Rowoon, en... | Kookmin |

Rowoon en... #4 HALLOWEEN.

Los acontecimientos extraños de esa noche comenzaron cuando solo quedamos unos pocos. Mis amigos y los de mi hermana, tan solo éramos un grupo de diez. Me encantaría decir que fue una fiesta alocada, ya saben, como esas que se ven en las películas. Donde todo termina en caos y descontrol, pero la realidad es que estuvo muy lejos de ser así.

Como todos somos menores de edad, no hubo bebidas alcohólicas. Solo bailamos, comimos y nos divertimos con nuestros disfraces.

Diversión sana, diría papá.

Así que, cuando todos los conocidos se marcharon y quedamos los amigos, nos sentamos en la sala a charlar mientras que Mingyu nos traía bocadillos. Yo me había sentado junto a Seoho y Mei, quienes charlaban como si no hubiera un mañana.

Hyori estaba sentada en el piso, en la alfombra que muy seguramente papá había colocado para este evento. Junto a ella estaba Sean, quien no dejaba de repetirle sobre las extrañas estatuas que nos rodeaban. En el otro sofá, estaban sentados James y Kaleb, quienes hablaban tranquilamente.

El resto estaba esparcido en el suelo, hablando y divirtiéndose. No había demasiado sueño y todos estábamos entretenidos en la velada. Claro que a medida que pasaban los minutos las conversaciones se fueron apagando, y el aburrimiento nos invadió.

James, como era de esperar, fue el primero en quejarse.

—Que aburrido esta esto, por favor.

—Entonces llama a tu mami para que te venga a buscar. —contestó de inmediato mi hermana menor. Todas las chicas presentes asintieron de acuerdo, y el alfa blanqueo sus ojos.

—Solo digo que para ser Halloween, la diversión y el misterio se están esfumando.

—Bueno, son casi la una de la madrugada. —señaló Seoho. —Ya no es Halloween. Por ende, si quieres misterio, ve a tu casa y ponte a leer un libro o una película.

—Vaya, para pelear tu inglés se perfecciona. —se burló el pelinegro, y yo estuve a punto de intervenir pero Kaleb se apresuró.

—Ya, no peleen. Podemos encontrar una forma de divertirnos todos y que nadie se aburra. —me miró y yo simplemente me encogí de hombros. —Ro, tu eres el que tiene el cerebro más grande aquí.

Sean estuvo a punto de abrir la boca, seguramente para hacer algún tipo de esos comentarios que solo a él se le ocurren. Así que hablé rápidamente antes de pasar vergüenza.

—Podemos contar historias de terror. Ya que James quiere misterio. —ofrecí con una sonrisa. La mayoría comenzó a asentir con emoción, exceptuando dos de mis amigos.

Chan y Seoho quienes pusieron una cara de disgusto. —Yo entiendo que a ustedes les guste el miedo y todo eso, pero a mí no. Después no duermo por días, sin contar que estás estatuas me ponen de los pelos. —confesó Chan.

James soltó un bufido y me miró como si lo que acabará de escuchar fuera lo más absurdo del planeta. —¿Con qué clases de personas te juntas?

Fruncí el ceño. —Es respetable que no les gusten las historias de terror. Incluso a mí me asustan. El miedo es una emoción natural que todos tenemos, James. —contesté sin dudar y miré en dirección a mis amigos. —Podemos hablar de otra cosa, chicos. No se preocupen.

Seoho se removió en su lugar inquieto y se acercó más a mí. —Amigo ¿en serio no les daría miedo contar cosas de miedo en este lugar? ¿No saben la maldita historia de esta casa?

La mayoría negó, y entre ellos estaba yo. —Hay rumores, pero no más que eso. —recordé con inocencia. —En mi opinión todo es mentira y solo se trata de una mala ubicación. Es lo más lógico.