Capítulo 11.

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Narra Natasha

La sesión de ayer con Bruce fue genial, de verdad tiene talento. Hoy quedaría con Wanda y he de decir que estoy un poco nerviosa, ayer parecía estar celosa de Bruce y no sé porque, me da tantas señales contradictorias. A veces parece que corresponde mis tonteos, pero otras, me da unos buenos cortes. No quería pensar mucho, he decidido dejarme llevar y a ver a donde nos lleva esto. Aunque no puedo negar que pensar que vamos a estar las dos solas en la misma habitación, me pone un poco nerviosa y mi mente vuela por libre. Acabé la última clase y me puse a ordenar un poco el aula mientras esperaba a Wanda. A los pocos minutos ya estaba ella llamando a la puerta.

-Adelante. -dije.

-Hola Nat. -saludó Wanda al entrar. -He traído unos sandwiches para que comamos algo antes de empezar.

-Genial, muchas gracias, la verdad es que estoy hambrienta -le dije yo.

Las dos comimos en silencio, no sé por qué, pero notaba la situación un poco tensa. No sé is una tensión buena o mala pero tensión al fin y al cabo.

-¿Estás lista, Wanda? -le pregunté.

-No mucho la verdad, no suelo cantar delante de la gente. -dijo ella.

-Tranquila, tú hazlo como si estuvieras sola en la ducha. -le aconsejé yo.

-Otra vez me quieres mojada, Romanoff. -me contestó pillándome por sorpresa con esa respuesta después de lo de ayer.

-Ojalá algún día tuviera esa oportunidad. -le dije con resignación.

-Ya sabes lo que dicen: "Nunca digas nunca". -me contestó.

-¿Ah, sí? -le dije mientras me acercaba más a ella y no quitaba mis ojos de los suyos, ella me mantuvo la mirada.

Finalmente, me dirigí hacia el piano y empecé a tocar.

-Ven aquí conmigo -le propuse y ella se acercó y se sentó en el banco del piano junto a mi.

-¿Qué estás tocando? -me preguntó

-Ahora mismo estoy improvisando, ¿pero qué música te gustaría que tocara para que tú cantes? -le pregunté.

-No sé, me gusta mucho Lana del Rey aunque me gusta música muy diferente, toca e intento seguirte. -me propuso.

Decidí tocar Young and Beautiful ya que era la que mejor me sabía de Lana y pronto Wanda me siguió. Su voz me dejó impactada, tenía una voz muy dulce pero a la vez rasgada y juro que podría escucharla todo el día sin cansarme. Decidí cantar con ella el estribillo y me sorprendió lo bien que empastaban nuestras voces y la gran complicidad que teníamos. Acabamos la última estrofa y me giré para ver a Wanda, que me estaba mirando mientras sonreía.

-Eso ha sido wow, no tengo palabras. -dijo Wanda.

-Tu voz es increíble, Wands -le dije mirándola a los ojos.

-Mira quien me lo dice, tu voz me ha puesto los pelos de punta y tu manera de tocar el piano. Me encantaría aprender a tocarlo... -me contestó.

-Si quieres puedo enseñarte, mira pon la mano así como yo. -le dije ayudando a colocarla correctamente con mis manos.

Le estuve enseñando algunos acordes y el contacto de nuestras manos me estaba poniendo un poco nerviosa. La suavidad de la piel de Wanda junto a la mía era increíble.

-Tienes totalmente dedos de pianista, mucho más que yo, aunque bueno con práctica todo se consigue y mírame ahora, mis dedos pueden hacer maravillas aunque no sean muy largos. -le dije jugando con ella y Wanda se sonrojo un poco.

-Yo ya tengo la materia prima al menos, ahora me falta la práctica. -me dijo dejándome con la boca abierta.

-¿Quieres practicar? Yo puedo enseñarte -deseaba dar un paso más allá y ver si Wanda se acobardaba o si realmente ella también lo estaba dando.

-Claro, siempre he querido aprender. -me dijo, cogí sus manos entre las mías mientras la miraba a los ojos.

Estábamos las dos sentadas en el banco del piano, nuestras manos entrelazadas y nuestras caras a pocos centímetros la una de la otra, vi como su mirada bajaba de mis ojos a mis labios y yo ya no podía aguantar más. Me iba a acercar a ella para cerrar la distancia entre nuestros labios cuando ella se separó.

-Cre... Creo que debería irme, nos vemos mañana Nat -me dijo dándome un beso en la mejilla y se fue corriendo del aula.

Yo me quedé ahí parada, no sabía como reaccionar. Wanda siempre me daba una de cal y otra de arena, pero la tensión entre nosotras era real y cada vez era más palpable. Decidí irme a casa, mañana sería otro día. Cerré la tapa del piano y fui hacia la mesa donde tenia todas mis cosas, cogí mi bolso y me lo estaba poniendo cuando vi como Wanda volvía a entrar por la puerta del aula y se dirigía hacia mi directamente.

-Wanda, ¿que haces aquí de nuevo? ¿Se te ha olvidado algo? -le pregunté curiosa.

-Sí, esto -dijo mientras cortaba la distancia que quedaba entre nosotras. 

Sin previo aviso, Wanda me agarró del cuello y juntó nuestro labios. Al principio me quedé en estado de shock, no me podía creer que Wanda estuviera haciendo eso pero cuando me di cuenta que era real, le seguí el beso y vi como ella se empezaba a relajar.

Era un beso dulce, con calma, nos estábamos conociendo y puedo asegurar que ese beso me dio descargas eléctricas por todo mi cuerpo. Wanda besaba de una manera exquisita y ese beso me estaba matando.

Decidí tomar el control, sujeté a Wanda por la cintura y deslicé mi lengua por su labio inferior, y pronto, ella me cedió el paso a su boca. Nuestras lenguas empezaron una dulce batalla y la temperatura del aula estaba subiendo. Giré a Wanda y la apoyé en la mesa, seguí besándola apasionadamente y si fuera por mí, le haría el amor ahí mismo. Pero eso mismo me hizo darme cuenta de la situación en la que nos encontrábamos. Estábamos en la mesa del aula de música y cualquiera nos podría descubrir en cualquier momento, y aunque eso lo hacía realmente excitante, no era lo que quería y supongo que mucho menos Wanda. Ella está casada. Cuando ese pensamiento vino a mi mente, tuve que cortar el beso.

-Wands, creo que deberíamos parar, alguien nos puede pillar aquí y no se si es lo mas correcto... tú estas casada. -le dije.

-Estoy cansada de hacer lo correcto -me contestó mientras volvía a besarme aunque esta vez fue un beso más corto.

-Wanda, me encantas -le susurré al oido.

-Tú también me gustas mucho Nat y te puedo asegurar que hacia mucho que no sentía esto con un beso. -me contestó. -Tengo impulsos de hacerte de todo ahora mismo...

-Maximoff, me encantaría ver eso pero creo que no es el momento -le contestó.

-Natasha, es la primera vez que beso a una mujer y me he quedado con ganas de mucho más, esto no acaba aquí. -me dijo dejándome ahí muerta.

Me dio un último beso y salió disparada por la puerta.

-Nos vemos mañana Romanoff -se despidió dejándome ahí, caliente y desconcertada.

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¡Hola! Tenía tantas ganas de subir este capítulo que no podía esperar más. Espero que les este gustando la historia tanto como me gustó a mi la primera vez que la leí. <3


PROFESORAS. {Wandanat}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora