✦ 𝟏𝟒.- 𝐓𝐡𝐞𝐲 𝐜𝐚𝐥𝐥 𝐢𝐭, "𝐚𝐰𝐚𝐤𝐞𝐧𝐢𝐧𝐠𝐬".

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- Entonces... De lo que te quería hablar...

- ¿Podemos hacerlo después? Me muero de sueño...

- Colette, cariñito, palomita, dulzurita, cielito. Son las 6 de la mañana, nos dormimos a las 7 u 8 de la noche.

- Nooo... Deberías estar con una jaqueca o algo... - Se quejó, molesta en un estado somnoliento por su insistencia en hablar justo ahora, e intentando evadir la plática.

Fang se encogió de hombros, adormilado. La verdad es que no había tomado antes de esa forma, así que no sabía cómo eran las cosas, o al menos, no recordaba haber tomado. Comenzaba a dudar de sus recuerdos nuevamente, su cabeza ya no era un lugar seguro.

- ¡Bien! Tú ganas. 5 minutos más, palomita. - Se volvió a tirar en la cama, pues a decir verdad también estaba bastante cansado.

- Jiji, palomita - Colette murmuró risueña, acomodándose plácidamente de vuelta a la cama, contenta por su nuevo apodo. Fang estuvo a punto de decir algo más, pero apenas abrió la boca, la albina ya había caído de vuelta al sueño.

Suspiró, frustrado. Repentinamente, la pantalla de su celular se iluminó entre los suaves y apenas notables rayos del sol. El chico lo agarró, mirando sus notificaciones. Era un recordatorio de que tenía una partida programada hoy.

Gruñó con molestia y dejó su brazo caer, inerte, dejándolo colgando del borde de la cama, mientras sujetaba su celular con poca fuerza para que este no cayera al suelo, que quedó a meros centímetros de su mano.

No quería ir. Por primera vez en su vida, no quería ir a una partida.

¿Qué sentido había en eso? ¿Por qué lo hacía?

¿De qué le servían tantas copas, si no tenía familia con quién celebrarlas?

Se preguntó por qué nunca antes se había detenido a pensar en eso. Lo único que hacía era pelear, patear, patear y patear hasta que sus piernas no pudiesen más.
Se giró a ver a Colette, ella... Ella y todos en ese lugar participaban en la misma mierda. Siempre hablaban de técnicas a utilizar, gadgets por conseguir y los mejores mapas para cada uno de ellos. Nunca hablaban de sus vidas privadas, cómo les fue en su día, o qué habrían dicho sus familias cuando llegasen victoriosos a casa.

¿Les prepararían una cena especial? ¿Los felicitarían?
¿O eran igual que él? ¿Sin recordar siquiera quién era su madre?

Esto no era normal...

Volteó a ver la televisión apagada que había no muy lejos de la cama, luego volteó a ver su pequeña colección de películas.

Era sabido que Fang añoraba estar en la pantalla grande. ¿Tal vez esto era parecido?
Una película, una partida, ambas al final contienen un montón de títeres con un solo objetivo; entretener a personas a las que jamás conocerán.

La única diferencia era que un actor de una película estaba ahí por voluntad propia.

Fang cerró los ojos con fuerza, aferrándose a Colette. Le dolía la cabeza solo de pensar en eso. Ya no quería tener esos pensamientos horribles, no quería pensar que tenía una vida perdida y arrebatada lejos de él, a cambio de estar quién sabe dónde, siendo golpeado, aplastado, quemado, envenenado y miles de cosas más para el disfrute de algo o alguien que desconocía.

Colette se quejó un poco ante la brusquedad, Fang de inmediato soltó un poco la fuerza de su abrazo y acarició su pelo intentando compensarlo. Cayó en cuenta que su coleta se había desecho, y la cinta que la mantenía en lugar estaba suelta entre sus mechones blanquecinos.

Los pensamientos acechando su cabeza no lo dejaron apreciar ese momento como le habría gustado... Fang no pudo hacer más que ocultar su rostro en el hombro de la albina y rompió en llanto.

Stalker With A Crush (Colette x Fang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora