UNO. (PARTE UNO)

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Atodo el mundo le gustaban los días lluviosos.

Ese día acababa de terminar de llover cuando salió de la biblioteca; un lindo día lo esperaba fuera, el pasto verdoso aún con restos de gotas de agua escurriendo por ellas. Salió e inspiró el dulce aroma de la tierra mojada; su nariz se removió aspirando el aroma.

Su olfato lo detectó primero. Aunque su aroma se confundió con el de la lluvia, después de unos segundos lo supo; eran lotos, era la tierra húmeda de los muelles, era césped, era un zorro. El segundo sentido que lo detectó después fue su claro oído. Sus orejas se levantaron puntiagudas al escuchar un ligero crujir a su derecha.

Automáticamente se puso en guardia, girando para ver al zorro, quien lo veía curiosamente al costado, recargado en la sólida construcción de la biblioteca. Tenía dos peludas y puntiagudas orejas rojas, podía ver sus temibles garras asomarse desde sus brazos cruzados, y una muy esponjosa cola se movía de un lado a otro detrás de él. Una simple paleta bailaba en sus labios.

El zorro le sonrió. Pudo ver intimidantes colmillos asomándose detrás de sus labios. "Oficial." Saludó sacándose la paleta de la boca por un instante.

Lan WangJi, quien llevaba su uniforme reluciente, inclinó su cabeza hacia el zorro en forma de saludo. No confiaba en los zorros. Eran depredadores naturales de los conejos, su tío siempre le advirtió sobre lo peligrosos que eran, y como tenía que lanzarles gas pimienta antes de salir huyendo y pedir ayuda en cuanto viera alguno cerca suyo. Ahora era un oficial de policía (y aunque llevase ese gas repelente de zorros que su tío tanto insistió en que llevara), no podía actuar con pánico ni mucho menos ser prejuicioso.

Podía mantener la calma ante el contrario.

Al llegar a la conclusión de que, efectivamente, sólo era un zorro común y corriente, otro ciudadano promedio de la ciudad, el oficial Lan WangJi se dispuso a bajar las escaleras y emprender su camino de regreso a casa. Sin embargo, el zorro habló.

"Escuché que había un conejo en el departamento de policía. No creí que podía tener el placer de conocerlo algún día." El zorro se acercó con pasos silenciosos hasta a él. En menos de lo que le tomó bajar los cuatro tramos de escaleras que le faltaban, el zorro ya estaba ahí.

Sus pupilas eran oscuras en morado, cabello corto negro, parecía ser más alto que él, con una combinación de ropa algo desteñida roja y negra. Su paleta viajaba de una mano a otra, mientras lo miraba atento. El zorro miró de reojo la biblioteca, después se inclinó hacia él.

"¿Qué hacía acá, Oficial? ¿Buscando datos para un importante caso? ¡Uh! ¿Podría participar?" La cola del zorro se movía lentamente de un lado al otro detrás de él, mientras mantenía una expresión de auténtico deleite y emoción en su rostro.

Eso fue efectivamente lo que Lan WangJi estaba haciendo en la biblioteca, pero no le daría semejante información a un ciudadano común (y zorro, además de todo). Así que se quedó callado, simplemente mirándolo.

El zorro se rio echando las orejas hacia atrás. "Ah, claro, claro. ¿Dónde están mis modales?." Le extendió una de sus manos. Lan WangJi no pasó desapercibido que sus garras estaban retraídas, una simple mano le fue dada. Probablemente estaba alerta cuando me vio al principio. Pensó. "Soy Wei Ying, de Yiling, un placer."

Lan Zhan se giró por completo a él, aclarándose la garganta, le extendió su mano derecha, dando un fuerte apretón. "Oficial Lan, del departamento de policía."

Wei Ying sonrió mostrando sus colmillos. Lo miró de arriba abajo mientras pasaba su lengua rojiza por la paleta por éstos mismos. "¿Y el Oficial Lan tiene un nombre?"

De La Mano Del Zorro. XianWang (WangXian) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora