capitulo 34

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No sabía cuánto tiempo se había quedado junto al cuerpo dormido de ¿Kunikida? Ralamente ya no sabia que decir, estaba confundido, no sabía si el que se encontraba en la cama todo herida era Kunikida aunque muy seguramente dentro de si decía que si...

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No sabía cuánto tiempo se había quedado junto al cuerpo dormido de ¿Kunikida? Ralamente ya no sabia que decir, estaba confundido, no sabía si el que se encontraba en la cama todo herida era Kunikida aunque muy seguramente dentro de si decía que si era pero por otra parte no sabia si realmente el verdadero era el castaño

Quizás ya había anochecido pues Mori le sabía dicho que se tenía que ir y le había pedido a Louisa que lo mirara

Se había quedado sentando mirando atento la pálida cara del rubio que más de una vez fruncía el seño entre sueño ¿Estaba bien?

Había ayudado a la joven mujer castaña con algunos heridos pues sentía que si no hacía nada se sentía como un inútil, había ayudado a darle de comer a un joven Alfa que había perdido su brazo derecho y un ojo izquierdo

Había ayudado a cambiar las venda a un joven Beta que solo podía mover una pierna ya que la otra se encontraba lastimada de gravedad no solo eso si no que tenia una gran y grave herida en su abdomen tenia que admitir que era admirable que aún siga vivo

Había ayudado a más Alfa y beta que con una sonrisa o feromonas le agradecían aunque claro también se enojaba con ellos cuando sentía la mínima feromona haciendo que todos no lo hicieran

Se encontraba cansado sentado alado de la cama del rubio, Louisa había colocado algunas sábanas suaves y gruesas para que se pueda acostar tranquilo y le había dicho que no se preocupara por los demás alfa pues todo estaban gravemente heridos como para pararse de esa cama

Se había acostado encima de las sabana, no eran cómodas pero tampoco era incomodas, bostezo y cerro poco a poco sus ojos quizás Kunikida no despierta hasta mañana

Apretó sus ojos y sus labios cuando siento un fuerte olor de feromonas encima suyo poco a poco abrió los ojos encontrándose con la sonrisa burlona de unos de los alfas que había ayudado

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Apretó sus ojos y sus labios cuando siento un fuerte olor de feromonas encima suyo poco a poco abrió los ojos encontrándose con la sonrisa burlona de unos de los alfas que había ayudado

- ¿¡Q-Qu-?!

No logro decir ni gritar nada cuando sintió que una mano fría y grande tapó su boca impidiendo le decir algo

- Realmente eres muy bonito, pequeño

Hablo ronco el Alfa mientras olía el cuello del pelirrojo este abrió los ojos lentamente y silenciosa mente movió su mano buscando entre su vestimenta su pequeño cuchillo que suele tener

El sultan (soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora