Fever 4.

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—¿Acabas de golpearlo?— Jake nunca se alejo de Riki.

—Yo... Perdón, juro que no quería hacerlo.. Simplemente el enojo me gano y fue por impulso— Jay se acerco a Sunghoon para disculparse, este se levantó todavía enojado y se sentó al lado de Jungwon el cual estaba junto a las princesas.

—Déjalo, sabes como es cuando esta enojado. Háblale luego ¿Si?—Sunoo se levanto nuevamente y se acerco a Jay para sentarlo a su lado.

Mientras tanto yo estaba planeando un plan por si la bruja nos encontraba, no íbamos a durar mucho tiempo aquí.

Había silencio, bastante silencio para estar en un reino donde todos estaban muriendo.

Aquel silencio acabo.

Jungwon grito y Sunghoon lo alejo de las princesas de Itaewon.

Aquellas princesas no tenían sus ojos, estaban explotados y el cuello de cada una estaba roto.

Me acerque rápidamente al cuadro de dos metros donde estábamos todos nosotros junto a nuestros padres. 

Saque el cuadro y podía verse un pasillo el cual tenia una conexión a toda la planta baja del reino.

—¡Corran detrás de Jungwon, yo voy detrás de ustedes!

El ultimo en entrar fue Sunoo.

Tenia todo planeado.

Sabía que alguno de nosotros iba a morir en este momento.

Su velocidad mínima era la misma que la de un humano caminando mientras que su velocidad máxima era la misma que la de un leopardo corriendo.

Ella iba tras mi, no tenía tiempo de entrar y poner el cuadro en su lugar.

Acomode el cuadro rápidamente.

Fue en vano.

La bruja Jang me arrastro hasta la puerta luego de haber tirado el cuadro hasta el otro lado de la sala.

—¡Sigan corriendo! ¡Olvídense de mí!— Mis ultimas palabras antes de caer del cielo y terminar en el bosque con el cuello roto y mis queridos ojos explotados.

A partir de ese momento mi alma comenzó a deambular por el bosque y nuestro querido reino. 

Ellos no sabían.

Mis hermanos no sabían que pronto iban a morir.

No por el hecho de que yo haya muerto ellos no puedan sobrevivir.

La bruja Jang mató a todo el reino, solo quedaban ellos que por alguna razón los dejo al final.

Escucharon un grito. 

Todos se dieron vuelta y pudieron ver a Sunoo siendo arrastrado por una inmensa sombra.

—¡No paren! ¡Sigan corriendo!

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Fever - ENHYPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora