Era noviembre, el viento corría como un desgraciado, tumbando hojas de los árboles y enfermando a la gente constantemente, hacía frío, los rostros de todos brillaban en un intenso rojo.
Las ventanas hacían demasiado ruido, el aire chocaba con ellas, evitando que dormir fuese sencillo.
WonWoo despertó sudando helado, su rostro se encontraba más pálido de lo normal y le era imposible dejar de temblar, volvió a tener el mismo horrible sueño de siempre.
Quiso llorar, mas no lo pudo hacer, talló su rostro y se sentó en la gran cama, notando que estaba solo, lo estaba desde hace un maldito año. Y entonces aquel día se volvió a reproducir en su cabeza, causándole un terrible malestar.
ㅡCreo que estoy muriendo ㅡLanzando su mirada hacia el techo, repitió aquellas palabras que de su mente no se borraban. ㅡ, ¿acaso no sería bueno que lo hiciera? Me es jodidamente imposible vivir con este vacío.
Tocó la marca de su cuello, esta no parecía querer sanar, brillaba en un intenso rojo y dolía como la mierda. Lentamente se levantó, tomando camino hacia el baño, quería lavar su rostro, aunque sus ganas estuvieran por debajo de cero.
Al verse al espejo, pudo observar lo demacrado que lucía, sus ojeras ocupaban al menos la mitad de su rostro, su cara había perdido color y sus cabellos rojos ahora eran cubiertos por unos despeinados castaños, sus labios estaban secos y lastimados de tanto estirar la piel muerta de los mismos, lágrimas secas se posaban sobre sus mejillas. Definitivamente estaba muriendo.
ㅡ¿Algún día volveré a verte? Estoy tan cansado de escuchar a los demás, ¿por qué soy el único que parece haberse quedado congelado en aquel momento?
Todo mundo le parecía insistir constantemente, decían que debía superarlo, que no tenía porque seguir llorando. Era fácil decirlo, pero no hacerlo, cada quien conllevaba su dolor de distinta forma y si él quería que la tierra lo succionara, estaba bien.
Se dejó caer nuevamente en la extensa cama, escuchó como algo golpeaba con el suelo y no se sorprendió ni un poco cuando vio su celular tirado. Recogerlo fue sencillo, encenderlo también, pero ver todos los mensajes que no quería responder y que ninguno fuese de la persona que deseaba ver era sofocante.
No pensó en nada cuando su dedo ya estaba oprimiendo aquella antigua conversación, torturandose a leerla para saciar la inmensa tristeza que lo acompañaba.
Aquella noche, WonWoo lloró hasta no dar más, hasta que a su sistema se le agotaran todas las lágrimas.
Aquella noche, WonWoo se sintió un completo desquiciado, porque él realmente le pidió a la luna que por favor le regresara a MinGyu.
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