UNA GRAN AMISTAD CANINA

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Verónica tiene actualmente 56 años, tiene un peso de 50 kg, y una talla de 1.43 M. Ella vive con su hijo en un departamento de interés social desde que Alex tenia 13 años.


Desde que llego Jack, se empezó a hacer cargo de él. Se le hizo una rutina sacarlo a realizar sus necesidades fisiológicas, hasta 3 veces al día. Porque es dificil tener a un perro encerrado en un departamento, ya que se impregna el olor de las heces fecales; por eso Verónica lleva a Jack a un parque cercano, y asi se mantiene el departamento libre de malos olores, porque el perrito siempre se espera a que Verónica le coloque su collar con su correa para sacarlo, aún era un perro pequeño, por lo que le quedaba muy bien el collar, no le lastimaba, ni se ahorcaba; además de colocarle su correa y collar, Verónica siempre carga una bolsa de plástico para recoger las heces de su hijo adoptivo y tirarlas a la basura para mantener en buen estado la ecología de su colonia.



Jack, siempre ha sido un perro muy amigable, chilla y gime de gusto cada vez que ve a un perro y a las visitas o proveedores que llegan al domicilio de Alex, a preguntar por el médico, se les avienta para jugar; a algunas personas no les desagrada que Jack sea así, pero a muchas otras no les gustan los animales, por tanto, para evitar que discriminen a su perrito lo lleva a su cuarto, para asi no le hagan el feo a Jack.


Han pasado 2 semanas desde que Jack esta con Verónica y Alex, ya lo han llevado con el veterinario para aplicarle sus vacunas contra la rabia, parvovirus, leptospira, moquillo, entre otras vacunas que lo van a proteger a el y a la familia, aparte el veterinario lo desparasito y le corto el pelo y le dio indicaciones de su cuidado y alimentación a Verónica y Alex.


-Jack, te voy a soltar y mas vale que no te alejes- dijo Alex al perrito-.


Al sentirse libre, Jack, se alejo unas cuantas calles de la casa y Alex lo estuvo buscando, pensó que lo perdía.


A los 15 minutos, Jack, ya aguardaba en la entrada de la casa de Alex. Alex, al verlo lo regaño por haberse ido, y al revisarlo se dio cuenta que había perdido su collar, por lo que no lo sacaron en dos días, en lo que le compraban una pechera.


Dos días después, Alex y Verónica, fueron al veterinario para comprarle su pechera a Jack, se la probaron y le quedo a la perfección.


Después de comprarle la pechera a Jack, Verónica, lo volvió a sacar a hacer sus necesidades, para que no se hiciera adentro en el departamento.


Todos los días que lo sacaba Verónica, Jack, jugaba con 2 perros del vecindario: un perrito de raza pekines, que respondía al nombre de pinki y una perrita de raza maltes que respondía al nombre de terri.


Verónica lo soltaba y corría y jugaba con estos dos amigos.


-es lo que le hace falta a Jack, el departamentos es muy pequeño- pensó Verónica-.


En algunas ocasiones, antes de que despertara, Verónica, Jack ya le traía la bolsita de plástico para que ella levantara sus heces.


Paso el tiempo, aproximadamente 6 meses, y un domingo, que salieron al tianguis, Alex y Verónica, se llevaron a Jack.

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