Una noche, a las 11:30 p.m., una mujer
afroamericana de edad avanzada estaba
parada en el borde de una autopista de
Alabama bajo una fuerte tormenta. Su
automóvil se había descompuesto y
necesitaba desesperadamente que alguien la llevara. Empapada, decidió hacerle señas al próximo carro que pasara. A pesar de ser una época de agudos conflictos raciales, un joven blanco se detuvo a ayudarla, la llevó a un lugar seguro y la puso en un taxi. La señora, que parecía bastante apurada, anotó la dirección del joven, le agradeció y se fue.Siete días después, tocaron a la puerta de
la casa del joven. Para su sorpresa, era un paquete a su nombre: un televisor de
pantalla gigante con una nota que decía:“Muchísimas gracias por ayudarme en la
autopista la otra noche. La lluvia anegó no sólo mi ropa sino mi espíritu. Entonces
apareció usted. Gracias a usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a otros desinteresadamente.“Sinceramente, la señora de Nat King Cole”
No esperes nada a cambio y lo recibirás.
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* Contribución de Sebastián Núñez y Lucía Posada, versión de Tché Souto.
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LA CULPA ES DE LA VACA
AcakLa culpa es de la vaca reúne anécdotas, fábulas y parábolas de diversa procedencia que giran en torno a un punto común: la necesidad del cambio. El mundo se ha transformado ante nuestros ojos, y debemos adaptarnos a las nuevas circunstancias con int...