ʟᴀ ᴅᴇᴍᴇɴᴄɪᴀ ᴅᴇʟ ᴀᴍᴏʀ [SukuFushi]

~ Capítulo 1 ~

Megumi

Tik, tik, tik, tik... Las manijas del reloj eran el único sonido en la pieza. Abrí los ojos abrumado, mi cabeza daba vueltas. - ¿Dónde estoy? - Oscuro, todo era... oscuro. Unos minutos pasaron, el sonido del grillete de la puerta se escuchó, era una habitación. - ¿Hay alguien? - Silencio, un duro silencio hubo por varios segundos. - Veo que mi bella flor ya despertó. ¿Cómo estás, cariño?... ¿Te sientes mejor?- Su voz era gruesa y grave, era...¿erótica? Dios, ¿qué cosas decía? - ¿Dónde estoy?, ¿Quién es usted? - Nuevamente silencio, este tipo era bastante paciente al hablar. - Soy...tu única esperanza de vida. - Comenzó a reír. Dios, su risa era bastante sexy, y no es por ser masoquista, solo estaba siendo realista. Escuché pasos alejándose de la puerta y luego, la puerta se cerró y nuevamente el silencio se apoderó de la habitación.

Habían pasando alrededor de dos o tres horas, nuevamente volví a escuchar el sonido del grillete de la puerta siendo abierto. Luz, había luz. Por fin podía ver. El interruptor había sido encendido y ahora podía ver todo con claridad por la luz del foco. Al principio tardé un poco en acostumbrar mis ojos a la luz, pero de a poco mis ojos se acostumbraron. La impotente figura de un hombre de más o menos un 1,90, entro por la puerta cerrando la al pasar, era alto, me gustan altos. Era realmente guapo, su cabello rosado parecía ser muy sedoso. Tenía una mirada dura y tatuajes por todo el cuerpo, eran líneas negras que paseaban por su rostro, abdomen y brazos. Era realmente una belleza descomunal. Aunque regresando a la realidad, el maldito me tenía encadenado a una habitación donde solo había un colchón y un balde. - Cerdo, ¿No podías haberme puesto algo más cómodo?, ¿Acaso parezco de tan poco valor para que me tengas en estás condiciones? - Podía decir que era demasiado exigente, soy exigente. -  Vaya, mi pequeña flor está enojado. No seas así cariño, ya vas a tener tu propio palacio. - No iba a mentir ni engañar, ese hombre era realmente sexy, podría hacer lo que él quisiera sin cuestionar. Soy masoquista, pero eso ya no importaba, si iba a morir, sería con dignidad.

Se movía por la habitación hablando, movía sus manos. Tiene un atractivo especial, me encanta. - Vamos florecita, no seas terco. Sabías muy bien que este día llegaría, solo rindete y resignarte a amarme, Fushiguro. - Claramente no me rendiría fácilmente, su atractivo no iba a ser una debilidad para mí. - Podrás ser guapo y todo, pero no soy tan fácil como crees. Mejor ya deja de balbucear y por lo menos traeme algo para comer. Quieres que te ame pero ni siquiera sabes cuidarme, eres patético. - Jugar con su paciencia se estaba volviendo algo divertido. - Ya, ya, te traeré un festín. Todo para mí florecita. - Era todo un enfermo demente, pero no iba a negarlo, era terriblemente encantador. Salió de la habitación y cerró la puerta. - Demente enfermo, ni comida me trajo. - Fue lo último que pronuncie en voz alta.

...

Después de todo ese tiempo, unas horas para ser sincero, me puse a pensar como llegué a esta situación. Solamente recuerdo haber salido del trabajo y dirigirme hasta mi apartamento caminando.  Recuerdo que en un momento todo se volvió oscuridad, fui acorralado en un callejón por un anciano borracho y luego golpes, no estaban dirigidos a mi. El anciano cayó al suelo, sangraba.  Luego una impotente figura me atrapó y con algo cubrió mí boca y nariz, después de eso todo se volvió...oscuro. Y ahora me encontraba en una habitación de un completo desconocido.

Primer fanfic, chido.

Las repeticiones de palabras a algunos complementos son intencionales. Espero les guste.