Capítulo 4: Estrella plateada que cae del cielo

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«Las estrellas son bellas porque tienen detrás una flor que no se ve».

~Antoine de Saint-Exúpery (Autor de "El principito").

Nota de la autora: Este capítulo está basado en una experiencia real en la que vi una luz similar a una luz brillante cayendo del cielo, la cual fue un momento especial y único. Como si viera una estrella fugaz.

En tanto Marisa esperaba a Hoshiko con paciencia, Yuuma aparecía negando con la cabeza al suspirar luego de no ver alguien similar; al mismo tiempo, le daba un mordisco al algodón de azúcar sin ningún problema como si quisiera olvidar la expresión indecisa de la niña.

-¡Hey, Toutetsu!-saludó la maga de blanco y negro al levantar su mano; la mencionada, al notar su presencia, sintió un horrible escalofrío al pensar en una revancha si no fuera por el gesto amistoso en ella.

-Ah, la bruja monocromática-respondió con una voz asombrada, expresando sorpresa y alegría al reconocerla de inmediato-. Pero qué agradable sorpresa~, ¿se puede saber el motivo de tu presencia en este festival?

-Bueno, estoy aguardando la visita de la pequeña Hoshiko-agregó Marisa al cruzar sus brazos y levantar sus pupilas en señal de tomarse las cosas con toda la calma del mundo-. Recién acaba de llegar, y es la primera vez que viene hasta este sitio. ¡Ay, estos niños! Apenas vienen al mundo y ya tienen la curiosidad reinando en toda su alma.

-¿Y qué te hace pensar en eso? ¿Acaso esa mocosa tiene problemas existenciales o qué? Cuando me acerqué a ella, parecía como si hablara con otra persona. ¡Y encima no sabe cuál sería su primer deseo y le dije: "No te compliques la vida con sólo pedir lo que sea"!

-Acaba de llegar de Gensokyo, y es la primera vez que está dentro de un evento masivo como este-Marisa agregó al cruzar sus brazos y apoyó su cuerpo en el roble-. Es solo una cría, descuida. Ya se acostumbrará al panorama. Recuerdo que la primera vez en conocer a Reimu desde pequeña fue cuando la ayudaba a entrenarla¹ luego de terminar su postre. Incluso intenté ser amable con ella al ayudar al samurái (Meira) con rostro de chica a cuidarla de un resfriado tan molesto a tal grado que parecías hablar con la nariz (aunque eso signifique se te salgan los mocos).

Comentario de la autora: Esto último en realidad no es broma, sino que estoy escribiendo esto mientras estoy enferma. Edit: afortunadamente voy de salida con esta gripa. :D

-Ah, con razón te llevas muy bien con la sacerdotisa del clan Hakurei-Yuuma concluyó, rascándose una de sus orejas con el meñique-. Bien, dejando de lado tanta cháchara, si ella fuera humana ya sería el postre perfecto para los youkais. Todo gracias a la vieja bruja de los portales.

-¿Y por qué dices aquello?

-Nada. Sólo digo lo que pienso, porque soy mi propia líder de los tres clanes del Reino de las Bestias al tener un poder casi invencible, aparte de la señorita Kicchou y lady Kurokoma. No siempre puedo depender de nadie, y mis subordinados lo saben-agregó Yuuma al masticar, esta vez, la manzana acaramelada con sus colmillos, continuando su charla con la boca llena sin antes cambiar de tema-. Ahora que lo pienso, mi mente me comenta algo especial en esa muchachita, y ese detalle está infravalorado dentro de Gensokyo.

-Bueno, si te refieres a su cabello, es su color natural-continuó Marisa, señalando con el índice derecho la venida de Hoshiko-. Y hablando de ella, acá viene. Si gustas, puedo presentártela.

-Uy, no gracias, joven. Ando ocupadísima con muuuuchas cosas, porque...

-¡Marisa~!-exclamó la voz de Hoshi al terminar su petición a Orihime y Hikoboshi, expresando alegría al llevar su hoja.
-Hey, lograste tardar un poquito, ze~☆-contestó la eludida al soltar sus brazos, pidiendo con amabilidad su nota-. ¿Ya pediste tu deseo?
-Sí, pero por el momento será una pequeña sorpresa-argumentó Hoshiko al colgar su papiro en una de las hojas de bambú.
-Descuida, no hay ningún problema con eso.
-Por cierto, ¿habrá algo entre esas dos personas que parecían entablar una conversación? Es bastante raro verlas en público-preguntó Hoshiko al notar la presencia de una chica de cabello oscuro como la tinta, alas y coleta de misma tonalidad junto a otra de pelo corto y rubio; cuernos, caparazón y cola de esmeralda, aparte de llevar una yukata azul celeste.
-Son Kicchou y Kurokoma platicando sobre asuntos no menos importantes -confirmó Yuuma al analizarlas-. La última vez que las invité a cenar en la mansión escarlata y jugar parchís con Flandre para pasar el rato, siempre rechazaban mi oferta amistosa.
-Pues muy mal por ellas-aseguró Hoshiko al no estar contenta con dicho comentario. Toutetsu se sorprendió y volvió a decir:
-¿Por qué? ¿Por sus conflictos entre matriarcas?
-Por no tener algo de tiempo libre, y menos si uno almuerza con sus seres queridos.
-¿Ah?
-Escuché que la comida sabe mejor si estás acompañada de alguien más, y si no me crees pregúntale a cualquiera quien haya compartido su lonche durante la merienda. O a Marisa cuando desayuna con Reimu todos los días.
-¿Y eso qué tiene que ver con estar en compañía de otros?
-Nada.
-Entonces, ¿cuál es la combinación entre esos dos elementos si nos hemos conocido por cinco segundos? ¿Acaso eres mi mamá, mi hermana, mi tía, mi abuela, mi bisabuela, mi tatarabuela, mi taratatarabuela o qué cosa?
-Ninguna de las siete opciones, pero de todos modos no pueden rechazar una invitación a última hora ante una niña pequeña que sólo quiere jugar con sus amigos a no ser un asunto pendiente.

Touhou Hoshizuku~La pequeña estrella de GensokyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora