Primer llamado

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No entiendo de rezar después de nuestros males,
ni de últimos abrazos en la puerta;

No entiendo de soñar despierta,
ni de pecados capitales;

No entiendo de justicias radicales,
ni sermones de la abuela;

No entiendo ¿por qué? aquel que va a la escuela,
aun sigue siendo un ignorante.

A esos seguidores del ayer, a esas almas en busca de poesía...

–no reclames, ni llores, ni ofendas, más rendir no debes ni por cortesía...
–no recojas la cosecha antes de tiempo solo para presumir que la tenías..

Dos, no tres, ¿para qué tanto?
...












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