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Narra Grecia Evans

—Tranquila —acarició mi cabello y salió de la habitación, dejándome sola y muy nerviosa 

Mis nervios empezaron a crecer y miré toda la habitación nerviosa, tomé la sábana y me cubrí con ella, me acerqué a la puerta para intentar oír algo, nada. Mire toda la habitación en busca de mi ropa, tomé mi blusa y jeans y me senté en la cama

Los segundos se me hacían eternos, y sin pensar salí de la habitación, recorrí el pasillo a paso lento y escuchando voces

—Moly, ¡fuiste muy débil! —reconocí la voz de ese hombre de inmediato

—Ella era una zorra qué me engaño —dijo Fabián

¿Moly? ¿Quién es Moly? ¿Engañó a Fabián? ¿De qué forma?...

—¡Ella también te engaña!. La mujer qué tienes por esposa ahora te ve la cara con Máximo

Abrí mis ojos como platos y corrí a la sala donde ambos se apuntan con armas

—¡Eso no es cierto! —grité con fuerza

Albert me miró de arriba abajo con morbosidad, y mentiría si el miedo no recorre mi cuerpo ahora

—¡ERES UN MALDITO! —gritó Fabián —¡Te atreves a hablar mal de mi esposa! ¡Después de todo lo qué has hecho!

El no dijo nada, me apuntó a mi está vez y ahogue un grito

—¡MALDITO!

Fabián soltó un disparo y se fue encima de él

—¡Fabián!

Tenía miedo de que le disparará a Fabián, comenzó a golpear a su padre y éste se defendía con fuerza

—¡Suéltalo! —Fabián estaba bajo suyo este hacía qué su rostro sangraba

Había una mesita junto al sofá con una lámpara, Albert la tomo y golpeó a Fabián, dejándolo algo inconsciente

—¡Fabián!

Intenté acercarme pero Albert me tomó por los brazos bruscamente, grité, pataleaba para que me soltara, estaba desesperada, Fabián en el suelo y yo a merced de este hombre ¡OTRA VEZ! 

—Suéltame —me arrojó sobre el sofá 

—Shhh —comenzó a manosear —¡La tentación de tenerte cerca ha sido mucha Grecia!

Me dió una cachetada, mi mejilla ardía, iba a dejar una marca. Bajó un poco mi jeans y me pegó en mis piernas repetidas veces

Fabián se removió un poco y miró a todos lados

—¡FABIÁN! —grité. Me dolía mucho la mejilla y los muslos

Se levantó de inmediato y me quitó a ese hombre de encima. Volvieron a golpearse, está vez de una manera más agresiva

Mire a todos lados asustada... Mire la lámpara en el suelo, corrí hacía ella la tomé, Fabián seguía luchando, pero Albert lo estaba asfixiando

¡Iba a matarlo!

Con todas mis fuerzas levanté la lámpara y golpee fuertemente a Albert en la cabeza, eso hizo qué soltara a Fabián, pero no calló inconsciente, así qué lo golpee otra vez, dos, tres veces, hasta qué dejó de moverse

Solté la lámpara, y cubrí mi boca, estaba llorando

—Grecia —me gire y ayude a Fabián a levantarse

—Fabián, Fabián —mire su rostro y estaba lleno de sangre

Aumenté mi llanto en silencio, él estaba muy mal, no podía mirarme fijamente a los ojos

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