POV Camila
Al día siguiente, Siope y Dinah se unieron a mí para el almuerzo. Tenía toda intención de sentarme sola, pero a medida que los estudiantes invadieron la cafetería, las sillas a mí alrededor estuvieron llenas por los hermanos de fraternidad de Siope o los miembros del equipo de fútbol americano. Algunos de ellos estuvieron en la pelea, pero ninguno mencionó mi casi espectáculo en el cuadrilátero.
-Siope -dijo una voz.
Siope asintió con la cabeza, y Dinah y yo volteamos para ver a Lauren tomar asiento al final de la mesa. Fue seguida por un chico quien se sentó junto a ella.
-Creo que he vomitado un poco en mi boca -murmuró Dinah.
El chico sentado junto a Lauren se volvió hacia Dinah. -Te he oído, niñita.
Dinah tomó su rollo y lo arrojó al final de la mesa, rozando la cara del chico. Antes de que él pudiera decir otra palabra, Lauren lo empujó enviándolo al suelo.
- ¡Hey! -Chilló, mirando a Lauren.
-Dinah es mi amiga. Necesitas buscar otro asiento Jhon.
- Lauren, nena -dijo él, poniéndose de pie.
Lauren volvió su atención a su plato, ignorándolo.
Él resopló y se alejó.
Lauren guiñó hacia Dinah, como nada hubiese pasado, llevándose otro bocado a la boca. Fue entonces cuando me di cuenta de un pequeño corte en su ceja. Ella intercambió miradas con Siope y luego comenzó una conversación con una de las chicas frente a ella.
Aunque los estudiantes en la mesa habían disminuido, Dinah, Siope y yo nos quedamos a hablar sobre nuestros planes de fin de semana. Lauren se levantó para irse, pero se detuvo en nuestro extremo de la mesa.
Me sonrió en lo que supuse era su sonrisa encantadora. Ella emanaba rebeldía con su pelo suelto, labial rojo y su chaqueta de cuero negro, y yo puse mis ojos en blanco en su intento de coquetearme, o eso creía que estaba haciendo.
POV Lauren
Me levanté y caminé hacia ella. Tenía el cabello suelto con un lazo en él, y el rostro de un ángel. Sus ojos eran singularmente hermosos. Fue entonces cuando lo vi: detrás de la belleza y la falsa inocencia había algo más, algo frío y calculador. Incluso cuando sonrió, pude ver el pecado tan profundamente incrustado en ella que ningún cárdigan podría ocultarlo. Aquellos ojos flotaban por encima de su pequeña nariz, y sus suaves rasgos. Para cualquier otra persona, sería pura e ingenua, pero esta chica ocultaba algo. Lo sabía sólo porque yo había vivido el mismo pecado toda mi vida. La diferencia era que ella lo mantenía muy dentro, y yo dejaba que el mío saliera de su jaula con regularidad. Mi sexualidad.
Observé a Siope hasta que lo sintió. Cuando miró en mi dirección, di un cabezazo en dirección a Pigeon.
¿Quién es esa? gesticulé con la boca.
Siope sólo respondió frunciendo el ceño confundido.
Ella, volví a gesticular en silencio.
La boca de Siope se curvó en la molesta sonrisa que siempre tenía cuando estaba a punto de hacer algo para molestarme.
-¿Qué? -preguntó, un poco más fuerte de lo necesario.
Pude darme cuenta que la chica sabía que hablábamos de ella, porque mantuvo la cabeza gacha, fingiendo no escuchar.
Luego de pasar sesenta segundos en la presencia de Camila Cabello, percibí dos cosas: no hablaba mucho, y cuando lo hacía era algo así como una niña tierna. Como que me gustaba eso de ella. Levantaba una fachada para mantener alejados a los imbéciles, pero eso hacía que, incluso, me llamara más la atención.