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El rubio se encontraba llegando a su casa, entró y tiró sus llaves sobre el sofá distraídamente, ni siquiera se dio cuenta de las luces apagadas hasta que sintió un delicioso aroma y su estómago protestó por hambre.

  Agarró lo primero que tenía en frente, que resultó ser una escoba, y comenzó a dirigirse hacia el comedor, dándose cuenta en ese momento de que era el único lugar con la luz encendida. En su cabeza rezó un padre nuestro y finalmente entró a la habitación.

   Y ahí se encontraba Jungkook terminando de arreglar algunos detalles en la mesa, cuando vio al rubio inmediatamente detuvo sus movimientos y lo miró en silencio, esperando que diga algo él primero.

  - ¿Jungkook? ¿Qué hacés aquí? — preguntó sorprendido mientras bajaba la escoba.

  - Jimin... — habló el muchacho antes de rodear la mesa y comenzar a acercarse al más bajito, quien se mantuvo en el mismo lugar todo el tiempo. — Lo siento tanto, mi vida. — se disculpó.

  Todavía ni habían comenzado a hablar y Jungkook ya podía sentir sus ojos picar.

  - ¿Por qué? — preguntó aún más sorprendido.

  - Ya lo sé todo, Mimi. Ella me lo dijo todo. — lo miró con tristeza, en ese momento lo único que quería era poder abrazar al rubio, quien se veia tan indefenso después de escuchar las palabras de Jungkook.

  - ¿Todo...? — susurró.

  Los recuerdos de su pasado lo abordaron y comenzó a sentir cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

  - ¿Por qué no me lo habías dicho en ese momento? ¿Por qué nunca me dijiste todo lo que Nayeon te hacía? Yo hubiese hecho todo lo posible para protegerte. — murmuró al borde del llanto.

  - Yo... simple-emente no pud-de. — sollozó tapándose la cara con vergüenza. — No quería que me tuvieras lástima, no quería que veas lo débil que era. Tenía miedo, miedo de que te des cuenta de que ella era mucho mejor que yo.

  - Dios, no. — jadeó el pelinegro cerrando toda la distancia que había con el rubio.

  Lo abrazó y sintió como el pequeño cuerpo temblaba levemente, apretó sus brazos al rededor del rubio y dejó un beso en su cabeza antes de separarse y tomar el pequeño rostro entre sus manos haciendo que lo mirase.

  - Jimin, escucháme. Yo te amo más que a nada en este mundo, cometí un terrible error al irme, nunca debí hacerlo. Noté que en realidad nunca podré ser feliz completamente si no te tengo a vos a mi lado. Sos todo lo que necesito para estar bien, no pienses jamás ni por un solo segundo que yo podría elegir a alguien más, te amo a vos, nada puede cambiar eso. — volvió a abrazarlo después de terminar de hablar, soltó un suspiro y continuó. — Sé que fue un grave error dejarte, y me siento terriblemente arrepentido por eso, daría lo que fuera por volver al pasado y evitar cometer esos errores, pero ahora ya no puedo hacer nada más que pedir perdón y esperar que me des otra oportunidad. —

  - ¿O-otra oportuni-idad? — preguntó el rubio separándose del cuerpo ajenos con los ojos rojos por el llanto.

  - Dame otra oportunidad para hacerte feliz, Mimi. No quiero perderte, no quiero perder todos los momentos hermosos que tuvimos por culpa de un error mío. Fui un estúpido, pero no puedo permitirme perderte. — las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas del pelinegro, quien miraba al más bajo con súplica.

  - Kook. — sollozó una vez más sin poder evitarlo. — Yo también quiero darnos otra oportunidad. — no aguantó más y escondió su rostro en el cuello del pelinegro, oliendo ese delicioso aroma que poseía solamente Jungkook y que lograba tranquilizarlo.

  - ¿Me perdonás, Jimin? ¿Me perdonás por haber sido un idiota contigo? — preguntó con la voz rota.

  - Te perdono, Koo, pero yo no creo en terceras oportunidades. Quedás advertido. — sonrió el rubio separándose un poco para mirar al contrario a los ojos.

  - Prometo no volver a decepcionarte. —

  El pelinegro sonrió enternecido por el aspecto de Jimin: con el pelo enmarañado, sus mejillas abultadas por la sonrisa que tenía y su pequeña nariz de botón roja por el llanto, no pudo evitarlo y dejó un tierno beso en ella.

  - Te amo. — susurró cerca de los labios ajenos. — Te amo más que a nada en este mundo, te amo tanto que me duele no poder expresártelo de otra forma.

  - Yo también te amo, Koo. — el rubio finalmente terminó estampando sus labios con los de Jungkook en un intenso beso, se habían extrañado como la mierda.

  - Deberíamos de cenar, la comida se está enfriando. — susurró el pelinegro con la respiración agitada después del beso.

  - La cena puede esperar, ahora yo quiero comer otra cosa. — jadeó el rubio. — Te extrañé, Jungkook. — confesó mirando al contrario a los ojos.

  - Y yo a vos, Jimin. — respondió antes de volver a unir ambas bocas en un necesitado beso.

  Esa noche ambos volvieron a unir sus cuerpos y corazones, prometiendo no volver a guardar secretos o dañar al contrario, porque ambos sabían que no podían vivir sin tener al otro consigo.

  Porque Jungkook es Jimin, y Jimin es Jungkook.

Only me • kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora