Mamá e hijo, ¿Qué pasaría si...?

Cap. 2

Al día siguiente, desperté a mi mamá para ir a tomar desayuno. No conversamos hasta después de este. Ella se encontraba más calmada y estaba viendo desde el balcón la hermosa vista que nos ofrecía la habitación donde nos encontrábamos.

- ¿Iremos a recoger nuestras cosas de la casa de mis abuelos?

- Sí, para antes del almuerzo ya deberíamos de dejar su casa.

- ¿Quiere conversar sobre lo que sucedió ayer?

- No hay mucho de qué hablar. Solo que yo creí que nunca me lo dirían. Seguro se debe a que la enfermedad de mi papá está muy avanzada.

- Entonces, ¿Ya lo sabía?

- Sí, hace ya muchos años que lo descubrí de casualidad, por eso decidí irme a Lima.

- Ya veo... 

Dejamos el hotel, y nos dirigimos a casa de mis abuelos. Primero entré yo, los saludé y les expliqué que solo sacaría nuestras cosas para retirarnos. Mis abuelos entendieron y esperaron a que mi mamá también entrara. Pero, ella se quedó afuera.

Terminé de empacar, antes de retirarme me despedí de ellos. Mis abuelos salieron y de lejitos, se despidieron de mi mamá.

Ella solo respondió con un: "Cuídense".

Para tomar un autobús de regreso a casa, decidimos ir caminando hasta una estación. Estaba callada, no hablaba como de costumbre. Y realmente la entendía, por eso no la presioné a tener conversaciones muy largas. Solo caminábamos sin hablarnos. Nuestra compañía era más que suficiente.

Llegamos a la estación, le dije que me esperara. Saqué dos boletos de regreso, el autobús salía aún dentro de dos horas. Le propuse registrar nuestras maletas y luego ir a comer algo por aquí cerca. Ella aceptó y tras un rato de decidir sobre qué deberíamos comer. Escogió un restaurante llamado "Sazón de familia".

Después de almorzar, regresamos a la estación a esperar el momento de abordar el autobús. En eso llamó mi papá.

- ...

- Sí, estamos bien. En un rato llegará el bus que nos llevará.

- ...

- Una discusión con ellos, por eso nos regresaremos hoy.

- ...

- No, nada grave. Cuando llegue te cuento.

- ...

- Está bien, cuando lleguemos te aviso. Chau...

Llegó el autobús, subimos y nos sentamos en asientos separados. Era un viaje de 8 o 9 horas por lo que llegaríamos aún muy tarde. A mi lado iba una joven señorita y con mi madre una señora de mucha edad. Después de unas horas de viaje comencé a recordar.

Me gusta ir al lado de la ventanilla. Desde pequeño he ido allí y nada se siente mejor que eso. Escuchar los sonidos que produce el bus al reducir o aumentar la velocidad. El sonido que produce la luna al moverse por los baches de la pista. Visualizar los paisajes que hay por el camino. Todo esto me recuerda a mamá.

Ella me solía llevar bastante a sus viajes familiares. Bueno, yo era pequeño y la única parte que me gustaban de los viajes era ir sentado al lado de la ventanilla. Por eso, quería tanto que este viaje sea solo de ella y yo.

Independientemente de cómo resultaron las cosas con mis abuelos, este viaje quedará como un recuerdo para ambos. De seguro ahora se encuentra descansando. No quisiera despertarla a estas horas.

Sencillamente, me concentraré en los paisajes y la música que escucho de fondo. /De fondo sonaba Cold de Jorge Méndez/

Con una sonrisa en el rostro, cerré los ojos. Ella estará bien, yo la apoyaré hasta que se encuentre mejor. Sí, todos la apoyaremos...

Y así, como los buenos deseos del hijo pasaban por su mente, el sueño y el cansancio pasaban por el del conductor.

 Ese día, 17 de octubre, el bus no llegó a su destino.

"El 18 de octubre se confirmó un dramático accidente, un autobús de transporte interprovincial cayó por un abismo de 100 metros durante su trayecto a Lima, las autoridades afirman que han habido 15 muertos, 20 heridos y 5 desaparecidos. Medios locales afirman que el motivo del accidente se debe al mal estado de la carretera. Las victimas fueron trasladadas a los hospitales de las localidades más cercanas." 

-Fin.

P.D: Esta es una historia basada en uno de los muchos sueños que tengo, soy un joven lleno de mucha imaginación. Hasta la próxima.