fastidiando como siempre— pero adelante.

SHE IS BACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora